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Sasuke, sintió como su padre lo tomó con fuerza del antebrazo y sus pies tropezaron obligándolo a bajar la cabeza avergonzado, no tenía ganas de lidiar con la mirada acusatoria de su padre y ser recriminado una vez que subieran al auto pero, sabia que al llegar a su casa su familia tendría una reunión sobre lo ocurrido en la preparatoria donde fue involucrado el apellido de la familia.

Miró una última vez a su amigo quien le mostró toda su lástima, ya que él sabia lo muy discriminatoria que era su familia y a pesar de que no sabían como era en un alboroto —ya que Sasuke nunca antes dio algún problema— no deseaba que su amigo le contara lo mal que le había ido. Era su culpa, su celo lo había puesto en una situación riesgos a al igual que vergonzosa, algo que en lo que el azabache nunca debió verse involucrado, ¿por qué no sólo lo dejó tirado en la cancha?

Todos los jovenes alfas que estaban en el pasillo cerca de la dirección, abrieron paso con la cabeza hacia abajo al sentir la presencia de aquel poderoso alfa que arrastraba al chico que se vio envuelto en el problema y eso, provocó que su instinto casi gritara lo mucho que sentían el haberse involucrado de esa manera con Uchiha Sasuke. Lamentaban haberlo molestado, nunca creyeron que el famoso Uchiha Fugaku fuese capaz de ir a su preparatoria a buscar al menor de sus hijos y si comenzaba a hacerlo más seguido, se asegurarían de no molestar nunca más al azabache.

El agarre de su padre se debilitó en cuanto se detuvieron frente al lujoso auto negro, tenía miedo de entrar y que comenzara a ser tratado como basura pero, nontuvo de otra más que hacerlo. Si intentaba escapar, su padre utilizaría su voz para hacerlo entrar al auto y le iría peor, le tenía mucho miedo a la poderosa esencia de su padre.

Abrió la puerta del copiloto y se sentó, para colocarse de inmediato el cinturón de seguridad, al mirar de reojo a su padre pudo ver como este se colocaba los lentes de sol y se enderezaba en su asiento para tomar con fuerza el volante del auto. Incluso, daba miedo cuando manejaba el auto por culpa de su gigantesco cuerpo y la seriedad que demostraba.

— ¿Tomaste supresores? —preguntó y el azabache miró hacia la ventana.

—No, no los necesito. Mi celo esta previsto para la próxima semana así que los tomaré cuando llegue el momento —respondió, tratando de estar a su nivel.

—Me dijeron que un alfa te enfrentó y que tu amigo fue el más afectado, por eso ambos corrieron al vestidor a esconderse —explicó, deteniendo el auto en un semaforoe en rojo.

—No, padre. Mi amigo fue el único afectado, yo solo lo lleve al vestidor para protegerlo y esperar ayuda, mis compañeros siguen pensando que soy un alfa —admitió y analizó como la mandíbula de su padre se tensaba.

—Ahora piensan que te estas involucrando con un omega que no es de nuestro nivel, ¿pensaste un poco en lo que hiciste? —el azabache se encogió de hombros asustado ante la autoridad de su padre.

—No lo creo, padre. Él es mi mejor amigo, saben que tipo de relación tenemos —confesó y cerró los ojos en cuanto su padre golpeó el volante.

— ¡Es la relación que un alfa tiene con un omega! —gritó y vio como su hijo comenzaba a buscar aire para tranquilizarse.

Aparcó el auto a un lado de la carretera y pasó su mano por el rostro al darse cuenta de lo que estaba haciendo, era cierto que siempre fue tan demandante con su familia pero, a veces olvidaba por completo que su hijo menor era un omega indefenso ante él y que tenía que aprender a controlar su mal genio como lo hacia con su esposa Mikoto.

Lanzó un suspiro al ver de reojo como el cuerpo de su hijo temblaba por culpa del grito que lanzó así que, decidió tranquilizar su cuerpo para que de alguna manera la tensión en el ambiente disminuyera y que así Sasuke no tuviera más miedo al menos en lo que les quedaba de camino para llegar a su hogar o más bien, mansión. Su idea funcionó, ya que luego de unos minutos el cuerpo de Sasuke lucía relajado al igual que solo miraba en dirección a la ventana.

Sentimientos recónditos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora