Las hábiles manos de Madara rodeaban con calma la de Minato, llevando consigo el trozo negro de tela que había cortado de la manga de su chaqueta. Un leve quejido de Minato llegó hasta sus oídos, pero no paró de vendarle aquella herida que pronto dejaría de sangrar. Cuanto más tiempo pasaba con ese rubio, más se daba cuenta Madara de que estaba bajando la guardia, era un enemigo, estaban compitiendo y, sin embargo, no podía dejar de ayudarle sin entender el motivo.
Al levantar la vista hacia ese rostro de mirada y rasgos inocentes, se dio cuenta. Le atraía. Los Namikaze tenían algo que conseguía atraer al resto de ninjas pero él no pensaba rebajarse como los demás, él no caería tan bajo como para amenazarle o intentar tomarle por la fuerza, ese chico sólo necesitaba un poco de paciencia y ternura en su vida, algo casi imposible de encontrar en este cruel mundo de luchas y asesinatos Ninja.
Por un instante, sus miradas se cruzaron deteniendo el tiempo a su alrededor. La brisa seguía corriendo, moviendo las débiles ramas de las copas de los árboles, dejando caer las verdes hojas sobre ellos, pero no les importaba, ni siquiera se percataban de ello. El uno se había perdido en los ojos del otro, un azul profundo ahogándose en aquella oscuridad tan característica de los Uchiha, hasta que Minato sintió el rubor llegar a sus mejillas y rompió aquel tenso ambiente que ambos habían dejado que apareciera.
- Yo... tenemos que movernos – dijo Minato levantándose pero resbalando con una de las piedras mojadas del río, siendo cogido por Madara para evitar que cayera al agua.
- Ten cuidado, estas piedras resbalan mucho.
- Lo siento. Soy un poco torpe – sonrió Minato.
Aquello no pasó desapercibido para el Uchiha. Había visto la velocidad de Minato de primera mano. Había visto su bondad cuando detuvo aquel ataque, su agradecimiento por haber sido salvado en el inicio de la carrera, él no era torpe, estaba nervioso y se había puesto nervioso con aquella profunda mirada que habían compartido.
Madara apoyó la bota en una de las piedras para salir del riachuelo cuando sintió algo... su compañero se había quedado inmóvil y entonces, se dio cuenta de que la brisa había dejado de soplar, los árboles ya no se movían y el canto de los pájaros había desaparecido. La noche estaba cayendo y la visibilidad se reducía. Sintió la mano de Minato en su pecho golpeándole con fuerza hacia atrás tirándole al río mientras él se alejaba en el otro sentido y un kunai con una tarjeta explosiva cruzaba entre el hueco que Minato había dejado entre ambos, clavándose contra un tronco de atrás y explotando al instante.
- Minato – gritó Madara al darse cuenta de que la explosión debía haberle alcanzado a él.
Sentado en el riachuelo, Madara trató de ponerse en pie pese a sentirse empapado y dolerle el pecho donde Minato le había golpeado. Un gesto de dolor se colocó en su rostro, seguramente porque Minato había utilizado chakra en su palma para impulsarle algo más lejos de aquella explosión.
- Joder – se quejó y casi se maldijo por haber bajado la guardia en aquel momento. Estar pendiente de Minato le estaba costando caro. Era la segunda vez que ese chiquillo se daba cuenta del peligro antes que él y le protegía – Sharingan – susurró activando la habilidad innata de su clan.
Podía ver el chakra de Minato justo en mitad del fuego, lo más probable es que estuviera rodeado al haberse lanzado en la dirección contraria. Parecía estar buscando algo, seguramente sus armas, pero no las encontraría, Madara ya las había visto en el suelo frente a él. Se le habían caído cuando le empujó con aquella brusquedad.
Madara realizó un par de sellos con sus manos y levantó parte de la tierra cercana a él para lanzarla contra el fuego, apagando parte de él para que Minato pudiera salir en su dirección. Ni siquiera tuvo que decírselo cuando le vio caminar hacia él, tosiendo por el humo que había aspirado.
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El susurro (Naruto, Madara-Minato)
FanfictionResumen: Izuna ha sido asesinado a orillas del río pero Madara, consigue llegar en su momento final para escucharle decir sus últimos susurros. Movido por el odio y el dolor por la muerte de su hermano, clamará justicia para el asesino de Izuna. Mad...