XIII

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Siempre pensé que durante todos estos años con Thomas estaba viviendo la vida más agotadora que alguien se pudiera imaginar, ir a la universidad, llegar a casa, hacer tarea, soportar al monstruo y así una y otra vez, pero desde hace 2 semanas le he agregado a mi rutina el dedicarle tiempo a Gerard y a "nosotros" y la verdad es que guardar esta relación secreta no solo es excitante sino también agotador. Aveces no puedo dormir por la ansiedad de tan solo pensar que Thomas podría sospechar algo, pienso en lo discreto que tengo que ser y todas las mentiras que tengo que armar, es un puto trabajo de tiempo completo pero vale completamente la pena, en especial cuando puedo escaparme de clases para ver a Gerard en su oficina y tener sexo casual, Dios, me pone duro el solo recordarlo.

Pero no todo es sexo, aveces me gusta ir a su casa después de clases y ayudarle a limpiar, cocinar y claro, tener sexo... pero hoy decidimos continuar con la pintura nudista que dejamos pendiente hace semanas, entonces ahí estaba yo, desnudo otra vez sobre su cama mientras él me miraba desde el sillón con el pincel en la mano, su ceño fruncido y labios juntos en una sola línea.

De repente se detiene y no puede ni siquiera mirarme a los ojos cuando me pregunta por aquella marca púrpura en mi cuello... Gerard no suele mencionar mis moretones mientras estamos juntos, no porque se lo haya pedido sino porque sabe que me molesta hablar de esas cosas, pero hoy no ha podido morderse la lengua y ojalá lo hubiera hecho.

Mi respuesta fue reír al respecto, porque así es como lidio con mis emociones, le dije que no era nada pero él rápidamente insistió en saber que había pasado.

Pero yo no estaba listo para contarle, es decir, como siquiera le puedo mencionar la situación en la que me puso Thomas ayer, el hijo de puta me ató su cinturón de cuero en la garganta y pensó que sería divertido probar hasta que punto mi cuerpo resistía el dolor... me lleno de ira solo de pensar en mi mismo en esa posición, y mi cara se pone roja porque tengo vergüenza de lo que Gerard pensará de mi.

Aún que para ser sinceros él nunca piensa nada que me pueda hacer sentir más basura de lo que ya me siento, nunca menciona como realmente se siente al verme así y tampoco quisiera preguntárselo... entonces no digo nada, y evito completamente el contacto visual porque odio ver la ira en sus ojos.

Es entonces cuando Gerard no duda ni un minuto en acercarse a mi y abrazarme fuertemente. En un principio no pensé necesitar aquel gesto pero poco a poco me di cuenta que me era indispensable.

No respondí su pregunta pero creo que ya no importaba ahora, él solo parecía preocupado e incluso eso me hacía sentir mejor conmigo mismo, saber que había alguien en todo el mundo a quien le importaba era suficiente para mí, y más saber que se trataba de Gerard, una persona en la que confió plenamente y hasta puedo decir que... oh Dios... creo que lo amo.

La realización de eso me golpea en la cara tan fuerte que solo me quedo mirando al vacío mientras él me abraza, nunca pensé en la posibilidad de llegar a desarrollar sentimientos tan grandes hacia él, quiero decir, he tenido mucho sexo con Thomas y he vivo con él muchos años, pero jamás podría sentir ni la más mínima gota de amor hacia su ser, por otro lado, Gerard en tan pocos días se ha vuelto indispensable para mi y es eso lo que me da miedo.

No me quiero enamorar de él porque terminará mal para ambos, además del hecho que él me hizo jurar que esto solo sería sexo... me pregunto si este es el momento perfecto para terminar con todo.

— ¿Estás bien?– Pregunta alejándome de su cuerpo y yo asiento, la verdad no quiero decir nada, no se porque me siento como un completo idiota y mi cara arde de vergüenza.

No quisiera hacerlo pero no me puedo resistir a mirar su rostro, es tan bello y no me cansaría de verlo jamás, él me sonríe como si nada pasara y yo siento como que me derrito de pies a cabeza, no quiero y no puedo pero si, es verdad, tal vez lo amo.

Y ahora qué me he dado cuenta solo quiero que la sensación se vaya.

— Perfecto.–  Me da un beso en la frente antes de levantarse de la cama y encerrarse en el baño.

Sé lo que hace ahí, sé lo que hace por largos ratos ahí metido y justo ahora qué este sentimiento me invade por dentro no me quiero quedar aquí sentado esperándolo. Así que entro al baño sin tocar la puerta porque la ansiedad me mata y puedo jurar que Gerard casi se caga del susto cuando vió mi reflejo en el espejo parado justo detrás de él.

— ¿Qué mierda haces?– Me pregunta empujándome del cuarto de baño.

No sé si debería decirle lo que siento, después de todo hace mucho tiempo que él y yo nos contamos de todo, pero justo ahora estoy dudando de si decirle que lo amo dentro de su baño cuando él está apunto de drogarse es buena idea.

— ¿Por qué lo haces?– Él me mira con ojos de pánico y no sabe que responder.

— ¿Qué?

— ¿Te hace olvidar?– Inquiero y parece más confundido ahora.– Quiero olvidar, Gerard.

— No, no y ¡no!– Vuelve a querer sacarme de ahí pero yo le tomo de la muñeca y lo aparto de mi.

— Soy un adulto ¿si? No puedes decirme que hacer.

— Jamás voy a dejar que lo hagas, Frank.

— No eres mi puto padre.– Ambos nos quedamos en silencio pero puedo ver el ceño fruncido en la frente de Gerard

— ¡No!

— Mira, como lo veo yo puedo hacerlo aquí contigo o con un extraño en el callejón, tu eliges.– Soy tremendo hijo de puta por ponerlo en esa situación pero realmente necesito hacerlo, necesito eliminar estos pensamientos y estos sentimientos de mi sistema.

— Eres un hijo de puta.

— Dime algo que no sepa.– Tomo el billete de cinco dólares que tiene en la mano y me acerco al lavamanos donde unas 3 líneas están apiladas.– ¿Solo lo aspiro por aquí?– Él asiente dándome la razón, y esa es mi señal para agacharme y aspirar por primera vez.

Respiro ondo y trato de hacer que todo se quede dentro pero es difícil, el polvo me pica en la nariz y lo siento pasar por mi garganta, raspando un poco y sintiéndose seco.

— Es suficiente.– Dice y me saca de ahí esta vez teniendo éxito.

Cierra la puerta tras de mi y yo me acuesto en la cama para tratar de sentir el efecto, pero nada viene, y espero y espero y cuando Gerard sale del baño de pronto todo parece ir más lento cuando me toma del cabello y me besa desesperadamente, después baja sus labios hasta mi miembro y me hace la mejor mamada de toda mi vida.

Su lengua recorriendo mi hombría es como estar en el puto paraíso, y siento mi corazón latir con fuerza... creo que esto no ha salido bien, como puedo olvidar que lo amo cuando es tan perfecto y oh ...

Me corro y una sonrisa de satisfacción aparece en mi rostro.

Lo qué pasa después parece borroso.

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Heavy Dirty Soul |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora