Capitulo 17

422 41 0
                                    

La muchacha se quedó en silencio por un largo tiempo dejando en total desesperación a los presentes.

Su corazón palpitaba aceleradamente, su respiración comenzaba a entre-cortarse, su cuerpo no emitía ningún movimiento.

Estaba paralizada ante las palabras del muchacho, no tenía idea alguna de que hacer, no había respuesta, solo había silencio mientras que el castaño esperaba alguna respuesta.

Desesperada se giro y comenzó a correr apresuradamente saliendo de la casa, sin dar explicación alguna.

—¡Taylor!—el castaño comenzó a correr tras ella pero rápidamente la perdió de vista al salir de la casa, diviso hacia todos lados pero su vista no fue capaz de encontrarla.

Su gemelo corrió hasta el alcanzándolo—Max—colocó la mano derecha en el hombro del muchacho—es mejor que entres a casa.

El castaño miro nuevamente hacia todos lados pero no la encontró, llevo la vista hasta su hermano y lentamente agacho la cabeza mientras se giraba para adentrarse a la casa caminando.

La pequeña miro a su hermano el cual entraba cabizbajo acompañado de su hermano, miro hacía la puerta y después miró a su abuelo el cual se adentraba a su habitación.

—¿que paso con Taylor?—preguntó, su abuelo la miro y comenzó a buscar las palabras correctas para no sonar tan duro.

—ella tuvo una emergencia—dijó al fin el anciano.

—pero estará bien ¿cierto?—el hombre la miró y lentamente asintió con la cabeza.

El castaño entro a su habitación cerrándola enseguida con seguro sin poder dejar entrar a su hermano.

Se recargo sobre la puerta y comenzó a deslizarse lentamente hasta caer al suelo, llevo ambas manos a su cabeza y la recargo en su piernas.

Era la segunda vez que se enamoraba y lo lastimaban, ¿acaso el amor no era para el? ¿Cada que se enamorará jugarían con el o lo lastimarían? ¿Debería ser un mujeriego para siempre?

Si tal vez eso era, debía ser un mujeriego, ese mujeriego que comenzó a ser desde que aquella rubia sin cerebro rompió su corazón dejándolo en ridículo frente a todos.

El había creído que Taylor era diferente pero se había equivocado, ella era igual a las demás, solo jugaba con sus sentimientos como todas, nunca encontraría a una chica que en verdad lo quisiera, estaba claro que el amor no era para el.

Los días de mujeriego habían terminado por otra rompecorazones pero eso volvería y con mayor intensidad.

No iban a jugar con el, no otra vez, ya no sería el ridículo de nadie, ni el juguete, ahora el seria quien tendría juguetes.

*****

Luego de un largo recorrido de correr calles que ni siquiera conocía dejó de hacerlo para sentarse en el húmedo suelo de la banqueta.

Algo pasaba dentro de ella, había sentido algo muy hermoso al leer aquel cartelon y al escuchar todo aquello que había dicho el castaño, en definitivo eso la había alegrado pero también la había lastimado.

Ella no quería otra oportunidad, su vida estaba hecho una total basura, no tenia a nadie y después de haber creído en el amor y ser lastimada por aquel tipo que solo la utilizó para burlarse de ella y hacerla sentir como una vil mierda que no valía nada y no era suficiente para un hombre la chica no pensaba volver a repetir algo como aquello.

En ese momento su cabeza se inundó de aquel recuerdo.

Era tan difícil olvidar ese primer beso que ella pensó que seria con inocencia siendo todo lo contrario, la forma en la que el chico la besaba bruscamente mientras mordía fuertemente su labio provocándole un horrible dolor, mientras bajaba sus manos hasta la parte trasera de la chica apretando sin soltarla.

Niñera Y ¿¡Espía!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora