Veintisiete

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Marinette, un poco perturbada por la presencia de esta extraña, sólo se quedó estática, al igual que Adrien, pero él no estaba extrañado, él estaba muerto de miedo. Sentía que su corazón podría salirse de su pecho en cualquier momento. Así que sólo se mantuvo firme, no dejaría que esa chica supera que tenía miedo, pero por dentro estaba gritando que debía escapar en ese instante. Pero no podía hacerlo, no iba a dejar a Marinette sola con esa loca. Si, porque Adrien creía que Claude no podía defenderla.

- ¿Qué se te ofrece? - preguntó la dueña de la casa, funciendo ligeramente el ceño.

- ¿No me recuerdas? - La otra hablo con una voz muy tierna, igual a la que había usado para engañar a Adrien ese jodido día. - Yo soy tu prima Marinette.

- ¿Mi..prima? - La ojiazul dudo un momento, pero si su madre la había dejado entrar, ella intuía que era verdad.

Claude bajo las escaleras, hasta que paró en seco. Reconocía el rostro de esa chica, aunque no recordaba de donde. Siguió bajando, hasta que por fin llegó al suelo. Se acercó a Marinette, completamente serio.

- ¿Puedo pasar aquí el día? Mi padre me dijo que pasaría por mi en la noche. - Miro el suelo, haciéndose pasar por alguien inocente, Adrien tenía completamente claro que ella no tenía ni una gota de inocencia en su cuerpo.

- Claro, puedes quedarte el tiempo que necesites. - La chica sonrió haciéndose paso dentro de la casa, en todo momento no quitaba la vista de los ojos verdes penetrantes de Adrien. - Siento tener que preguntar esto, enserio, pero ¿Cual es tu nombre?

- No pasa nada, Mari, mi nombre es Claire. - Ella asintió, adentrándose en la cocina junto a Claude para preparar algo de te. Inmediatamente Claire se acercó a el rubio, pasando el cuchillo por su mejilla, mientras sonreía cínicamente. - Esta vez cuando vengas a conmigo, no escaparás, porque no tendrás lugar a donde ir. - Cuando los chicos salieron de la cocina, Claire volvió a su postura natural, dejando ningún rastro de su locura por Adrien.

- Hicimos té - Dijo Claude colocando un plato con cuatro pequeñas tazas sobre la mesa. - Claire, esta es más tuya. - Le dio la taza de la izquierda, esta contenía algo que no era uno de los ingredientes normales de un té, Claire la tomó sin ningún problema.

Hasta que al pasar el tiempo, comenzó a sentirse de mal en peor. Cuando estaba apunto de vomitar todo, corrió al baño y Claude la siguió. Ella se arrodilló enfrente del váter mientras el chico suspiraba.

- No quiero que te acerques a nadie, Claire. No vas a arruinar otra vez mi vida, esta vez no lo permitiré. - Le quitó el cuchillo que escondía en su bota y se lo guardó. - Ahora di que te sientes mal o inventa  algo y vete. No quiero verte cerca de ninguno de mis amigos, ni de Adrien.

La chica asintió y salió del baño a toda marcha, abrió la puerta y salió a la calle sin decir adiós.

- ¿Qué..? - Adrien comenzó a preguntar, pero fue parado por el otro chico, quien no quería hablar del tema.

Claude volvió al cuarto, sentándose en el suelo contra una pared. Contenía las lágrimas que siempre salían al ver la cara de la chica. Se convencía de que debía ser fuerte, de que esa niña no podría hacerlo llorar por más tiempo. Sin poder evitarlo comenzó a recordar.

"Su madre gritaba, aunque no perdía la sonrisa. El niño no entendía lo que sucedía, ya que sólo tenía cinco años. La mujer tomaba fuertemente la mano de su esposo, mientras apretaba los ojos. El auto paró en seco y todos los de la familia bajaron en el hospital.

Claude pasó muchas horas esperando fuera con su abuelo, impaciente por saber que su madre se encontraba bien. Y cuando su padre salió diciéndole que ya podía entrar su felicidad aumentó.

La habitación del hospital estaba repleta de alegría, había un nuevo integrante de la familia, una niña de cabello fogoso.

- Saluda a tu hermanita, Claude. Su nombre es Claire.

Desde ese día su vida empeoró, sus padres no le prestaban atención, aveces no le daban comida. La niña reclamaba mucha atención porque tenía muchos problemas, uno de esos era la esquizofrenia, Claude se quedaba horas cuidandole, era una pesadilla.

Al sólo la edad de siete años, Claire veía sombras y cosas que querían agredirla, así que intentaba defenderse de todo, incluyendo a Claude. Él se encerraba en su cuarto, esperando que sus padres llegaran de trabajar.

Hasta que un día escuchó un alarido proveniente de la sala, salió corriendo de su habitación en busca del sonido. Allí, tendida en el suelo, estaba su madre. En sus últimos momentos de vida, le confesó a Claude que lo amaba y le pidió algo imposible, hacer que nada le sucediera a su hermana.

Claude lo prometió, pero no volvió a verla, su hermanita se había ido. La volvió a encontrar varias veces, ahora ya era más grande y podía pensar por sí misma.

El chico nunca superó la muerte de su madre."

Sabemos más de Claude CHAN CHAN CHAN. SALSEOOOH

Los quiero mucho mirabugositos :3

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