Capítulo 19: Sellos.

1.4K 188 25
                                    

La noche había caído, pero dos ninjas seguían corriendo entre los árboles en dirección a la aldea oculta de los Yamanaka. Poca gente sabía dónde se encontraba su ubicación exacta, sin embargo, ambos habían activado el sharingan para descubrir sus secretos ilusorios y conseguir encontrarla.

Madara agachó un segundo su mirada hacia Minato. Había sido cruel con él aquel día, le había hecho daño pero ambos pensaban que era un asesino. Ni siquiera Minato era consciente de que no era él el culpable de todo lo que había ocurrido. Ese pensamiento hizo que Madara abrazase más el cuerpo de Minato y lo acercase al suyo. No creía poder perdonarse si moría en sus brazos, no después de haberle dicho como últimas palabras todo aquello.

- Vamos... aguanta – susurró juntando su frente a la de un inconsciente Minato.

- ¿Cómo va? – preguntó Shisui al ver a Madara tan afectado.

- Nada bien. Su respiración se entrecorta y su pulso cada vez es más débil. Está perdiendo demasiada sangre. Ni siquiera debería estar vivo.

- Démonos prisa, no debe estar lejos la aldea.

- Tendría que estar por aquí. permanezcamos atentos.

La sangre de Minato impregnaba los negros guantes de Madara. Al ver aquello, tan sólo pudo acelerar el paso siguiendo a su compañero. No quería pensar en la posibilidad de perderle, pero no podía evitar pensar en ello. Sólo quería llegar a la aldea y tratar de convencer a los Yamanaka para que ayudasen a ese chico.

Tras cinco minutos en la misma dirección, por fin ambos descubrieron la ilusión que mantenía oculto el clan de los Yamanaka. Gracias a su sharingan, la disiparon y caminaron hacia el interior de una aldea que les observaba con temor y dudas. A ellos no les sorprendía la reacción, sabían que el clan Uchiha nunca había sido querido en ninguna parte. Los susurros se hicieron presentes al instante, unos preguntándose qué harían dos Uchiha allí en su aldea, otros observando al chico rubio inconsciente que llevaban en brazos.

- Queremos hablar con la líder del clan – especificó Madara.

Los murmullos y cotilleos se reanudaron ante aquello. La gente dudaba si indicarles quién era la líder del clan, pero finalmente, nadie tuvo que decir nada, puesto que apareció frente a ambos chicos saliendo de una de las cabañas.

- Yo soy la líder del clan – exclamó Tsunade – pero los Uchiha no son bien recibidos aquí. Marchaos por donde habéis venido.

- Nos iremos – aclaró Madara – pero él se queda.

Los ojos de Tsunade se fijaron en ese chico rubio que Madara llevaba en brazos. Lo conocía, sabía muy bien quién era ese chico. Por mucho que quisiera obviar la situación, no podía hacerlo.

- Sálvale y nos iremos – le insistió Madara – tienes mi palabra.

- ¿Por qué debería ayudar a los Uchiha?

- Porque no soy yo quien necesita ayuda, sino un Namikaze. Te lo suplico, te lo imploro si quieres, sálvale.

Tsunade chasqueó los labios sabiendo que jamás volvería a escuchar a un Uchiha suplicar por nada ni por nadie. Nunca se había fiado de los Uchiha, pero era cierto que no podía dejar morir a un Namikaze.

- Metedle dentro, rápido – dijo finalmente abriendo la puerta de su casa.

Shisui observó a Madara de una forma extraña aunque su compañero lo entendió perfectamente. Ninguno de los dos se fiaban de aquello, pero no tenían más remedio que entrar allí si querían salvar a Minato. Madara hizo de tripas corazón y entró cargando a un Minato que había dejado de respirar hacía unos segundos.

El susurro (Naruto, Madara-Minato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora