Capítulo 18: "Encontraré una Salida"

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Sophie

-¡Vamos niña!- exclamó un tipo detrás de mí, dándome un empujón. Tenía las manos atadas con cuerdas que raspaban mucho y estábamos caminando por un pasillo un poco oscuro.

-Estoy caminando- me quejé y el tipo me empujó de nuevo. Tuve que resistir mucho para no darle una patada.

Cuando la tierra comenzó a temblar, la puerta de mi celda se cayó de golpe y pude huir. Corrí rápidamente por los pasillos del lugar en donde me tenían encerrada, pero parecía un laberinto. Luego de unos veinte minutos, me encontraron y me ataron con esta cuerda tan horrorosa. Luego de eso me estaban ya llevando a una celda nueva.

-No se saldrán con la suya- dije en voz baja mientras caminábamos por un pasillo con sólo una lámpara en el techo. Tenía varias celdas a los lados, eran como seis.

El muchacho de cabello negro y piel oscura abrió una celda que había a la izquierda y luego, de una patada, me metió ahí para cerrarla con estruendo. Tenía una sonrisa muy aterradora en el rostro, parecía el típico malo de las películas que le gustan a Gunther.

-Creo que ya lo hicimos- dijo con sarcasmo mientras se alejaba entre risas.

-Eso te lo robaste de Frozen, qué poco original- le dije y me crucé de brazos, pero él ya se había ido.

Miré a mi alrededor y esta celda era mucho más vieja y sucia que la anterior, parecía un calabozo antiguo de los castillos de la época de los reyes y princesas, ese tipo de cosas.

Los barrotes se veían mucho más resistentes que los de antes. Ahora sí parecía estar en una jaula de loro gigante. Cuando miré hacia adelante, me llevé un gran susto, haciéndome saltar hacia atrás. Había una chica en la celda que tenía al frente, parecía tener la edad de Aria y Gunther.

-¿Quién eres tú?- le pregunté a la muchacha. Ella volteó y me miró.

Tenía el cabello negro rapado por la mitad de la cabeza con las puntas azules, sus ojos eran del mismo color. Era muy blanca de piel y estaba vestida con una una camisa negra de mangas cortas, pantalones rotos y botas marrones.

Ella no respondió a mi pregunta, sólo se quedó observándome con algo de tristeza en los ojos.

-Yo soy Sophie, hija de Hefesto- me presenté después de un largo silencio. Fue lo único que se me ocurrió.

La muchacha permaneció en silencio y miró hacia otro lado, al parecer no tenía ganas de hablar conmigo. Un poco maleducada si me lo preguntas, pero después de conocer a la gente del Campamento Mestizo, ya estaba acostumbrada. Decidí después de un rato acostarme en el suelo y unos minutos más tarde, me quedé dormida.

Cuando abrí los ojos, una pequeña luz salía de una mini-ventana en la parte de arriba de mi celda, al parecer ya era de día. Miré hacia la celda de la chica y ella estaba de espaldas mirando hacia la luz que salía de la ventana que era igual a la mía en su celda. Había una bandeja de comida azul en el piso junto a ella y cuando me di cuenta en la puerta de mi celda había una igual. Me acerqué y era un pequeño plato de arroz y lo que parecían trozos de carne y un vaso de agua otra vez.

Comí rápidamente y empujé la bandeja con fuerza alertando a la chica del cabello negro. Me miró con confusión por unos minutos y luego volvió a mirar a la luz de la ventana.

Disaster II: El Trato MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora