Capítulo Catorce (Final).

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Hola! Bueno antes de dejarles con el capítulo final quería agradecerles a cada uno de ustedes por leer esta historia (se que no es la mejor y que aun tengo mucho que mejorar), por comentar y darme ánimos para seguir escribiendo.

¿Voy a publicar mas historias Destiel? OBVIAMENTE!!! Tengo muchas ideas en mente, asi que esten atentos(?)

PD: Al epílogo lo voy a publicar el viernes :)

Disfruten y gracias por leer una vez mas!!! :)


Dean

Mi alarma sonó, apague aquel odioso aparato de un golpe. ¿De que tenía sentido levantarme? Mi vida iba a seguir siendo igual de miserable. Nada de lo que hiciera arreglaría mis errores, no iba a recuperar a Cas.

Trate de no recordar la noche que pasamos juntos, en cómo nuestros cuerpos encajaban tan bien, en cómo los labios de Cas sobre los míos era como estar en el mismo cielo, en como... sacudí la cabeza alejando todos esos felices recuerdos y enterrándolos en el fondo de mi corazón.

Tomé mi teléfono y marqué su número; como era de costumbre me atendía la casilla de voz.

Esta vez en lugar de colgar, decidí dejar un mensaje.

—Lo siento Cas—digo e instantáneamente tengo un nudo en la garganta—lo siento—repito.

Finalizó la llamada y suspiro. No puedo seguir revolcandome en mi miseria; en pocos minutos me ducho y me visto. Tenía una importante reunión de negocios, a la cual incluía a mi padre y mi hermano. Era un jodido abogado, no tenía porque ir a esas estúpidas reuniones.

Sin embargo ahí estaba de pie en la entrada de la oficina; gracias al cielo que la primera persona que vi fue a Sam.

—¡Hey!—dijo en forma de saludo. Al igual que yo, él también iba arreglado para la ocasión—¿café?

Asiento y vamos a la cafetería que está cruzando la calle. Después de ubicarnos en una mesa y ordenar nuestro desayuno, Sam se dedica a estudiarme con la mirada.

—Dean, ¿Estás bien?—pregunta.

—He estado mejor—conteste, dándole un sorbo a la humeante taza de café. Suspire con cansancio —La verdad es que no estoy bien—admito—yo...—hago una pausa—¿Recuerdas a Castiel?

Sam asiente levemente—Si, el amigo de Jess.

Fijo mi vista en la taza de café y me preparo mentalmente para lo que estoy apunto de decir.

—Estoy enamorado de él—lo dije en voz baja, pero se que Sam me escuchó claramente.

Mis ojos solo están puestos en la condenada taza y mis manos sudan. Sam se echó a reír con tanta fuerza, que la poca gente que hay en el lugar nos mira con desaprobación. Miro a mi hermano reír, sin entender.

—Oh, Dean—sigue riendo—pensé que nunca me lo dirías.

—¿Lo sabías?—dije lleno de confusión y alivio a la vez.

—Vamos, era obvio—suelta otra risita—cuando estábamos en la Universidad fue fácil de adivinarlo, seguías a ese chico con la mirada todo el tiempo.

Ahora fue mi turno de reír, sentía como su hubiese sacado un gran peso de mis hombros— ¿Así que no estas enojado?

—¿Por qué lo estaría?

Hago una mueca—No lo se.

Sam puso una expresión seria—¿Lo amas?

—Si—respondo en un suspiro.

Segundas Oportunidades (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora