☁ Enamel | ChanBaek

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    ➝Lugar: Porche

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➝Lugar: Porche

➝Autora: Lannyssi

➝Palabras: 2126


ENAMEL.


Eran las seis de la mañana, cuando el cielo comenzaba a aclarar ligeramente en el horizonte. El viento era frio, como todos los inviernos, y los lobos del monte aullaban con premura ante la luna llena, como si pidieran auxilio al firmamento salpicado de estrellas.

Baekhyun rascaba la madera del barandal a un ritmo constante, erosionando el esmalte que lo recubría. Sus dedos astillados se habían tornado de un color morado oscuro, ocasionado por el helado tiempo. Cepillaba con sus uñas hacia atrás una y otra vez. Sus cutículas estaban enrojecidas y sobre las heridas había pequeñas manchas de sangre seca.

Miraba al frente sin apenas parpadear, con ojos vacíos y perdidos, sin detenerse un segundo de hincar las uñas en la madera corroída y arrastrarlas con firmeza hasta su palma.

Un pajarillo se posó al otro extremo de la banca sobre la que estaba sentado, entonando un gorjeo matinal que lo sacaba de sus casillas. Cada mañana lo desquiciaba.

Frenó lo que hacía por un instante para acercarse al ave, extendiendo el dedo índice para llamarlo. El pequeño cantor soltó un picotazo y echó a volar hacia el bosque que rodeaba la pequeña cabañuela. Formó un rictus con la boca, arrugando la nariz. De todos modos, le gustaban más los cuervos.

Baekhyun suspiró, irguiéndose para estirar sus músculos entumecidos. Llevaba alrededor de tres horas fuera, sentado en el porche, esperando. Era lo mismo cada madrugada pasadas las dos o tres. Tenía que esperar ahí hasta el alba. Tenía que.

La ansiedad crecía en su cuerpo conforme el sol se iba elevando y cada minuto le parecía una eternidad.

Volvió a su asiento, optando por raspar esta vez el reposabrazos, con mayor fuerza que antes, sangrando cuando su uña anular se rompió. Pudo seguir rasguñando hasta que todas las uñas se arrancaran por completo de sus dedos maltratados, de no ser porque aquello que aguardaba estaba de vuelta, arrastrando sus extremidades por la grava suelta del camino, en ese instante.

Entonces Baekhyun paró cualquier pensamiento, con su pulso acelerándose al máximo y el tibio liquido carmesí escurriendo sobre su mano derecha.

Aquella silueta, cubierta por el velo de noche, que aún reinaba durante sus últimos minutos antes de la aurora, avanzó con determinación por los tres escaloncillos hasta la base del porche. La madera crujía bajo aquellos pies y la sensación de que podía fácilmente quebrarse punzó en sus nervios.

—Vete —pronunció con voz pastosa, propia de quien no había hablado en largo tiempo.

Los pasos se acercaron firmemente, reacios a la indicación, resonando como botas militares sobre las tablas creando un ruido hueco.

Monster House | EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora