Prologo: La terrible noche.

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La noche era húmeda y ventosa, varios niños disfrazados caminaban bamboleándose a través de la plaza, y los escaparates estaban cubiertos de arañas de papel, todos adornos muggle de mal gusto de un mundo que sin duda no creían... mientras un hombre se deslizaba hacia delante, con esa sensación de resolución y poder y corrección que siempre sentía en estas ocasiones, se sentía un aire misterioso alrededor.

--- ¡Bonito disfraz, señor! --- le dijo un niño divertido.

Vio la sonrisa del pequeño vacilar cuando se acercó lo suficiente como para ver bajo la capucha de la capa, vio el miedo nublar su cara pintada: Entonces el niño se giró y huyo... Bajo la túnica sostenía el mango de su varita... un movimiento simple y el niño nunca alcanzaría a su madre... pero era innecesario, realmente innecesario...

Entonces encontró lo que estaba buscando, al parecer había razón y el encantamiento Fidelius se había roto... aunque claro la familia que ahí vivía no lo sabía aun.

No habían corrido las cortinas, los veía a todos muy cariñosos en un pequeño salón, el hombre alto de pelo negro y sus gafas, haciendo que ráfagas de humo de colores salieran de su varita para entretener a dos pequeños bebes de pelo negro y pijamas azul y verde. Ambos niños se reían y trataban de coger el humo, agarrándolo en sus pequeños puños.

Una puerta se abrió y la madre entro, cargando a otra pequeña bebe de cabello negro pero con pijama rosada, murmurando algunas palabras que no pudo escuchar, mientras su largo pelo rojo oscuro le caía sobre la cara y la pequeña niña trataba de quitárselo. El padre cogió a ambos bebes para dárselos a la madre, que con una gran habilidad tenía a los tres en brazos sin batallar. Mientras el padre tiraba su varita al sofá y se despedazo, bostezando.

La verja rechino un poco cunando la abrió, pro James Potter no lo oyó. Su mano blanca aferro la varita bajo su capa y apunto a la puerta, la cual se abrió de golpe.

Estaba en el umbral cuando James llego corriendo al vestíbulo. Fue fácil, demasiado fácil, ni siquiera había recogido su varita.

--- ¡Lily, coge a los niños y váyanse!, ¡Es él! ¡Vete!, ¡Huye!, ¡le retendré!

¡Retenerle, sin una varita en la mano!... se Rió antes de lanzar la maldición.

--- ¡AVADA KEDAVRA!

La luz verde lleno el estrecho vestíbulo, dibujando la silueta de los tres cochecitos de los niños contra la pared. Hizo que los pasamanos brillaran intensamente igual que relámpagos, y James Potter cayó como una marioneta cuyas cuerdas hubieran roto.

Podía oírla gritar en el piso de arriba, atrapada, pero mientras fuera sensata, ella y la niña, al menos, no tendrían nada que temer... subió las escaleras, y allí de pie, estaba ella, protegiendo una cuna donde los tres niños se encontraban metidos, abriendo los brazos, como si eso fuera ayudarles.

--- ¡A mis bebes no, a mis bebes no, por favor a mis niños, no!

--- Apártate, muchacha estúpida, hazte a un lado, ahora.

--- Harry no, por favor no, llévame, mátame en lugar de ellos...

--- Esta es mi última advertencia.

--- Daniel, Harry, Por favor... ten misericordia... ten Misericordia. ¡Harry no! ¡Daniel no! Por favor, hare cualquier cosa.

--- Apártate. ¡Apártate, muchacha!

Pudo haberla apartado a la fuerza de delante de la cuna, pero parecía más prudente matarlos a todos...

La luz verde brillo intermitentemente en toda la habitación y cayo como su marido. Los niños no habían llorado en todo este tiempo. Estaban de pie, aferrándose a los barrotes de la cuna, al menos los dos niños, porque la niña se encontraba sentada jugando con un inofensivo peluche e ignorando a sus hermanos. Pero sus dos hermanos, levantaban la mirada hacia la cara del intruso, con brillante interés, quizá pesando que era su padre el que se escondía bajo la capucha, para hacer más luces bonitas, y que su madre se levantaría en cualquier momento, riendo.

En eso escucho un ruido sordo, entro una mujer, la esposa de uno de sus aliados, venía con muecas en la cara, observando el cadáver de la madre de los niños, pero no hizo gesto alguno o mostro debilidad, solamente inclino la cabeza, en un modo respetuoso de honrarle.

--- La niña, llévate a la niña --- le indico, confundida la mujer asintió para tomar a esa pequeña que lloraba amargamente, junto con sus hermanos.

Su llanto se hizo más prolongado cuando fue separada de sus dos hermanos, el hombre arto indico que se largara con la niña, sino iba a cambiar de parecer y matarla al igual que a los hermanos. Pero la profecía no decía nada de una niña y esa bebe le podría servir en un futuro, estaba seguro de eso.

Cuando Narcisa Malfoy se fue de la casa, con la pequeña e inocente Emma Potter, llorosa por ser separada de sus hermanos, él volvió al ataque con los dos bebes, apuntando en la cara a uno de los niños Quería ver de uno por uno como ocurría, la destrucción de ese inexplicable peligro. Los dos niños seguían llorando. Habían visto que no era James y que se llevaron a su hermana. Lo le gusto que lloraran, nunca había podido soportar a los pequeños lloriqueando en el orfanato.

--- ¡Avada Kedavra!

--- Explícame otra, ves Dumbledore, ¿Por qué no puedo quedarme con mi sobrino Harry? --- le preguntaba exigente Daniell Potter al director del colegio magia y hechicería de Hogwarts.

--- Porque Harry Potter estará más a salvo con su tía Petunia.

--- Es mi sobrino, hijo de mi hermano, me puedo hacer cargo y protegerlo --- le recordó tajante

--- Lo 'se, pero confió en que cuidaras a Daniel todo este tiempo --- le dijo tomando su mano, ella bajo la mirada al piso --- no te pongas así, algún día volverás a encontrarlo y Daniel y Harry serán otra es hermanos inseparables.

--- ¿Has sabido algo de... Emma? --- pregunto Daniell pensativa.

--- No, el ministerio lo dio por sentado su perdida, murió entre las ruinas, según las notificaciones de Cornelius.

Daniell bajo la cabeza, al bebe que estaba en tre sus brazos, era el pequeño niño de su hermano, de tres bebes, ella solo se haría cargo de uno, mientras que su sobrina estaba perdida por que ella no la daba por muerta, no sin un cuerpo como los de... su familia. Y su otro sobrino, quien sufrió todo lo de la maldición tendría que estar con una insípida y repulsiva familia de muggel, era todo tan injusto.


NOTAS DE AUTOR:

Historia semi completa en potterfics.com.

Editada 09/10/2016

1 Harry y Ginny: Una Historia de amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora