II

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Nunca he sido bueno en describirme a mi mismo, en volcar mis sentimientos, aspiraciones o conflictos sobre el papel, así que en lugar de eso hablaré de alguien que tampoco era muy bueno para muchas cosas, a decir verdad murió creyéndose un bueno para nada, sumido en la locura y soledad...

Van Gogh.

Era un sujeto con una gran pasión, no al arte, sino a encontrar vida en cosas insignificantes, un buen ejemplo son sus pinturas de girasoles muertos que representaban la añoranza de aquello que alguna vez fue hermoso y ahora se deterioraba con rapidez sobre su mesa.

¿quien sino una mente inquieta podría transmitir tanta tristeza y desesperación de algo que alguna vez fue hermoso?

Y es que cuando pintaba Van Gogh no solo pintaba aquello frente a él, en sus pinturas plasmaba con pinceladas grotescas un poco de él mismo, porque cuando amas lo que haces respiras, sudas y sangras aquello; por un lado una parte de ti jamás morirá, por el otro, aquello que amas te consume y te mata lentamente, porque... ¿no es así el amor? Un veneno que te destruye de a poco.

Van Gogh empeoró su ya notable locura con el tiempo, empezó a tragar pintura y se cortó la oreja tras un inesperado arrebato de locura e ira, me gusta pensar en aquello como una metáfora, de que las personas se mutilan con el fin de escapar (o liberarse) de aquello que les acorrala...

Vivió y murió solo, pensando que era un completo fracaso, pensando que desperdició su vida persiguiendo un sueño que jamás se cumplió, pisoteado y abofeteado en el rostro una y otra vez por el cruel destino, ¿Y aún así tener las agallas... la dignidad para volver a levantarse? Creo que es algo de admirar.

El tipo estaba jodido, es verdad, ¿Pero no lo estamos todos? ¿No estamos todos un poquito jodidos?

Heavy Dirty Soul |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora