Volvió el cuarteto.

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Otro día más. La rutina me está matando, todo es igual todos los días.
Al salir de mi casa me encontré con Jorge en la entrada, estaba recostado por el muro que separaba mi casa de la del vecino.
-Hola Enzo. -me saludó con una sonrisa amable.
-Hola. -los dos actuamos como si el nunca se hubiera alejado, como si todo sigue igual. Pero admito que ya lo extrañaba, era mi amigo.
-Así que vas a visitarla... -soltó, supongo que habla de Lily. -Me lo dijo ella.
-Tu lo sabías... ¿Por qué no me lo dijiste?
-Fue decisión de ella. Por eso me alejé, pero ahora ya lo sabes y te pido perdón.
-¿Mar sabe? -sería algo injusto de que se lo ocultaramos.
-No, ella no lo sabe... Pero supongo que hoy podríamos llevarla a verla. No creo que Lily se enoje... -nunca he visto a Lily enojada, solo triste. Pero admito que me gustaría conocer todos y cada uno de sus estados.
Llegamos al colegio, el fue a su curso y yo al mio.
-Hola. -Me saludó Mar entrelazando nuestros brazos, la he visto hacer eso con otros compañeros incluso con Lily, pero esta es la primera vez que lo hace conmigo. Supongo que con la ausencia de Jorge y Lily nos hicimos más cercanos.
-Hola Mar. ¿Cómo has estado?
-Bien, y ¿tú? -seguimos hablando mientras nos dirigimos lentamente a mi escritorio. Hoy ella llevaba una trenza. Con su cabello le quedaba muy hermoso.
-Bien... ¿Después de la escuela tienes planes? -iba a invitarla para ir a ver a Lily. Pero no estaba seguro si decirle o no.
-Nop. ¿Dónde quieres ir?
-Mm... Bueno... Je... Al hospital, ¿Quieres?
-Eres un chico raro...
-Tu no te salvas. -los dos reímos. Creo que ya estoy aprendiendo a reír sin Lily, es como si ella fuera mi profesora. Ahora ya lo estoy haciendo solo.
Estábamos en clase de Historia, no estaba prestando atención, no podía dejar de pensar en cómo decirle a Mar lo de Lily. Espero que Jorge sepa que decir...
-¿Y Nardini? ¿Piensa responder? -era mi profesor, interrumpió mis pensamientos al darse cuenta de que solo mi cuerpo asistía a su clase.
-¿Puede repetir la pregunta? -dije lo más casual posible. Pero mis compañeros se empezaron a reír por lo bajo.
-¿Cuándo ocurrió la primera guerra Mundial? -esa la sabía, aunque no prestará atención, era fácil. Había leído libros de esa época.
-La primera guerra Mundial dio comienzo el 28 de Julio de 1914 y finalizó el 11 de Noviembre de 1918. -lo dije seguro, porque sí lo sabía. Al responder hice callar a esos murmullos y risitas que se escuchaban por lo bajo, todos pendientes de la respuesta del profesor. Nadie sabía la respuesta. Para ellos soy como una especie de niño genio.
-Muy bien. Pero me gustaría que se concentrara más en mi clase. -le gané.
No pronuncié ninguna palabra. Solo traté de concentrarme.
Recreo.
-¿Cómo sabes tanto? -preguntó Mar. Mientras íbamos al patio de atrás del colegio, en el patio donde hay pasto. Es muy lindo.
-Fácil, los libros ayudan mucho.
-Wow ¿Lees libros de esa época? -su cara parecía de asombro, repugnancia, y pensando en que estoy loco.
-Tienen buena trama y te ayuda a saber como vivían en esa época.
-No te alcanza con Historia que tienes que leer más libros. -yo solo reí.
Vimos que Jorge se acercaba.
-Hola chicos -nos saludó con una gran sonrisa.
-Al fin se digna a venir el chico popular. -dijo Mar con desprecio. -¿Qué te hace pensar que puedes venir a hablarnos como si nada?
-¿Qué? Eh... Tengo mis razones. -respondió Jorge desviando su cara y su vista al cielo, era orgulloso.
-Bueno, entonces quiero escucharlas.
Jorge iba a empezar a hablar pero lo interrumpí.
-Hoy después del colegio iremos al hospital y entenderás todo Mar. -lo dije con tono firme pero calmado.
-¿O sea qué estás del lado de él? -parecía confusa y ofendida.
-Esto no es una guerra Mar... -trate de explicarle.
Ella se paró y estaba por irse pero Jorge la agarró del brazo para detenerla.
-No te vayas... -ella lo miro con cara de odio ¿Tanto se había enojado? -Me voy yo...
Mar se relajo y desvió la mirada, el la soltó y se fue.
Los dos quedamos ahí hablando, ella pidiendo explicaciones pero yo no podía dárselas.
Al salir los tres nos reunimos fuera para ir juntos. Pero ni Jorge ni Mar se miraban.
-Bueno, vamos. -era la primera vez que yo tomaba la batuta. Se sentía bien.
-Llegamos. -nos avisó Jorge, aunque ya todos nos dimos cuenta.
Entramos y solo fuimos directo a su habitación.
-Entra tu primero. -dijo Jorge. -Tu vienes a visitarla, nosotros no. Además ella solo te espera a ti.
-¿Lily está ahí verdad? -lo interrumpió Mar. -¿Hace cuánto lo sabes? -ella me miraba con ojos como si la hubiera traicionado. Ella era así, se lo tomaba tomo muy de golpe, todo algo muy exagerado, así era. Para ella la amistad era todo.
-Hace unos días...
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Ehh... Yo...
-Las preguntas para después. -nos interrumpió Jorge.
-Lo siento. -le dije antes de entrar. Se como se sentía Mar, puedo asimilar que piensa que todos estamos en su contra, que no confiamos en ella. Pero ella no sabe que yo confiaría mis libros a su cuidado y eso si que es mucho.
Entré sin golpear la puerta, y ella estaba tocando su guitarra, ella es maravillosa, creo que para ella dejar su guitarra sería morir, me sorprende como todavía puede tocarla con  tanta facilidad. Ella no se rinde, ella lucha, ella es fuerte... Ella sabe que podrá con esto, ella hace lo mejor que puede, si se rinde creo que ni ella misma se lo perdonaría, personas como ella no hay muchas...
Al sentir mi presencia paró.
Estaba de espalda mirando hacia la ventana. Está vez tenía el pelo recogido en una colita.
-¿Trajiste chocolate? -¡LOS CHOCOLATES! fue lo último que se me había pasado por la cabeza.
-Hoy fue un día ocupado y no tuve tiempo de ir a buscarlos, ni siquiera me acordé... Lo siento. -se que entendería.
-¡¿Te olvídate de los chocolates?! ¡¿Como pudiste?! -me tiro un almohadón. ¿Esta es Lily?
-Yo... Lo siento...
-Eres una mala persona, que no vez que no puedo salir y no eres capas de traerme un chocolate. -hizo un puchero.
Detrás de mi se abrió la puerta.
-¿Qué está pasando aquí? -era Jorge.
-Chicos... -su cara de tristeza se volvió una sonrisa, pero triste. -Mar...
Solo vi a Mar correr hasta abrazarla.
-Tuve que decirle para que me perdonara. -me dijo Jorge con cuidado como si yo le fuera a gritar.
Yo solo las ví, estaban llorando, mientra Lily se disculpaba.
Después de una larga reconciliación de amigas empezamos a hablar y Mar decidió sacar una foto de todos.
Esa era la forma de guardar el momento, de mantenerlo vivo como en los recuerdos. De recordarlo incluso después de haber pasado años, eso es lo bello de la tecnológica.


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Ella Era Como Su Guitarra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora