[ 19 ]

11.7K 1K 855
                                    

[ 19 ]








—Es un gusto conocerte —admitió, separándose del chico con una sonrisa sincera.

—El gusto es mío... —murmuró con desconfianza y notó como su padre le indicaba que se plantara.

Sasuke levantó la mirada, encontrándose con aquellos ojos verdosos que lo pusieron nervioso y desvió la mirada hacia sus labios de un perfecto tono, al igual que tragó saliva en cuanto este los relamió para enseñar una sonrisa balcuzca. Lo que generó que una pequeña sonrisa curva se presentara en su rostro, cautivando al apuesto hombre frente de él.

—Fugaku me informó que tienes diecisiete, tu rostro es tan hermoso que te harán lucir más joven dentro de unos años —dejó en claro, tomando su mano con delicadeza—. Mi nombre es Takano Asamura, tengo diecinueve y me es un honor casarme contigo —admitió, colocándole un anillo de compromiso reluciente.

Las mejillas del azabache tomaron un tono carmesí, provocando que Itachi apretara los labios en una sonrisa placentera. Se sentía satisfecho con la elección de cuñado que su padre eligió, aquel chico lucia como el ideal para cualquier omega, se llevaban tan solo dos años y se comportaba como un caballero. Incluso, sintió como una colita de perro aparecía en su trasero deleitándose con el rostro tan lindo que tenía Sasuke y eso, provocó que confiara más en aquel joven.

— ¿Quieres ir a algún sitio? —preguntó y recibió un asentimiento en respuesta.

Fugaku se hizo a un lado y dejó que Sasuke fuese acompañado del pretendiente que eligió

Miró de reojo al alfa que sujetaba su mano, no quería mostrar lo incomodo que se sentía con todo eso y mucho menos enseñar que estaba ansioso por conocer los gustos que este poseía. Su perfil era tan perfecto que le sorprendía que existiera alguien tan hermoso como él, con una sonrisa angelical y también una mirada que transmitía seguridad.

—Estaba pensando que es buena idea ir a comprar algo para beber, nunca me ha gustado visitar lugares repletos de personas así que tendremos una cita en el auto —informó con calma y tomó la mano de Sasuke por uno segundos.

El azabache no se apartó del agarre y miró en dirección a la ventana, encontrándose con una desconocida carretera que por alguna extraña razón lo mantenía tranquilo, hacia tanto que no dejaba su hogar que ya lo necesitaba y se acomodó en su lugar en cuanto Takano estacionó el auto frente a una tienda de veinticuatro horas.

—Iré a comprar algo para que bebamos y comamos, luego iremos de regreso a nuestro destino —declaró, saliendo del auto y dirigiéndose a la tienda.

No tardo más de diez minuto hasta que regreso con varias bolsas que contenían algunos dulces al igual que varias bebidas con alcohol, no era que Sasuke quería admitirlo pero aquel sujeto comprendía sus gustos gracias a la corta edad que se llevaban y eso lo hacia sentir mucho más cómodo. Tomó las bolsas entre sus manos y las asentó sobre sus piernas, permitiéndole acomodarse en su asiento para luego colocarse el cinturón de seguridad.

El auto de nuevo tomó rumbo en dirección a la avenida y eso puso mucho más nervioso a Sasuke, no conocía las afueras de su ciudad así que ver esos nuevos rumbos le hacia sentir una extraña sensación en el estómago, como si algo lo hiciera mirar a sus manos para no ponerse más nervioso y recordó con una pequeña mueca las manos de Naruto sujetando las suyas. Llevaba bastante sin saber de él, desde que su padre le prohibió salir de su hogar todo se volvió tan confuso y a pesar de que quería comunicarse a su oficina, tampoco tenía ganas de parecer alguien desesperado, si Naruto no lo buscaba, no tenía razón alguna por la cual buscarlo.

Sentimientos recónditos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora