Epílogo.

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Un año después...

Castiel

El sonido de risas y corridas me despertaron. Deduje rápidamente que se trataba de Dean y Claire. Con un bostezo ahogado salgo de la comodidad de mi cama y compruebo mi hipótesis.

Claire corría por toda la casa, y Dean iba tras ella, ambos reían. El se percato de mi presencia y me sonrió.

—Buenos días—dijo depositando un corto beso en mis labios.

—Buenos días—repeti.

—Prepare el desayuno—anuncia caminando hacia la cocina, lo sigo y olor a pan tostado mezclado con café llega a mi nariz, haciendo crujir a mi estómago.

—¡Papi!—dice Claire lanzándose a mis brazos.

—¿Estás nerviosa?—le pregunto con una sonrisa.

—No, nada en absoluto—contestó. Se sienta en la mesa y comienza a devorar una tostada.

Hoy era su primer día de escuela, eso explicaba su entusiasmo y energía a tan tempranas horas en la mañana.

Dean se ubica a mí y lado y entrelaza una de sus manos con la mía.

—Creo que el que está nervioso eres tú—señala.

—No estoy nervioso, solo preocupado—replique, tomando un sorbo a mi taza de café.

—Por milésima vez Cas, no tienes nada de qué preocuparte.

Mire a Claire, quien tenía todo el rostro lleno de mermelada, ¿en que momento había crecido tanto? fue inevitable pensar.

Dean finalizó su desayuno y ayudó a Claire a prepararse, él era un gran padre con ella, cada día que pasaba reafirmaba mi teoría, era muy afortunado de tenerlo junto a mi.

Unos minutos después Claire ya con su uniforme de escuela me sonríe al verme. Oh cielos, lucía tan adorable.

—Prometeme que no vas a llorar—susurró Dean en mi oído.

Le doy un codazo en forma divertida y él suelta una risita.

—Tenemos que irnos o llegaremos tarde—dijo él, agitando las llaves del Impala en el aire.

Tome a Claire de la mano y nos pusimos en marcha; en pocos minutos ya nos encontrábamos en frente del establecimiento.

Al llegar había niños por todas partes, todos ellos acompañados por sus padres. Claire tomó mi mano y la de Dean a la vez. Hasta que se detuvo en seco, volteamos a verla, y tenía una expresión extraña en su rostro.

—¿Qué ocurre?—le pregunta Dean arrodillándose para quedar a su altura.

—¿Que pasa si no consigo hacer amigos?—responde ella.

—Cariño, si aquellos niños no quieren ser tus amigos son unos completos idiotas—sonríe—de cualquier forma, ¿quién no querría ser tu amigo? Eres la niña mas inteligente y asombrosa que conozco.

Claire abraza a Dean, y luego a mi. La estrujo todo el tiempo que puedo.

—Que tengas un grandioso primer día—dije.

Ella se despide de nosotros, y entra corriendo a toda velocidad al establecimiento.

Una vez de vuelta en nuestra casa, Dean me miraba con interés.

—¿Aún estás preocupado por Claire, cierto?—pregunta.

Muerdo mi labio inferior—Es solo que los niños pueden ser muy crueles a esta edad y...—Dean levanta una mano para interrumpirme.

—Detente. Ella va a estar bien—repite—y solo por si acaso me tomé la libertad de enseñarle algunas técnicas de defensa personal.

—Dean—pronuncie su nombre en forma de regaño. Luego mi vista se fija en la portada del periódico matutino. "John Winchester triunfa en los negocios internacionales" era el título de la primera plana. Dean también observa aquello durante un tiempo, sin decir una palabra. Sabía que las cosas entre su padre y él no terminaron de la mejor manera.

—¿Te arrepientes?—digo.

El me mira con el ceño fruncido—¿De que exactamente?

Me encojo de hombros—Ya sabes—trago saliva—elegir esta vida.

Dean suspira y se acerca a hacia mi—Cometí un millón de errores en mi vida, pero elegirte a ti no fue uno de ellos.

Apreté los labios—¿Tratas de hacerme llorar?

—En realidad, no—contestó negando con la cabeza.

Entrelace nuestros dedos—Bueno, eso es lo que haces.

—Cas...—susurro—estar contigo nunca se sintió mal. Es la única cosa que hice bien—pego su frente con la mía—Claire y tú fue lo único que hice bien.—Lo aparte solo un poco para poder mirarlo, lo mire a los ojos. 

Era Dean, mi Dean al que sabía que iba amar toda la vida; por la mirada de él, supe que se sentía de igual forma.

—Te amo Dean—dije.

Una sonrisa iluminó su hermoso rostro—Yo también te amo Cas—dijo uniendo nuestros labios en un beso.

                                 Fin.

Segundas Oportunidades (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora