Capitulo 18

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—¿Dante Kress?—preguntó mientras la rubia asentía lentamente—no tengo idea de quien es.

La muchacha abrió la boca y estrello la palma de su mano contra su rostro.

—eres tan imbécil—dijó la muchacha mientras negaba con la cabeza.

—y tu eres una...—ni siquiera término por que su hermano lo interrumpió.

—bien, no estamos aquí para esto.

—no, por que esta es mi casa.—respondió Max.

—si quieres que me vaya dímelo de una vez.—dijó molesta la rubia.

—vete.

La muchacha abrió la boca indignada.

—¡Max!—miro a la rubia—por favor Ruth, quedate.—pidió Axel.

—no—dijo fríamente la muchacha.

La puerta de la casa fue abierta dejando ver a los pequeños abrazando a Taylor mientras entraban, ¿apenas se atrevía a volver? todo quedo en un total silencio.

La castaña llevo la vista hasta su rubia amiga evitando mirar a alguno de los gemelos.

—Ruth ¿que haces aquí?—preguntó extrañada de volver a verla ahí.

La rubia miro a los gemelos y regreso la vista a su amiga—pasaba tiempo de calidad con el idiota de mi ex novio.—respondió con una sonrisa forzada.

—¿idio..?—Max lo detuvo sin dejar que terminara de hablar.

—dijiste que lo odiabas.—recordó la castaña.

—dijiste que lo habías superado.—dijó Axel intentando defenderse haciendo referencia al daño anterior que le había causado.

—¡Una rubia no supera!—exclamó molesta.

—pero..

—¡Era mas fea que yo!—exclamó recordando a la persona con la que la había engañado.

—¿de que hablan?—preguntó la pequeña Valentina.

—de nada—respondió Taylor y los miro—vayan a su habitaciones, iré por su abuelo y después haremos la tarea.

Los niños asintieron dejando en completo silencio el lugar, Taylor sin decir nada se giró y salio de la casa disponiéndose a ir al patio trasero, la rubia se cruzo de brazos y llevo la vista a la pared mas cercana, los gemelos se miraron, Axel rendido tomó asiento en el sofá.

—esta bien, lo siento—la rubia lo miró—¿quieres que me inque?—preguntó.

—no estaría mal.—respondió la rubia cruzándose de brazos.

—esta bien.—dijó mientras comenzaba a agacharse.

—¡Max!—le llamo la atención su gemelo.

—lo siento—dijó levantándose.

—creí que eras Axel.—susurró la rubia.

—¡Oh, vamos!—exclamaron ambos indignados.

—bien, basta, ¿que es lo que quieres?—preguntó Max—pide lo que sea.

—que Axel sea feo y nunca encuentre a alguien que lo quiera—dijó enconjiendose de hombros.

—que hermosos deseos—dijó con sarcasmo el castaño.

—lo se—sonrió ampliamente.

—no me refería a eso.

—¿entonces?—preguntó la rubia.

Niñera Y ¿¡Espía!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora