Capítulo 4: Dos Horas

19 1 0
                                    

Gunther

-¿Hola?-atendí el teléfono, extrañado por completo ¿Quién demonios llamaba a esa hora de la noche?

-¿Es Gunther?- dijo la persona al otro lado de la línea. Tenía la voz muy ronca, no la reconocía.

-¿Quién es?- pregunté mirando a mis hermanas. Ellas me devolvían la mirada expectantes, estaban tan confundidas como yo.

-Dos horas...- dijo la voz en un susurro. No sé si trataba de ser creepy o algo haciendo eso, pero no entendía nada.

Entonces, de alguna forma, mi cerebro entró en acción (incluso segundos después de que me levantasen) y recordé todas las películas de secuestradores y asesinos que había visto durante toda mi vida. Me concentré en una escena donde el asesino llamaba a su víctima para decirle indirectamente que va a morir en una cantidad aleatoria de horas o días.

-¿Hola?- llamó el tipo.

-¿Hola?- le dije yo haciendo como si no pudiera escucharlo.

-¡Dos horas!- exclamó el tipo.

Yo empecé a hacer ruidos con mi boca simulando mala señal para ver si podía despistarlo. Las caras de Sophie y Aria eran épicas.

-¿Hola? ¿Me oyes?- insistió la voz mientras yo seguía haciendo ruiditos.

-¿Estás en un ascensor o algo así? No te oigo- dije mientras caminaba a la cocina. Tomé un papel y comencé a arrugarlo, logrando un sonido parecido al que hacía con mi boca.

-¡Dos horas! ¡Van a morir en dos horas!- exclamaba el tipo con desesperación. Hice señas a mis hermanas para que me trajeran las llaves del apartamento y las del auto de mi madre.

Ellas captaron el mensaje y aún estando confundidas me hicieron caso y fueron a buscar lo que les dije.

-¿Hola? ¿Henry? No te oigo- le dije yo aún arrugando el papel.

-¡Vamos a matarlos!- gritó el tipo con furia. Seguramente porque yo no "entendía" lo que me trataba de decir.

-¿Qué? ¿Charlie? ¿Eres tú?- pregunté yo. En ese momento las chica llegaron con las llaves y los bolsos (incluyendo el mío). Supongo que intuyeron que vamos a huir.

-¡Dos horas! ¡Todos morirán en dos horas!- gritó el sujeto muy fuertemente.

-Creo que ahora sí te oigo, trata a ver- le indiqué mientras los tres salíamos del apartamento hacia el ascensor.

-¡Que van a morir en dos horas!- exclamó el tipo esperanzado.

-No, te fuiste de nuevo- le dije ahora haciendo ruidos con mi boca -¿Hola?

-¡MORIRÁN EN DOS HORAS! ¡DOS MALDITAS HORAS!- Gritó el tipo ya con su paciencia al límite.

-¿Dos moras?- pregunté. Ya estábamos los tres saliendo del vestíbulo hacia la calle. De ahí tomaríamos el auto de mamá y hasta nunca.

-¡Dos horas! Dos ho... ¿Eso que oigo es la calle?- preguntó confundido el tipo.

-¡Ahora te oigo! No, es la tele- le mentí mientras nos montábamos en el auto negro de mamá. Olía a nuevo todavía.

Disaster II: El Trato MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora