El sol que se escabulle por la cortina de mi habitación logra despertarme antes que el chillón sonido del despertador. Aun no se como llevar esto, hoy tendré que visitar a Lily. Espero encontrarla bien. Solo puedo verla una hora y es muy poco comparando el tiempo que solía verla.
Al llegar al colegio observo su lugar, con miedo a que ella jamás vuelva a ocuparlo, tengo miedo aunque ya se todo, tengo miedo.
En los recreos Jorge seguía ignorandome, yo ya no lo buscaba si quería alejarse que se fuera; no sé que le pasa, pero es mi amigo o eso creo.
Mar y yo almorzamos juntos y hablamos de libros, sin mencionar a Lily ya que no se lo podía contar.
Mar no había leído muchos libros, solo lee cuando está aburrida, todos novelas juveniles. Yo también he leído una que otra de esas novelas pero prefiero las clásicas.
-¿Conoces a John Green?
-Si... Pero no he leído ninguno de sus libros.
-Ooh noo, tienes que leerlo, sus libros son tristes pero tan lindos. -puso una sonrisa como de enamorada.
-Leeré alguno.
-¡Así se habla! -yo solo sonreí. -¿Te diste cuenta que de nuestro pequeño cuarteto de amigos solo quedamos nosotros? -yo examiné esa pregunta antes de responder. Pero tenía razón, ¿Que nos pasó?
-Si... Es triste.
-Bueno, siempre quedan los mejores. -dijo con una forzada sonrisa, se le notaba. Su sonrisa era impecable y muy linda. Sus ojos marrones que cualquiera podría decir q eran comunes para mi mostraban lo poderosa de su mirada y el café que quita el sueño. Pero lo que más me gustaba de ella, además que no me haya dejado solo aunque no esté Jorge ni Lily, es su pelo. Depende como le llega la luz, le da un toque rojizo. Hoy por algún motivo lo llevaba suelto, pero suele llevarlo recogido en una coleta o con una hermosa trenza.
Las clases terminaron y tenía que ir a ver a Lily, pero primero tenía que ir a bañarme.
Salí del baño y llamé a mi padre para pedirle permiso para ir a ver a Lily.
-Hola papá.
-Eh... Hola Enzo ¿Hay algún problema? ¿Qué pasó? Solo falta media hora y ya voy o ¿Quieres qué vaya ahora?
-No, solo te quería pedir permiso para ir al hospital.
-¡Hijo! ¿Estas bien? Ya voy para allá.
-¡Dejame hablar!
-Perdón... Continúa.
-Una amiga está enferma y quería ir a visitarla. ¿Puedo?
-Ahh... Eso... Claro ve.
-Gracias.
Corte antes que el, pues estaba apurado tenía miedo de que Lily pensara que no volvería. De que le mentí cuando dije "Jamás".
Fui en bicicleta, llegaría más rápido que caminando.
Al llegar ya me dió un escalofrío ese lugar. Ya quería irme.
-Hola... -saludé a la recepcionista.
-Hola niño ¿Vienes de visita? -parecía simpática, lo dijo todo con una gran sonrisa.
-Emm... Si a Lily, Lily Spengler.
-Ooh... Si, una niña muy simpática, dijo que vendrías, que te recibamos con "Total Cortesía". Pasa Enzo, habitación número 24... -supongo que Lily también había mencionado mi nombre.
Me dirigí a su habitación, golpeé la puerta antes de entrar por si las dudas.
-Pasa Enzo -fue su dulce voz.
Abrí lentamente la puerta y ella estaba en su cama, sentada con un libro.
-Hola...
-Volviste, gracias... -su sonrisa y sus ojos seguían siendo los mismos que el primer día, menos el resto. Su cara estaba más blanca, y su cabello no parecía muy cuidado.
-¿Cuándo te operan? -su sonrisa se transformó en una mueca. No quería hacerla sentir mal pero tenía que saber hasta cuándo la tendría.
-En un par de semanas. -era muy poco tiempo y no sé que haría.
-Ya veo... -,no sabía que decir ante esos ojos triste que antes veía llenos de emoción. Ahora todo en el ambiente me parecía apagado, menos ella. Ella estaba intacta, ella seguía siendo ella.
-Esta semana van a ser algunos estudios, antes me daban medicamentos, me estudiaban veían si podía mejorar sin la necesidad de una operación. Pero ya no, ya era tarde... -su voz al principio era rápida y fuerte, pero a media que seguía hablando se fue más despacio y perdiendo fuerza... No, no quiero saber que enfermedad tiene, no quiero saber cuan grave esta. Si ella me dice porque está así y la enfermedad es conocidas por ser letal. No aguantaría...
-Todo saldrá bien... Ya verás, tienes tanta vida por delante como yo. Aún no has vivido lo suficientemente como para que Dios te llame. Esto solo es una prueba que el te pone. Es una guerra que tienes que ganar. Y después podrás decir "Lo logré" -yo creía en ese ser superior que la mayoría cree, yo si creo que haya un Dios que creo todo. Que nos vigila pero que no se interpone. Tengo esa esperanza de que mi madre está con el. Aunque no pertenezco a ninguna religión. Pero si creo en ese Dios que todos hablan y se que el ayudará a Lily.
-Creeré en tus palabras.
-Yo también.
El resto del tiempo que nos quedaba estar juntos hablamos de cosas sin importancia, mientras yo me grababa cada uno de sus gesto.
Nos pusimos hablar de cosas insignificantes como la ropa que solíamos usar. Casi siempre la veía con el uniforme, pero cuando estábamos fuera del colegio se vestía con remeras largas de colore y calzas hasta las rodillas. O jeans no muy ajustados y remeras a su cuerpo. Siempre era así con una prenda ajustada y la otra suelta.
Yo me vestía común, con remeras que no salían de los colores "azul, negro, gris" y jeans de los más comunes.
En esa visita nos reímos. Nos reímos de verdad. Haciendo cosas estúpidas y nos reímos.
Ya era hora de volver, se había terminado el horario, si bien parece poco pero sólo es porque la mayor parte de ese horario estricto estoy en el colegio.
-Nos vemos Enzo, mañana tráeme chocolate. -nos estábamos despidiendo, ya estaba en la puerta cuando soltó eso.
-Claro... Nos vemos mañana.
El sol casi se escondía del todo dejando ver un hermoso atardecer, un atardecer con esperanza de que mañana ese Sol tan brillante volverá a salir e iluminar todo el día. Así como Lily, por lo que está pasando solo es un atardecer, aunque parezca el final solo es otro bello espectáculo. Este es su atardecer, y pronto volverá a amanecer y seguir brindando.
Llegando a casa ya había oscurecido todo el cielo y el auto de papá ya estaba en su lugar.
-Hola papá -lo saludé mientras cerraba la puerta de la sala. El estaba mirando el partido el el sofá.
-Hola, ¿Cómo te a ido?
-Como cuando vas a visitar a un ser querido en el hospital.
-¿Te gustaría ir a clases de piano? Cambió de conversación ignorando mi comentario. Nunca había ido a clases. Siempre tocaba solo en mi casa, solo mi mamá alguna vez fue mi profesora.
-¿Por qué?
-Para que salgas un poco. -eso quería decir que después de la escuela serían las clases, prohibiendome ver a Lily.
-Ya salgo, voy al hospital. -no, no iba a ir a esas clases.
-No al hospital, que salgas como un chico de tu edad normal, no ir a un lugar lleno de enfermos.
-En ese lugar lleno de enfermos esta la chica de la que te hablé, y no pienso dejar de ir. -al decir eso subí a mi habitación, no quería seguir discutiendo.
No cené y así con el estómago vacío fui a dormir, esperando poder ver mañana a Lily.
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Ella Era Como Su Guitarra.
Teen FictionEnzo era un pianista. Lily era guitarrista. No podían ser más distintos ¿Cómo llego el amor? Enzo era nuevo en la ciudad, ellos se hicieron amigos, pero el se terminó enamorando. Por alguna extraña razón ella faltaba mucho a clases, pero nunca revel...