Capítulo 7

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Editorial uno. Editorial dos. Editorial veinte y hasta editorial 147.

¿Tantas editoriales?

Me resultó extraño estar haciendo esto.

Siempre escribir y nunca editar era no solamente una cuestión de pensamientos sino algo que nunca llegó a ocurrírseme del todo.

Sin embargo estaban allí, la uno, la dos, la veinte, la ciento cuarenta y siete.

¿A cuál decirle mi propuesta?

Mandé comunicados a todas las que tenía a disposición.

Muy poca fe. Eso también era raro, sabiendo que iba un tanto en contra de mi ideología.

Pero lo estaba intentando, y estar preparado para mil intentos fallidos no me debilitaba en absoluto, sino que me preparaba con más fuerza para cualquier novedad.

Esa noche me costó dormir.

Más allá de mi probable entusiasmo a mis entendibles miedos, no sabía qué era lo que me hacía estar tan despierto No sabía por qué me costaba tanto dejar de pensar.

No hay nada que pueda quitarme el sueño tan fácilmente que cuando el sufrimiento de un niño se junta con su inocencia.

Eso era lo que debía ser. Esa era, tal vez, la causa de mi desvelo.

"La vida es como un abecedario", pensé luego.

Por ahí quiso decir que la vida es como un abecedario porque es lo primero que uno aprende en el colegio. Pero no estaba seguro.

Lo que me causaba más curiosidad aún era saber por qué ella, Mara, solía decirme que yo ya lo sabía. Y yo le creía.

Mi ansiedad hizo que me pueda dormir, pero tuve que proponerle, para que lo haga, que al día siguiente le preguntaría muy seriamente a Mara, que era lo que había querido decir con eso.

Pero al otro día, todos los planes ya estaban predichos.

En esta misma historia, hubo otro principio y todo dejó de ser tan perfecto. Como la vida.

Al otro día todo fuetriste. 

Incluso "AMAR"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora