Capítulo Tres.

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Castiel.

Si tuviera una cámara de fotos en este instante sin dudas capturaría la expresión en el rostro de Dean, en estos momentos.

—N-No, él no puede...—dijo Dean tartamudeando.

—¿Por qué no?—Charlie me rodeo con su brazo— siempre es bueno sumar gente nueva—me dedicó una amplia sonrisa.

En la siguiente hora, el profesor llamado Chuck explico los horarios y el contenido que veríamos durante el año. Dean no me quito la vista de encima en ningún momento y su ceño fruncido me daba a entender que estaba enojado conmigo por estar aquí.

—Bueno eso es todo, nos vemos el próximo viernes—dijo Chuck dando por finalizada la clase.

Tome mis cosas y salí rápidamente, sin embargo al llegar al pasillo Dean bloqueo mi paso.

—¿Qué ocurre contigo?—preguntó Dean mirándome fijo.

Sus ojos eran tan hermosos, pero este no era el momento para pensar en ello, sacudí levemente mi cabeza.

—Nada—conteste y me escabullí por uno de sus costados.

—Espera—Dean me tomo de mi hombro y me volteo para estar cara a cara—si esto es alguna clase de venganza por lo que ocurrió en la tienda con Lisa...

—No es ninguna venganza—lo ataje. Porque no era eso.

Carraspeo molesto—¿Entonces porque te anotaste en las clases de Teatro? ¿sabías que yo asistía a ellas?

Durante el almuerzo Charlie se acercó a hablarnos a Kevin y a mi sobre las asignaturas optativas. Ella fue tan amable y insistente que simplemente no pude decirle que no.

—No sabía nada, esta es mi segunda semana aquí, ¿cómo iba a saberlo?

Dean se cruzó de brazos, podía ver claramente sus músculos flexionados.

—Vas a tener que dejar las clases—dijo en tono serio.

Lo mire confuso unos segundos—¿Por que?—demande.

—El porque no importa, solo inventa una excusa para librarte de las clases.

Ahora yo estaba enojado, él no iba a decirme que hacer—No voy a dejar de venir solo porque tu quieras—sonreí—te guste o no ahora somos compañeros—termine con firmeza.

Aproveche el momento para pasar de él y seguir mi camino a mi habitación.

Los primeros exámenes trimestrales se acercaban, sentía que el tiempo libre que tenía no era el suficiente para estudiar para todas mis materias. Durante el día asistía a clases, por las tardes trabajaba y en las noches estudiaba. Mi rutina era la misma todos los días, excepto por los viernes que clases de Teatro. En las cuales Dean no me dirigía la palabra, hacia todo lo posible por ignorame. Yo intentaba hacer lo mismo.

A pesar de ello, cuando nos cruzábamos en la cafetería o cuando corría por todo el campus tratando de llegar a tiempo a mis clases, podía sentir sus ojos verdes mirándome. Con esto me daba a entender que aun seguía molesto conmigo.

Una tarde que no tenía que trabajar, ya que era mi día libre; aproveche para estar en la biblioteca y estudiar. Amaba estar rodeado por libros, si tuviera que elegir un lugar en el mundo ese sin dudas sería una biblioteca. Me ubique en una mesa al fondo, acomode la pila de libros que obtuve y comencé a leer.

Hasta que de repente una mano cierra el libro de golpe. Levanto mi vista irritado, para encontrarme con Dean y una sonrisa burlona en su perfecto rostro.

Segundas Oportunidades (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora