Silence - Larry Stylinson AU ✔

❀ Cuatro ❀

Sólo faltaban diez minutos para el encuentro en la fogata. Su profesor de biología dijo que iba a aclarar algunas cosas.

Miró una vez más la hora en su celular y suspiró, estaba impaciente por comenzar las actividades recreativas.

Observó que Niall, Harry y Zayn hablaban con las señas, y como siempre reían por cada estupidez que el rizado decía. Louis estaba pensando tomar la idea del moreno para poder entender las señas, si lo hacía iba a ser un gran reto.

—Zayn —el castaño llamó la atención del nombrado—. ¿Podría hablar contigo a solas?

Asintiendo, el moreno se dirije afuera de la cabaña para poder hablar con Louis.

—¿Qué sucede? —Pregunta una vez afuera.

—Creo que tomaré la idea de que me enseñes a habla con señas. —Rasca su cabeza.

—Genial —sonríe—. Si quieres podemos empezar esta noche luego del encuentro de la fogata.

—Sí, estaría bien. —Sonrió.

Zayn iba a seguir hablando, pero la trompeta que tenía el profesor de historia había soñado por todo el bosque, anunciando que la fogata estaba por comenzar. Niall y Harry salieron de la cabaña encontrándose a los dos muchachos.

Los cuatro se pusieron en camino hasta el encuentro. Harry estaba algo intrigado por saber que le había dicho el castaño a su primo. ¿Habrán peleado otra vez? Inmediatamente sintió los nervios a flor de piel, no quería que Zayn se metiera en problemas.

Tampoco de que el lindo rostro de Louis tuviera otro hematoma.

El rizado tocó el hombro de su primo llamando su atención.

—¿Pasa algo malo entre tú y Louis? —Pregunta asustado.

—No, no pasa nada. —Lo tranquiliza.

—¿Y qué quería entonces?

—Nada importante, no te preocupes. —Y no dijo más nada.

Al ojiaverde se le hizo extraño, muy extraño. Su primo siempre le contaba todo, a excepción de ahora, ¿por qué no le dijo de qué había hablado con el castaño? Tampoco era que debía ocultar un gran secreto, ¿o sí?.

El moreno no quería decirle a su primo sobre la enseñanza próxima del chico, porque quería que fuese una sorpresa de que tal vez, sólo tal vez, el castaño quisiera una amistad con su primo. Se alegraría mucho de que Louis no lo insultada.

—¡Vamos señoritas que el tiempo es oro! —Gritó Gaspar, el profesor de educación física.

Cuando todos los alumnos estuvieron sentados al rededor de la fogata -aún no prendida- el profesor Marcus, el de biología, tomó una gran caja en sus manos.

—¿Para qué es eso? —Pregunta un chico.

—Es de esto sobre lo que quiero hablar —insinúa—. Sé que muchos de ustedes tienen teléfonos móviles, por lo tanto la primer regla del campamento será quitarles el celular por una semana.

Inmediatamente quejas comenzaron a sentirse. Era obvio que a ningún adolescente le gusta que le quiten su celular. ¿Cómo iban hacer con las publicaciones diarias de Facebook?

—Tranquilos, no se alteren —trató de calmarlos—. Sólo será una semana, verán que se pasará rápido y no se darán cuenta de que les falta este aparato. Quiero que pasen un gran campamento y si ustedes están todo el tiempo como él —señaló a un chico que estaba sacándose fotos—, no disfrutarán lo bello de la naturaleza. Así que, sin excusas pasaré por cada uno de  sus lugares y pondrán sus teléfonos en esta caja.