Segundas Oportunidades (Destiel)

Capitulo Uno.

Castiel

—Estoy exhausto—dije después de estar dos horas subiendo cajas.

—Todavía tenemos que acomodar las cosas—contestó Kevin desde su cama.

Era domingo y las autoridades de la Universidad fueron claras "todos aquellos que ocupan habitaciones en el campus, tienen que estar presentes un día antes de que comiencen las clases". Estaba feliz, este era mi primer año como universitario, y compartía cuarto con uno de mis mejores amigos.

Mire todas las cajas amontonadas por toda la habitación, sino ordenamos aquello, nunca lo haríamos. Suspire y me levanté de mi cama con un salto.

—Vamos Kevin, tenemos trabajo que hacer.

Sonreí satisfecho con el resultado final; mi pila de libros estaba perfectamente acomodada en una pequeña estantería. Había traído más que suficiente material de lectura para unos meses y bastante ropa. Mire extrañado las cosas de mi compañero.

—¿Para que trajiste una linterna?—pregunte acomodando lo ultimo de ropa que quedaba.

—Nunca se sabe cuando puede ser de utilidad—respondió Kevin.

La habitación que compartimos contaba con dos camas y un baño pequeño; no estaba mal podría haber sido algo peor.

—¿No estas emocionado?—dijo Kevin repentinamente.

—¿Por tener que estudiar prácticamente todo el día?—contesté con ironía.

—No hablaba de eso—soltó un bufido—hablo de las fiestas, el alcohol, las chicas.

—Vinimos a estudiar Kevin, no a recrear American Pie.

El río—Vamos Cas, estamos en la jodida Universidad diviértete un poco, por el amor de dios.

Rodee los ojos—Traje muchos libros, por si no lo habías notado—sonreí—yo me voy a divertir.

—No tienes remedio—ahora fue su turno de rodar los ojos.

Al siguiente día todo era un completo caos, estudiantes por todas partes, algunos incluso hasta corrían. No estaba nervioso pero ahora al ver semejante multitud todo cambio. Mis manos comenzaron a sudar.

—Mi primera clase es filosofía—mire el papel con los horarios y materias que tenía que cursar. La carrera que había elegido fue Psicología, por lo que la mayoría de mis materias eran teóricas.—Aula 223 ¿Sabes donde es?

—Creo que del otro lado del campus—Kevin también miraba su cronograma.

—¿Nos vemos a la hora del almuerzo?

—Claro, te enviare un mensaje de texto—dijo sin sacar sus ojos del papel.

Camine entre toda la masa de cuerpos, algunos por lo que pude oír buscaban sus habitaciones, otros su aula, y los más despistados no tenían los horarios.

La Universidad de Michigan era bastante grande, el campus del ala norte (en el cual me encontraba) se ubican sitios como la biblioteca, la cafetería y los salones de arte. Mientras que en el lado sur estaban los campos de juegos, los laboratorios y un pequeño jardín botánico.

Mi clase comenzaba a las 8:00 y eran las 8:10, iba diez minutos tarde. Y todavía no lograba encontrar la jodida aula 223. Cansado de caminar sin rumbo, decidí pedir indicaciones. Golpee suavemente el hombro de un chico con chaqueta de cuero, este volteo y me miró fijo a los ojos.

El muchacho era poseedor de los ojos más verdes y hermosos que haya visto en mi vida. Aclare mi garganta, algo nervioso.

—Estoy buscando el aula 223, ¿donde puedo encontrarla?—pregunte y lo estudié unos segundos.