Gunther
-Espera un segundo, hay una ubicación- le informé a mi hermana postiza mientras zigzagueaba para evitar chocar con los automóviles.
El mapa había comenzado agitarse de forma extraña y brillar revelando un punto dorado en donde se supone que estaba el puente Golden Gate. No decía nada referente a la olímpicamente detestable diosa del matrimonio, pero algo en mi interior me decía que teníamos que ir hacia allá.
-¿Sabes llegar a Golden Gate?- le pregunté yo alzando un poco la voz. Había mucho viento y posiblemente no me oía.
-Es primera vez que vengo, ¿qué te hace pensar que sé en dónde está todo?- replicó ella.
-El punto es que tenemos que llegar cuanto antes al Golden Gate, retrasada- exclamé mirando a los lados en busca de una señal verde de esas que habían en las carreteras.
Después de un par de minutos de búsqueda, por fin divisé la señal verde que indicaba que Golden Gate estaba a la izquierda y nosotros estábamos yendo en la dirección contraria. Le eché un grito de alerta a Aria y ella captó el mensaje. Giró casi atropellando a una señora en el proceso y cambiamos de dirección.
Después de esa larga odisea, finalmente llegamos al principio del dichoso puente. No había rastro de Hera ni de Sophie.
-¿Y bien?- dijo Aria mientras ambos caminábamos cerca del puente. -¿No dijiste que era aquí?-
-Eso decía el mapa, pero no veo nada. Ni rastro de ella- le respondí mirando alrededor.
-No busquen más, insignificantes semidioses. Estoy aquí- se escuchó una voz que honestamente me dieron ganas de vomitar.
Aria hizo una mueca de asco y ambos volteamos a nuestras espaldas. Justo antes de empezar el puente en la esquina izquierda, se encontraba Hera y su detestable vestido de pavo real. No podía esperar a darle la manzana para recuperar a mi hermana.
-Entonces, hijo de Poseidón, ¿tienen lo que les pedí?- preguntó ella con expresión arrogante cuando ya estábamos frente a ella.
-Tenemos sus dichosa manzana- respondí de mala gana mientras Aria la sacaba de su mochila.
-Excelente, son verdaderamente valientes para enfrentarse al dragón guardián y a todos los peligros que pasaron para llegar hasta...- la mujer siguió hablando pero Aria la interrumpió.
-Sí, sí. Como diga, señora- soltó mi hermana postiza arrojando la manzana. Hera, asustada la atrapó en sus manos y miró muy mal a Aria.
-¡Qué insolente!- gruñó -¿Cómo te atreves a tratar de esa manera este preciado objeto?- su cara se había tornado roja de furia.
-¿De qué manera, así?- dijo sarcástica mientras creaba un ventarrón para quitársela de la mano por un momento y también arruinarle su peinado ridículo en el proceso.
-Bien, señora, el trato- interrumpí yo la escena antes de que Hera nos lanzara una maldición o algo por el estilo. Con esa gente nunca se sabe.
-¿Qué trato?- soltó ella sonriendo con malicia.
-Nuestra hermana, Sophie por la manzana- dijo Aria muy molesta -Ya la tiene, ahora devuelva a la niña-.
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Disaster II: El Trato Mortal
Fantasy¿Creías que todo acabó el verano pasado? ¿Que todo iba a ser normal después de que rescatáramos al dios de los ladrones? Pues estás equivocado, mi amigo. Más que eso, en realidad. Otra vez los malos conspirarán en contra del Olimpo y ¿adivina qué...
