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Caminó por los pasillos de la preparatoria hasta terminar enfrente de la multitud que aún rodeaba a su compañero y con mucha cautela comenzó a caminar en dirección a ellos para hacer a un lado a todos los estudiantes molestos.

Nunca pensó que descubrir que Uchiha Sasuke estudiaba en una preparatoria reconocida, lo haría actuar tan impulsivo hasta terminar en dichos pasillos de la preparatoria teniendo la certeza que se encontraría con él.

—Vamonos —ordenó a su compañero que aún trataba de liberarse de los omegas en celo.

Shikamaru, observó como un chico de cabello rojizo comenzaba a empujar a los estudiantes, demostrando que era una especie de líder en dicho lugar así que agradeció mentalmente para dirigirse a un lado de su compañero quien miraba a todos con cierto fastidio.

Algo no le había parecido y Shikamaru averiguaría de lo que se trataba, muy pocas cosas lo molestaban y si lo hacían tenían que ser importantes. Así que miró su perfil dándose cuenta de que estaba apretando la mandíbula con fuerza, mientras miraba en dirección a la entrada de la escuela y al llevar su mirada a dicho sitio, pudo ver a un lindo azabache ser arrastrado con fuerza por un enorme gorila de traje completamente oscuro en dirección a un auto lujoso.

Notó como su amigo apretaba los puños, tratando de no comenzar a gritar y armar un escandalo, aquel chico azabache se le hacia tan familiar que parecía que lo había visto anteriormente y fue entonces, cuando se dio cuenta que ese chico era el omega que su amigo estaba buscando, con quien tuvo relaciones sexuales en su departamento.

—Seguramente algo sucedió que su padre vino a buscarlo —comentó, viendo como su compañero comenzaba a caminar en dirección a su auto.

—En realidad, no me importa lo que suceda con él —farfulló de mala gana.

Ambos se adentraron al lujoso auto de la compañía Namikaze y se acomodaron en sus asientos tras colocarse el cinturón de seguridad, la mirada de Shikamaru no se apartaba del perfil de su amigo, ya que le pareció estúpido que fingiera que no le importaba aquel omega cuando decidió cambiar de rutina a tal grado de visitar una preparatoria lleno de pubertos solteros, urgidos y vírgenes.

—Sigue tratando de mentirte a ti mismo —farfulló para mirar en dirección a la ventana.

—Tengo que distraerme con algo —gruñó mientras colocaba la llave del auto.

—Todavía es muy temprano, tenemos que ir a la oficina para que firmes unos papeles importantes —regañó y pronto, el auto comenzó a moverse.

—Mi padre me cedió su puesto, eso significa que soy el jefe y por lo tanto llegaré cuando sienta que sea necesario —respondió de mala gana y Shikamaru no tuvo de otra que cruzarse de brazos.


. . .



El azabache se cruzó de brazos frente a su padre, en cuanto este se sentó en el sillón que tanto lo caracterizaba como el jefe de la familia. Lo miraba con recelo, como si hubiese descubierto algo acerca de su hijo que no le agradaba en lo absoluto.

Sasuke estaba tranquilo, enseñando que ya no le importaba mucho que lo regañaran. Por primera vez sabía que no hizo nada malo como para enojar a la familia de su padre y que este le gritara con intensión de hacerlo sentir despreciable, lo único que no entendía era porque lo retiró de su preparatoria, ya era la segunda vez que hacia algo como eso.

El silencio parecía interminable, como si la tensión fuese necesario para que su padre comenzara a hablar, aquel sonido del reloj antiguo de su abuelo no ayudaba en nada y tampoco que el lugar estuviera vacío, no habían mucamas vigilando la limpieza y el mayordomo desapareció tras abrir la puerta al recibirlos.

Sentimientos recónditos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora