Todavía quedaba poco más de un mes para mi mayoría de edad, por lo que quedaba poco más de un mes para que tuviese mi último juicio, en el que decidirán si echarme al espacio, por el "crimen cometido" o dejarme vivir.
Entonces, ¿qué hacían dos guardias en mi celda, colocándome una pulsera de metal y sacándome de lo que había sido mi hogar durante los últimos cinco años?
Al salir medio arrastrada de esta, me fijé en que no era la única. La chica que se situaba en la celda de al lado ya no estaba, su puerta estaba abierta y todo estaba en orden. Por otro lado, el chico de mi izquierda forcejeaba para intentar evitar que le pusieran el trasto de metal. Sin mucho éxito.
No conseguí ver mucho más ya que, de manera brusca, uno de los guardias me agarró del brazo derecho y me fue guiando por los pasillos del Arca. Los cuales hacía ya muchos años que no veía ni pisaba.
- ¿A dónde me llevas? - Pregunté por preguntar, la verdad es que me daba un poco igual.
Lo que hicieran conmigo me dejó de importar en cuanto me encerraron. Mi madre murió nada más darme a luz, me separaron de mi hermana cuando cumplí los doce años y de mi padre ni hablemos. Ni si quiera sabía quién era.
- A la Tierra. - Respondió el guardia simplemente. Sin decir nada más.
- ¿No era que no se podía habitar? - Pregunté de vuelta.
- El Arca se queda sin oxígeno, van a probar con vosotros si la Tierra es habitable de nuevo. Para luego poder ir el resto. - Esta vez sí que reaccioné.
- Nos van a usar de conejillos de Indias. - Aseguré dándome cuenta de lo que realmente pasaba.
No dije nada más. Sabía lo que se venía ahora, solo había que esperar. Entré en la nave y me senté donde me indicaron, al lado de una chica morena que aparentaba tener mi edad. Miraba a todos con curiosidad.
- Hey, soy Skye. - Me presenté intentando hacer el camino a nuestro final un poco más ameno.
- Sé quién eres. - Fue lo primero que me dijo. - Eres la chica que encerraron por ser segunda hija. - Asentí sorprendida. - Soy Octavia.
- No sabía que mi historia fuese tan conocida. - Reí sin gracia. - ¿A ti por qué te encerraron?
- Por lo mismo que a ti. - Ahora estaba más sorprendida aún. - Sé tu historia porque mi hermano me lo contó, cuando te encerraron me dijo: "No quiero que acabes como ella, hay que ser aún más precavidos." - Dijo nostálgica. - Cuatro años después me pillaron.
- Vaya, parece que nos llevaremos bien. - Sonreí, por primera vez en mucho tiempo de verdad.
- Duremos lo que duremos. - Me sonrió de vuelta.
No tardamos mucho en entablar una conversación y hablar de manera muy animada. Unos minutos después, cuando la nave ya estaba completamente llena, por unos cien adolescentes, más o menos, empezamos a oír un montón de ruidos, indicándonos que ya íbamos a despegar.
- ¿Preparada? - Preguntó agarrando mi mano con fuerza a la vez que me sonreía.
- Preparada. - Sonreí sin ganas, pensando que íbamos a morir.
Levanté mi cabeza para mirar a todos los lados, buscando de donde provenía la inconfundible voz del canciller Jaha. Me sorprendí al encontrarme pantallas, que no había visto antes, reproduciendo un vídeo del canciller dando un breve discurso dándonos información inútil. Que ya sabíamos.
En el Arca éramos criminales, de una manera u otra, y lo único que hacíamos allí era gastar oxígeno, así que, ¿qué mejor manera de saber si la Tierra es habitable de nuevo que mandando cien chicos que no hacían otra cosa más que molestar?
No presté más atención, dijeron algo de un Mount Weather y la típica frase que siempre usaban para despedirse de alguien pero que no sabían con exactitud si se volverían a ver de nuevo.
- Puede que nos encontremos de nuevo. - Y cortó la transmisión, apagando todas las pantallas.
Poco más pasó después. El caminante espacial, a nombre de Finn Collins, desabrochó su cinturón de seguridad junto a otros dos idiotas. La voz de, la que pude reconocer cómo la hija de la doctora Griffin, Clarke, se oyó por toda la zona mandando a los tres estúpidos sentarse en sus asientos.
Solo Finn le hizo caso. Y solo él sobrevivió al estrepitoso aterrizaje. Cuando comprobamos que ya era seguro levantarnos de los asientos Octavia y yo no dudamos ni un momento para desabrochar nuestros cinturones y dirigirnos al tumulto de gente que se estaba formando alrededor de la puerta.
- ¡Parad! No abráis las puertas. - Gritó Clarke desde lo alto de las escaleras, las cuales daban a la parte superior de la nave. - El aire podría ser tóxico.
- Si fuera así moriríamos igualmente. De hambre, por ejemplo. - Replicó, por lo poco que podía ver, un chico bastante joven como para ser guardia.
- ¿Bellamy? - Preguntó Octavia a mi lado, para luego escabullirse entre la gente e ir a abrazar al chico que respondía al nombre de Bellamy.
Tras la recriminación de Clarke al moreno por no llevar la misma pulsera que llevábamos el resto y la contestación de Octavia, me metí entre la gente para poder llegar a mi nueva amiga y a su hermano, al frente de todo el mundo.
- ¿Skye? - Oí que una voz femenina me llamaba. No puede ser.
- ¿Lena? - Respondí con los ojos llenos de lágrimas al ver a mi hermana mayor delante de mí.
La abracé lo más fuerte que pude, frente la atenta mirada del resto de chicos. Cuando se confirmaron las noticias de que éramos hermanas y, efectivamente, Bellamy también era hermano de Octavia, lo que antes eran silenciosos murmullos, pasaron a ser gritos de las personas que se encontraban al final de la nave, los más alejados a nosotros. Los más cobardes.
- ¡Ella es Octavia Blake, la chica que vivía escondida en el suelo de su habitación!
- ¡Y la otra es Skye Wilde, la primera segunda hija del Arca!
A diferencia de la morena, yo me mantuve tranquila, quieta, dando por hecho que todo el mundo sabía nuestras historias. Bellamy consiguió agarrar a su hermana de la cintura, a tiempo de que se lanzase a pegar a alguien. Después la dijo algo al oído y posteriormente se giró para poder tirar de la palanca que abría la puerta que nos mantenía dentro de la nave.
Para sorpresa de todos no nos paso absolutamente nada, al menos en una primera estancia. Nadie se atrevió a decir o hacer nada, tan solo nos quedamos ahí, admirando lo que había fuera. Octavia agarró mi mano, pillándome desprevenida, y me tiró con ella hacia fuera, siendo las primeras en hacer algún movimiento.
Bajamos la pequeña rampa lentamente, poco a poco. Sin decir nada. Sintiendo las miradas curiosas de los demás en nuestras espaldas, nos miramos a la vez que soltamos nuestras manos entrelazadas, para luego sonreír mientras estirábamos los brazos hacia el cielo y gritábamos a la vez la misma frase:
- ¡Hemos vuelto, cabrones! - Y luego tan sólo pudimos reír y abrazarnos con fuerza.
Como si esto hubiese sido una señal de poder empezar, todos bajaron corriendo y se movieron por toda la zona, sin alejarse mucho de donde habíamos aterrizado. Celebrábamos nuestra llegada al lugar del cual no deberíamos habernos ido nunca.
Porque los cien ya estábamos en la Tierra, sanos y salvos. Y esta vez habíamos vuelto para quedarnos.
ESTÁS LEYENDO
Unstoppable《Bellamy Blake》
Fanfiction- Estás bien. - Suspiré cuando sus brazos rodearon mi cuerpo. - Estás bien. - Repetí otra vez. - Lo estoy, te dije que podía con él. - Pero, verte ahí colgado... Creo que no he visto nunca una imagen peor que esa. - Le dije soltando todas las lágrim...