Sam 4

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¿Qué tal Sam?

Creo que me demoré pero no es como que huya, comencemos diciendo que soy una atrasada, en muchas cosas de la vida. Me da un poco de pena decirlo pero soy lenta en cuestiones del amor, al principio le hablaba a los chicos y chicas por igual aunque me gustaba hablar más con las chicas es que a veces los chicos son unos groseros pero ahora creo de una manera que no se explicar son más sinceros.

Pues nada extraño, llegaba a la escuela y todo bien, todavía recuerdo el primer día de clases, tan temprano en la mañana nos mirábamos unos a otros todos nerviosos y ahora después de conocerlos por más de un año sé que algunos son muy habladores y otros son insoportables... pero me desvío.

Bueno, este año todo iba normal, casi siempre nos dicen cuáles son nuestros asientos pero con algunos maestros no es así, nos dejan sentarnos donde queríamos. Lo curioso fue que en donde me permitían sentarme libremente siempre acababa junto a un chico llamado Salvador, era muy simpático no lo podía negar.

Me caía bien pero a veces sentía como que hablábamos mucho, de cosas sin importancia, sobre la nueva película de terror que salió o como veíamos las materias y él me hacía preguntas siempre "¿Qué color te gusta? ¿Cuál es tu comida favorita? ¿Tienes hermanos?" ya ni me acuerdo que tanto me preguntó. A veces me cuestionaba si no se llevaba bien con nadie porque había más personas alrededor pero él seguía hablándome.

En ocasiones yo no podía hablar con otras amigas o amigos porque él interrumpía y comenzaba a molestarme por imprudente, era feliz cuando teníamos que sentarnos en un lugar en específico y en el taller, donde por una fuerza extraña o yo que sé, estaba formado por puras mujeres y un niño. Pero me dije que era solo una cosa de su personalidad para no enojarme con su presencia.

Un día mi mejor amiga (ajá, claro) llegó del baño con otra chica y me acuerdo que yo estaba escribiendo un memorándum (como si alguien para empezar los usara) en ese momento ella con una sonrisa rara me dijo "Salvador pregunto por ti" ¿Qué? ¿Para qué me necesitaba? Es lo que pensaba. Levanté la vista y le miré curiosa "¿Era algo urgente?"

Ella sonrió divertida y la chica que estaba a su lado a la que le hablaba poco me miró con cara de fastidio, su nombre era Verónica. Siguió su camino y yo cambié de tema, así de importante era Salvador para mí Sam, me agradaba pero ni siquiera lo tomaba en la categoría de amigos pues esa era mi forma de pensar. Por eso cuando comenzó a jugar con mi cabello no me pareció gracioso, le dije que dejara de hacerlo pero era una manía que tenía.

Cada que llevaba el cabello suelto enredaba sus manos en él y jugaba ¿Quizás no era firme Sam? Porque él insistía aunque yo tomaba sus manos entre las mías para que no lo hiciera. Entonces Verónica de pronto comenzó a fastidiarme, al principio eran cosas pequeñas, ya sabes, cuando le hablas apenas te contesta.

Luego me miraba con desprecio y cuando pasaba cerca de ella se reía, era curioso porque hasta donde yo recordaba no le había hecho nada pero después comenzaron a ser cosas más fuertes, me acuerdo de esa vez que me tiró agua de Jamaica en la cabeza. Me juró que fue un accidente y en ese momento yo toda crédula acepté su falsa disculpa pero luego puso yogurt en mi banca, mi falda quedó horrible.

Todos se estaban riendo y me dio pena pero luego me empecé a reír, pensé que se me había caído mi yogurt así que me fue al baño, mojé mi falda por completo, la lavé y me la puse mojada. Daba igual ¿Por qué iba a estresarme? Solo era una falda mojada, estábamos en el descanso así que yo volví al salón y me senté junto a mis amigas.

Ellas no dejaban de ver mi falda mojada, era incomodo pero nada para morirse estaba haciendo calor, mi mejor amiga se me quedó mirando mientras yo destapaba una botella de agua "¿Y no piensas hacer nada?" dijo ella, "¿Sobre que o qué fue mi respuesta?" Así de tonta soy Sam ¡hasta me da coraje acordarme!

"Por lo que hizo Verónica" exclamó mi amiga con sorpresa, como vio que no entendía levantó las manos con fastidio "Solo tú, Verónica puso el yogurt en el asiento para que te molestaras" y yo todavía ingenua en mi mente fue como ¿Por qué? si no le hice nada. Estaba enojada ahora sí, pero no tenía pruebas así que no podía acusarla o golpearla por mi cuenta, no soy violenta Sam pero me estaba provocando.

En fin, creo que ya sabes por donde van las cosas o lo sospechas ¿No Sam? Por ahora lo dejamos aquí, no me queda tanto tiempo para desahogarme ni tirar pestes y tampoco ha terminado pero ya te cuento luego. Chao, chao Sam.

Querido SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora