Epílogo

21.4K 2.4K 1.7K
                                    




Todo era frío y silencio.

Aproximadamente el reloj marcaba las cuatro am y Oh Sehun no podía hacer más que removerse en la gran cama.

Empezaba a sudar frío, sentía una gran calor y los mocos caían por su nariz. Abrió los ojos al no sentir la presencia que tanto había extrañado y que necesitaba más que a nada.

— Luhan...

Sin importarle su resfrío, se levanto de la gran cama y salió descalzo en la búsqueda del menor.

La cocina, la habitación huéspedes, los baños, el patio... prácticamente recorrió toda la casa sin encontrar al híbrido.

—Mierda...

Empezaba a desesperarse, no podía pasar de nuevo, no cuando todo estaba bien.

Gritar no sirvió de nada. Podía incluso escuchar el eco de sus desesperados llamados al menor, el cual no daba pista. Sentía el errático latir de su corazón, su espalda bañada en sudor y un extraño líquido caer de sus ojos.

—Luhan, regresa por favor —susurro a la par que sentía su mundo dar vueltas— regresa...

Abruptamente abrió los ojos al sentir que caía al vacío. Todo era silencio y la gloriosa luz de la luna alumbraba su habitación.

Asustado y desesperado intento sentarse en la cama pero falló. Unos brazos rodeaban su cintura y unas piernas se encontraban enlazadas a las suyas.

— Esta aquí, conmigo, fue solo un mal sueño —susurro a sí mismo a la par que se volvía a acostar, abrazando el cuerpo que se encontraba a su lado— fue un mal sueño.

Con una de sus manos empezó a acariciar los cabellos dorados que caían por la frente del menor. Sonrío al sentir como este se acurrucaba más a su cuerpo. Realmente no sabía que sería de él al no tener a Luhan a su lado.

Exactamente cinco días habían pasado desde que volvía a tenerlo en brazos y estaba más que seguro que no lo dejaría ir, no estaba dispuesto a alejarse del híbrido de características de conejo, no cuando era consiente que sin un Xi Luhan, Oh Sehun no era nada.

— Me matas la cabeza Lu. —lo abrazó para darle calor a su pequeño que temblaba de frío.

Rió silenciosamente al recordar aquel día que había decidió buscar al menor antes de que dejara de ser suyo. Mentalmente agradeció a JongIn por contarle sobre el supuesto desconocido que quería su Luhan y además por haber hecho que abriera los ojos y dejará la idiotez de lado.













Seguramente se veía patético con las lágrimas cayendo de sus ojos pero aquello era lo que menos le importaba. Su faceta de hombre serio y sin sentimientos había caído y todo por el híbrido de características de conejo.

Sentía su corazón dejar de latir y como no. La única persona que había llegado a amar se alejaba de el y todo por su culpa.

Realmente se arrepentía por haberle causado daño  y era consiente que merecía que el menor fuera feliz con otra persona pero ¡Joder! Le dolía imaginar a su niño despertando en brazos que no fueran los suyos, de tan solo pensar en su Luhan besando a otro hombre que no fuera el, su corazón se rompía.

¡Quiéreme amo! •HunHan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora