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Acomodó su bulto una vez que bajó del lujoso auto de la compañía de su padre y miró en dirección a su preparatoria, no se la había pasado del todo bien. Cada que pensaba en el fin de semana, el recuerdo de siendo penetrado y sumido bajo el toque de las manos de un alfa lo avergonzaban, no deseaba revelarle aquel secreto a nadie más que al omega de su hermano mayor. Él era quien más podía comprenderlo al compartir su vida con alguien de carácter difícil y cambiante, claro que no sabía como era su hermano mayor con su pareja pero, al ser tan duro en las reuniones familiares, podía darse aunque sea una idea de lo que ocurría.
Las chicas fijaron su mirada en él, estaba estrenando un nuevo corte de cabello el cual le quedaba de maravilla, ahora lucía como un verdadero alfa con dotes encantadores y llamativos, aquel rostro hacia combinación perfecta con sus ojos tan serios que no transmitían más que intriga, el color de ellos eran lo mejor, tan oscuros que no sabías como leerlos y descifrar su verdadero ser.
Su olor, disminuyó significativamente después de que su padre le comprara aquellos supresores que mandó a hacer especialmente para él, era lo más lógico después de que se desapareciera un fin de semana en el que no se supo nada sobre su ubicación ni con quien estuvo. Al igual, que compró un perfume con esencia de alfa parecidas a las de su primer heredero, tan solo para librarse de cualquier situación en la que se viese en peligro su apellido.
No fue regañado como esperaba, tan solo recibió unos cuantos sermones por parte de su padre, todo gracias a la manera en la que su hermano lo protegió, lo que fue extraño para él y luego de debatirlo un tiempo con su almohada se dio cuenta de que era por culpa de Deidara. Ese sujeto siempre convencía a su hermano de que se comportara como un cachorro y si lo hacía, recibía un premio en la cama.
La mayoría de los alfas de su escuela lo miraban con recelo, en especial cuando uno que otro asistió a la grandiosa fiesta de ceremonia que su familia organizó.
Las noticias volaron, todo mundo que conocía a la familia Uchiha sabia que el gran Uchiha Fugaku había celebrado el aniversario de su firma de abogados para dar el honor de presentar en una gran ceremonia al menor de sus hijos, un apuesto alfa soltero que sería el más codiciado de todo el país —claro, no podía tener pareja fingiendo ser un alfa—.
Pasó de largo a uno de sus amigos omega que estaba apoyado en su casillero y dirigió su camino hacia un chico alfa que era el hijo de uno de los amigos de su padre, mantenía el rostro serio y parecía no estar feliz con nada, su personalidad fría y calculadora lo mantenía alejado de las multitudes al igual que de los malos escenarios. Odiaba el escandalo al igual que el desorden, era por ello que muchas personas lo miraban de mala gana, sobre todo los alfas que sabian que tenía poder al ser el descendiente de la famosa familia Subaku no y gracias a ese título el director de la escuela tomaba en cuenta sus opiniones, su padre invertía en la preparatoria ya que fue donde se forjaron sus otros dos hijos mayores.
Lo saludó con una pequeña mueca que el chico interpretó como algo amistoso, eran amigos desde que sus padres los presentaron en una reunión para liberar al padre del pelirrojo de la demanda de un hombre adinerado que decía haber sido estafado, llegando al juzgado donde ganaron sin problema.
Caminaron a la par por los pasillos hasta detenerse frente a una máquina expendedora de dulces y puso algunas monedas dentro para apretar donde su dulce favorito. Los tomó en sus manos luego de flexionar las rodillas y los miró por unos segundos, algunas chicas que anteriormente lo saludaron, lo pasaron de largo para correr en dirección a los pasillos que daban con la entrada de la preparatoria.
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Sentimientos recónditos.
Fanfiction(OmegaSasuke/AlfaNaruto) "Enfrentar a un alfa, fue lo peor que Uchiha Sasuke pudo hacer." - - - Los personajes pertenecen al gran Masashi Kishimoto.