Sam 18

27 14 7
                                    

Solo escribo cuando se me da la gana, jeje, la ventaja es que Sam eres muy compresivo. Para terminar con esto pues te diré que el día siguiente no fui a la escuela pero no me sentía mal, era por precaución. Mi mamá también faltó a trabajar para cuidarme, si comía correctamente no me sentiría cansada.

Se me olvidó la escuela, en su lugar entré en mis redes y tenía muchos mensajes de Lilí, conforme comencé a leer me sentí un poco triste. Ella no podía hablarme de manera directa sobre lo que habíamos platicado en el receso, incluso se había escapado para que no siguiéramos conversando. No pretendía ser molesta, antes de que yo llegara no había conseguido amigos, no le importaba tanto como la trataban las chicas pero le pesaba que no tuviera amigos.

Pero de pronto yo le había hablado y gracias a eso tenía más amigas y no quería perderlo, le emocionaba mucho cuando estaba con nosotras porque no había tenido esa oportunidad y sin pensarlo mucho como que quería ser como nosotras (porque claro, somos todas barbies de un peso/euro aunque ella no puede verlo) pero que intentaría relajarse más.

Tal vez somos muy egoístas cuando decimos que debemos querernos primero y se nos olvida que somos nosotros también los que influimos en otras personas; que a veces no es tan fácil decidir tu valor cuando no hay nadie para compararte.

¿Crees que exageré Sam? Ohh, espero que no haya llorado. Naima fue a dejarme la tarea esa tarde y mientras platicábamos me comentó que se veía bien, algo triste pero bien y aunque quería venir acordaron que era mejor que solo ella fuera por si estaba delicada, Naima está segura que solo se necesita ver que valoramos cosas especiales de las personas para encontrar un balance. A mí me gusta Naima más que el resto, tiene una serenidad que yo no poseo pero no por eso la envidio ni quiero ser como ella, creo que me gusta porque es diferente.

Además tenía razón, Lilí ha comenzado a encontrar su lugar en el grupo con sus propios gustos como en la música donde la pasamos increíble cuando escuchamos e inclusive ya otras chicas le hablan y chicos también, me confesó que le gusta un chico de la clase de deportes, esperemos que todo le marche bien. Sigue teniendo ciertos arranques que he llamado los momentos Lilí pero las personas no cambian de la noche a la mañana (como que no pase tiempo con Iván que le dedicaba a ella).

Todo lo que me ha pasado a veces me hace preguntarme si la del problema soy yo, mi personalidad. Primero perdiendo amigas y ahora teniendo una muy intensa porque no es normal que me encuentre con tantas personas así. Y si es mi personalidad la que no me permite estar con chicos.

Lo que me lleva a la historia sin resolver. Después de ese día de comentarle a Iván sobre cómo me sentía (que casi me faltó tomarlo de la camisa y gritarle en la cara que me gustaba) pensé que Iván iba a hablar conmigo en algún momento pero fue al revés, como si se hubiera escapado porque no me había dirigido la palabra.

Para colmo lo veía la mayor parte del tiempo con esa chica que te conté antes Sam ¡hasta estaban abrazados un día! Ese día llegué a mi casa y lloré un poco por la desilusión, la primera vez en eso de los romances, era obvio que no estaba interesado así que tenía que hacerle frente. Estaba tan desanimada que hasta hice una llamada por Skype con Angelita, Leo y Abel para contarles lo sucedido y todos casi me ordenaban que hablara con él para que no me quedara con la duda.

Tuvo varias oportunidades para decirme algo pero no lo había hecho aunque si lo pensaba yo tampoco era tan activa, Sam, era una angustia que no conocía, pasé parte de la noche tomando una decisión y al final elegí que podía intentar ser una amiga. Hablarle de vez en cuando y poco a poco superar este gusto porque parecía que él tenía otros intereses.

Al día siguiente con el corazón latiendo a mil por hora decidí saludarlo mientras pasaba junto a su banca y seguir mi camino hasta donde mis amigas. Él me respondió bastante bien y sentí una extraña descarga en mi cuerpo que me obligaba a sonreír, solo había necesitado eso para estar alegre todo el día ¡Solo eso! Que simplona soy Sam.

Ninguna de las chicas me pregunto pero supongo que notan mi comportamiento, en especial Lilí que está enterada un poco más y durante las clases a veces me preguntaba que era esa actitud de repente porque antes era él quien me hablaba y más importante si en algún momento iba a dejarme de gustar.

Seguro no sabes Sam, pero para mí es muy difícil hacer como que no siento nada, como que es inevitable sonreír porque cuando me doy cuenta ya estoy alegre o triste o molesta o curiosa siempre que involucra a Iván y en todos los casos se me acelera el corazón. En especial en ese momento... ¡Me siento tonta Sam! Como que no me decido a contarte o no, eso sí, ahora me rio un montón.

Bueno, te voy a contar. Al finalizar las clases iba yo caminando por el pasillo para salir de la escuela cuando noté al chico ahí parada y se me quedó viendo, no pude evitar sentirme nerviosa pero seguí caminando hasta que él sonrió y saludó. Volvió a repetir la acción y casi por inercia levanté la mano en respuesta con una sonrisa "Iván" detrás de mi escuché a una chica hablando.

¡Era esa chica! Él no me estaba saludando a mí sino a ella, creo que ni siquiera me había visto. Quería que me tragara la tierra así que me metí en el primer pasillo que me encontré disponible para ocultar mi cara roja. La chica siguió su camino y supongo que se fueron juntos mientras yo me llevaba las manos a la cara por la pena.

Tenía que meter la pata, es obvio que no le intereso Sam, es una pena, pero yo no voy a ser como Salvador de insistente (aunque ahora entiendo que es difícil resistir la tentación de acercarse) en parte porque no quiero verme desesperada pero también porque pienso que es lo mejor para no seguir haciendo cosas como la que te conté Sam. Como ves, he arreglado la situación con Lilí y ahora tengo que superar mi amor no correspondido. Me duele, no sabes cómo me duele pero es un dolor extraño porque no puedo explicarlo, es como si todo el tiempo quisiera llorar pero al mismo tiempo no y tuviera atrapado algo en mi pecho, es un dolor nuevo.

Por hoy dejémoslo así, siento que es lo mejor y volveré cuando tenga que hacerlo o se me pasen esas añoranzas... en serio Sam, nunca había sentido algo así...

Hoy antes ¡sip! he vuelto a ser más ordenada. Ya pronto llegaremos al final así que espero que sigan leyendo.

Querido SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora