Capítulo 15: Encerrada

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Sophie

-¿Es todo lo que tienen?- pregunté sarcásticamente a los monstruos.

Habíamos sido perseguidos por un grupo muy grande de ellos y mi hermano había chocado el auto de mi mamá. Estábamos peleando con los monstruos y no es por ser creída, pero los tres les estábamos pateando el trasero épicamente.

Cuando estábamos terminando de pelear, una nube gigante apareció en el prado. Me recordó a cuando mi mamá barre la casa y hay muchísimo polvo. El problema era que cuando mi mamá usaba su escoba, no me dejaba ciega en el proceso.

-¿Sophie? ¿Aria?- Escuché la voz de Gunther a lo lejos.

Iba a correr a buscar a Aria y a mi hermano, pero sentí unas manos que me cargaron y yo no pude evitarlo. Volteé y vi una cara conocida, era Mathias.

-¡SUELTA, ASQUEROSO!- grité con todas mis fuerzas esperando a que Aria viniera y golpease en la cara al chico.

-Shhhh...- Mathias me tapó la boca, impidiéndome seguir gritando.

De repente todo se comenzó a agitar fuertemente, casi haciendo caer al muchacho que me tapaba la boca. Yo intenté patearlo y golpearlo varias veces para que me soltara, pero fue muy tarde, otros dos chicos parecidos a Mathias me llevaron y me tomaron por los brazos. Comenzaron a caminar en el terremoto hasta que llegamos a una camioneta roja.

Abrieron la cajuela e intentaron meterme adentro, yo aproveché para seguir pateándolos, pero uno de esos tipos me golpeó en la cabeza y todo se puso negro.

-¡Eh!- abrí los ojos y no reconocí nada, todo era muy raro.

Miré a mi alrededor y estaba en una especie de jaula. Pensándolo bien, era más como una de esas celdas de la cárcel o eso parecía. El suelo era duro y gris, fuera de la reja había una especie de cocina muy vieja y sucia, si mi mamá la viera caería a escobazos al responsable. En el centro había una mesa grande sin sillas y un chico al frente de ella.

Me levanté rápidamente y comencé a agitar la reja con todas mis fuerzas, intentando abrirla, pero no pasaba nada. Lo único que logré fue alertar al chico que estaba en frente de la mesa, tenía un cuchillo gigante en la mano. Me eché hacia atrás rápidamente y él sonrió de una forma muy aterradora.

-¡Oye, Jake! La niña ha despertado- gritó el de la sonrisa extraña a la oscuridad.

Pocos minutos después, llegó un muchacho un poco mayor que Gunther y mucho más alto, como era de esperarse. Me miraba muy raro desde afuera de la celda, tenía toda la pinta de malvado de caricatura.

El muchacho tenía el cabello marrón y estaba vestido con una camisa negra sucia y pantalones rotos. Parecía más vagabundo que Gunther, ¿Mathias no le pagaba la ropa a su grupito?

-¿Cómo estás?- dijo el muchacho mientras se acercaba con una bandeja de comida.

De acuerdo, Sophie. Concéntrate, recuerda todo lo que Gunther y Aria te enseñaron sobre el sarcasmo y cómo utilizarlo. Eso y algunos golpes estilo ninja si tengo que usarlos.

Disaster II: El Trato MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora