- Estás bien. - Suspiré cuando sus brazos rodearon mi cuerpo. - Estás bien. - Repetí otra vez.
- Lo estoy, te dije que podía con él.
- Pero, verte ahí colgado... Creo que no he visto nunca una imagen peor que esa. - Le dije soltando todas las lágrim...
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Odiaba esta parte de mi. La que se encariñaba con una persona en seguida. La confiada. Porque estaba visto que ese cariño que le había cogido a Bellamy no era el mismo que el que me había cogido él a mi por lo que, seguramente, con los demás chicos, pase lo mismo.
Entre que mi cabeza no dejaba de darle vueltas al asunto y Jasper de fondo, gritando, el dormir se me hacía prácticamente imposible. Decido hacer algo más productivo y ayudar. Nada más subir a la parte más alta de la nave, la más pequeña, me tocó volver a bajar, para así acompañar a Clarke a por agua. Pero, en nuestro camino, oímos un grito.
- Eres Charlotte, ¿verdad? - Le preguntó la rubia mayor deteniéndose para atender durante unos minutos a la pequeña. Ella asintió. - ¿Y por qué gritabas?
Yo me fui a por el agua, dejándolas charlar tranquilas y con más privacidad, ya que la pequeña no había notado mi presencia en ningún momento.
Mi poco saber en el ámbito de la medicina y la aglomeración de gente en esa zona de la nave, la cual era muy pequeña hizo que decidiese salir de ahí. No iba a conseguir dormir de ninguna manera, pero al menos no molestaba a nadie.
- Hey, ¿estás bien? - Giré y observé a mi hermana despedirse con la mano de Atom. - Te he visto un poco decaída desde hace rato.
- No es nada, no te preocupes. - Intenté decir en medio de un bostezo.
- Puedes engañar a cualquiera, pero a mi precisamente, no. Soy tu hermana, Skye, te conozco. - Insistió un poco más.
- Está bien. - Nos sentamos entre dos de las tiendas ya construidas y le conté todo lo ocurrido con Bellamy.
- Estaba cabreado y lo pagó con la primera persona que vio. - Dijo al fin. - Dale un poco de tiempo y acabará disculpándose, ya lo verás.
Después de la pequeña charla entre hermanas y de que yo estuviese un poco más tranquila conseguimos dormirnos, aunque de una manera un tanto incómoda. Llevábamos un tiempo aquí pero no el suficiente como para acostumbrarme a dormir en un suelo irregular y húmedo, con pequeñas piezas clavándose en mi espalda.
A la mañana siguiente fuimos despertadas por todo el ajetreo que había en lo que se había convertido en nuestro hogar, el campamento. Que no era poco, precisamente.
- Levanta, bella durmiente. - Abrí los ojos definitivamente y me encontré a Murphy en frente con la mano estirada hacia mi. Le miré atenta. - Vamos, no muerdo. - Luego solo la tomé y me levanté. - De nada.
Me acerqué, después de haber comido algo, a dónde Bellamy y Murphy practicaban lanzamiento, de aquellos materiales cortantes que usábamos como cuchillos o hachas, contra un árbol. Los gritos de Jasper se oían desde ese punto del campamento, por lo que el idiota de John ya tenía la excusa perfecta para disculpar el que su cuchillo no se clavase en el tronco del árbol. Todo por no admitir que era un flojo con complejo de líder.
