XXI

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Me lanzo a sus labios y los acaricio con mi lengua, lo beso como si no lo hubiera hecho en años y eso es suficiente para ambos, más aún cuando Gerard me recibe como un náufrago recibe la tierra que no ha pisado en mucho tiempo.

Lo necesito más de lo que pensé que podría necesitar a alguien jamás. ¿Quién diría que la droga más peligrosa se encontraba en esos hermosos ojos color esmeralda? Aquellos que me llevan a la perdición y me arrastran a un hoyo más profundo del que ya estoy.

— Pensé que jamás te volvería a ver.– Dice entre suspiros y yo sonrío torpemente mientras lo empujo dentro de su habitación y cierro la puerta tras de mi.— Lamento lo que pasó, yo...

Shhh,– Le tapo la boca con mi dedo índice y le sonrió.– No digas nada.

Entre pasos torpes nos movemos por su habitación, y como de costumbre puedo ver restos de basura tirados en el piso, desde pinceles sucios hasta innumerables latas de cerveza vacías, su cuarto era solo una analogía de lo desordenada que estaba su vida en el mundo real. ¿Pero cómo juzgarlo cuando soy yo quien busca tranquilidad junto a un hombre como él?

Gerard se deja caer sobre la cama conmigo encima, deja que mis manos le acaricien y cuando siento el roce de mis dedos sobre su piel me siento más excitado que antes. Acaricio sus ahora negros cabellos y me acerco para besarle el cuello e iniciar mi recorrido hasta su pecho, en un movimiento rápido le quito la camisa y continúo bajando hasta su ombligo donde me detiene la hebilla de su pantalón.

— No sabes cuánto te he extrañado.– Le digo jadeando mientras deshago el broche y le bajo el cierre.– Dios.– Suspiro cuando dejo la erección de Gerard libre del elástico de sus bóxers. Es grande y lo necesito dentro de mi boca ahora mismo.

—¿Qué tanto me extrañaste?– Me pregunta con esa voz, Dios, esa voz tan profunda y ronca que tiene aveces... Podría venirme ahora mismo si me sigue hablando de esa forma, lo juro.

—Mucho.– Respondo mientras me meto su polla a la boca desesperadamente como si se tratara de un chupete, lamo desde la punta hasta la base y de regreso, está caliente, húmedo y palpita dentro de mi

—¿Estas...?– Me toma por el cabello y tira de él bruscamente para alejarme de su miembro. Mi boca se siente pastosa y esta llena de sus líquidos pero aún así trato de mirarlo de forma sensual.– ¿Estas seguro?

— Si.– Como no iba a estar seguro de esto, aún cuando fuera un error yo estaba dispuesto a lanzarme al vacío por él.— Métela.– Le digo desesperado cuando siento que ha pasado una eternidad, él solo se queda ahí, parece indeciso sobre si esto es lo correcto, pero eventualmente  una sonrisa maliciosa se dibuja en sus labios y yo me siento derretir ahí mismo.

Se levanta de la cama y yo me quejo en forma de gemido, necesito a Gerard dentro de mi ahora, no necesito de sus juegos previos, solo necesito que me haga el amor de la forma en la que solo él puede, quiero que me bese y me haga sentir como que no valgo mierda, como que el único lugar del mundo al que pertenezco es entre sus brazos.

Lo sigo con la mirada mientras camina al rededor de la cama, hace una seña con la cabeza y sé que eso significa que tengo que recostarme boca arriba.

— No me hagas esto.– Le reclamo después de unos minutos en los que él solo se queda mirándome desde un rincón de la habitación.

— Te fuiste mucho tiempo,– Responde mientras camina hasta el closet y lo abre en busca de algo, yo lo observo desde la cama y no puedo evitar devorarlo con la mirada, aún trae el pantalón y su boxer a la altura de las rodillas, y el muy idiota sabe que lo observo así que menea las caderas para provocarme aún más.– Me hiciste mucha falta.

Heavy Dirty Soul |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora