Sam 9

43 19 7
                                    


Vaya, parece que no puedo tener un momento de calma. Ya voy a dejar el drama, pero primero quiero contarte unas cosas. Primero que de pronto Dulce y Verónica están súper unidas, junto a sus amigas, dicen cosas para provocarme pero no de manera directa. La situación es pesada pero no mortal, a pesar de todo estoy mejor. Tengo a Leo, Abel y Angelita para apoyarme.

Cuando llego a casa me siento tranquila, es lo que diré sobre eso porque hay cosas más importantes como que ¡ya hay fecha! Ya me fui, mira, tenía que decirlo, hice trampa porque voy a regresar un poco para poder contar todo.

Mis primos y tíos vinieron para ayudarnos a empacar, es todo un lío, no como cuando te vas de viaje y poner en la maleta lo que necesitas. No, aquí es decidir si te llevas recuerdos o no. Fue titánico decidir porque la mudanza saldrá muy cara, mis tíos dicen que es más barato comprar todos los muebles allá que llevarlos pero hay cosas que irán por barco.

Eso no importa mucho, me fui con mis primas y primos a mi habitación para que me ayudaran a empacar mientras les contaba los calvarios que pasaba. Son adorables pero asustan porque ya estaban planeando secuestros y torturas para Dulce, jajaj, cuando estoy con ellos me divierto mucho con sus locuras. Por lo menos con los que son de mi edad, tengo mayores pero esos están en su mundo.

Tal vez deba aprovechar para contarte Sam, en mi familia el gen de los gemelos está muy presente así que tengo unos primos mellizos, unos gemelos y unas gemelas. Amo a los seis, a veces me dan envidia por tener hermanos así, a mí me parece fascinante cuando están todos juntos y se ven los pares.

Mi papá dice que no es bonito, que es preocupante porque significa que podría tener hijitos gemelos o así. Pero ellos se llevan bien, en fin, cuando estaba con ellos todos tenían cajas para empacar libros, no me había dado cuenta que tengo muchos y me costaba trabajo decidir cuales me iba a llevar. Encontraron las cartitas que me dieron la primera vez que me mudé con mis amigos.

Y los juguetes con los que pasábamos las fiestas, que te digo, en lugar de ponernos a ordenar volvimos a jugar y rememorar. No fue como jugar de nuevo pero veíamos los juguetes y hablamos de lo que nos gustaba, mmmm voy a extrañar esas noches cuando nos sentaban a todos en la salita para ver películas.

Fue el mes de la melancolía total, sé que no me gustaba estar en la escuela pero recordar lo que había vivido en el salón o lo familiar que me eran las calles y ni hablar de mi casa donde tenía mis escondites o marcas donde hice cosas, uf, debo parecer una anciana con todo ese gusto por el pasado.

Pero mis primas y primos estaban ahí para animarme, salimos a comer pizza y a patinar. Era como estar de fiesta cada día porque quería aprovechar. De hecho cuando le dije a Leo, Abel y Angelita pasamos el último viernes juntos, fue una experiencia rara pero bonita. Abel siempre es un bruto, creo que eso nunca lo voy a olvidar pero un bruto con buenas intenciones porque en el momento en que estábamos más tristes se le ocurre decir "Tranquilos, si se puede ir significa que también puede regresar"

Había roto el encanto de un momento de manera simpática, ni hablar de Leo, nos abrazamos y lo vi llorar, no lo había visto llorar desde que tenía ocho años. No hubo el gran discurso sobre la amistad o mantener los lazos con el paso del tiempo porque lo sabíamos, íbamos a seguir conectados sin importar donde estuviéramos, fue curioso pero yo estaba muy tranquila cuando lo volví a abrazar.

Y Angelita, de nuevo me dio una sorpresa ¿Sabes? Apenas nos estábamos conociendo pero ella como que se había dado cuenta de mí, cuando le dije que le deseaba lo mejor ella me contestó increíble "Yo también te deseo lo mejor de verdad, siempre te vi en las clases y como que te admiraba porque tenías ideas firmes y no te preocupabas de más. Quería ser un poco como tú, ojala que no te ofendas ni nada".

Wow ¿Eso paso? Me dije, pero sí ocurrió, así que la moraleja de esta historia es que no se sabe quién te puede estar observando sin que te des cuenta. A veces pensaba que no me notaban pero ya ves que si Sam, todos debemos tener alguien por ahí que se dé cuenta de nosotros no tengo duda de ello. Hasta el final Angelita me sorprende.

Pero lo increíble fue esa noche antes de la partida, cuando me acosté en la cama sin otro mueble y una maleta al lado. Yo no podía dormir ¿Cómo es? ¿Qué me espera? Tenía un poco de miedo, por más que me imaginaba no había nada para llenar. Había visto algunas imágenes online sobre la casa nueva o donde iba a vivir peor no tenía nada, estaba en blanco.

Así que cuando me levantaron a las 2 de la mañana para prepararnos porque debíamos estar a las cuatro en el aeropuerto ni trabajo me costó. ¿Sabes lo que fue difícil? Tomar la maleta y cerrar mi habitación, volteaba a verla porque era "¿Y ahora qué?" No me gusta esa sensación de espera sobre lo que vendrá, solo quería llegar aunque mi pie todavía se quisiera mantener en la recamara.

Sin embargo, el destino ya estaba hecho, no me despedí de mis profesores ni alumnos. No le dije adiós a mis parientes solo me iba, era tan raro porque cuando era niña no me sentía así confiaba en las cosas; me daba confianza que no me iba sola pero todo el trayecto como que no me lo creía, cuando me subí al taxi vi mi casa en la oscuridad como si todavía estuviéramos durmiendo.

Cuando llegué al aeropuerto y mis primos y tíos nos esperaban, como que sentía que íbamos de vacaciones, ni porque los abracé para decir adiós me creía que eso estaba pasando. ¿Sabes en que momento me golpeó que no estaría por un tiempo? Cuando despues del check in caminas por el pasillo de la sala y puedes pasar a la llegada de los aviones.

Las ventanas enormes por donde estábamos caminando vi la llegada de aviones y mis ojos se hicieron grandes "No puede ser, está pasando" me dije toda nerviosa y mis manos se comenzaron a poner frías. Quizá mi mamá se enteró que algo me pasaba porque me pregunto si me sentía bien.

"Claro" no vas aponerte a llorar como niño pequeño para que tus papás se sientan culpables, mi papá me apretó de los hombros y comenzó a hacer platica para distraerme pero no estaba funcionando. O no, me iba, me iba de mi país y ahora estoy sentada la silla del avión escribiendo esto porque todo se acumula en mi cuerpo... ¿Y ahora qué voy a hacer Sam?

Querido SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora