¡No te metas con los waffles!

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Estaba en la fiesta y noté que alguien se dirigía a mí, pero no distinguía quién era debido a que todo estaba oscuro, el chico, del cual sólo fui capaz de reconocer su silueta de hombre se sentó a mi lado.

—Hola, Emily –reconocía esa voz era. Era... ¡Ya se! era Oliver, el chico nuevo que atraía a casi todas las chicas del instituto, sí, dije casi porque no me atraía a mí, solo lo consideraba un amigo más.

—Hola, Oliver, ¿cómo has estado?

—Bien ¿y tú? –me pregunta mientras le pide a la camarera un trago.

—Mejor de lo del otro día supongo...

—Ah, me alegra. Cambiando de tema, ¿quieres bailar?

—Claro.

Oliver y yo estuvimos un rato bailando. Luego, nos sentamos al borde de la piscina y hablamos.

Me comenzó a dar sueño alrededor de las 3 de la mañana y sin querer mi cabeza cayó sobre el hombro de Oliver, quien cayó a la piscina junto a mí, parece que los 2 nos estábamos durmiendo, suerte que en mi auto tenía como 2 mudas de ropa secas porque quedé por completo húmeda al igual que Oliver, quien también tenía ropa en su auto.

Me vestí en el baño y con el susto que tuvimos nos quedó energía de sobra, cerca de las 6 de la mañana las personas se comenzaban a ir y yo junto con mis amigas nos fuimos a mi casa en mi carro, Stephany se durmió en el sofá por lo cansada que llegó, por otro lado, Chloe se fue a la habitación de huéspedes.

Yo por mi parte no fui capaz de dormir por lo que me di una ducha rápida y salí a caminar y al parecer Oliver tampoco pudo dormir porque me lo encontré en el camino, caminábamos al mismo paso, pero sin decir nada, fuimos hasta el mismo parque de ayer.

Cuando salía a caminar llevaba mi celular siempre ya sea para escuchar música o para cualquier otra cosa; mientras hablábamos Oliver y yo comienza a sonar mi celular, era mi hermano mayor su nombre era Erick, no lo menciono mucho porque casi nunca está en casa y cuando está, esta con sus amigos y llega tan tarde que casi nunca le veo. Contesté el celular.

—Hola hermanita –dijo con un tono alegre.

—Hola Erick.

—Hermanita... ¿Dónde estás?

—Salí a caminar como todos los días

—Ah... ¿No sabes donde hay llaves de casa? Las mías las deje dentro.

—Ah, que interesante...

—Hermana por favor... Necesito que vengas, en serio

—A ver ¿cuánto me das?

—Hermanita...

Me reí levemente. —Ya voy para allá

Puede que no haya ganado nada, pero le hice gastar minutos y hasta conseguí que me suplicara, algo es algo; como debía irme le dije a Oliver que nos veíamos luego.

Cuando llegue a la casa, mi hermano estaba sentado en la entrada, abrí la puerta, entre a la cocina y me prepare unos waffles. Se me olvidó llevar cubiertos así que me devolví, cogí un tenedor y un cuchillo cuando fui al comedor para comer mi dichosos waffles encuentro a mi hermano comiendo mi waffle.

—¡No te metas con mis waffles! –le dije gritando

—Solo es comida, supéralo

—Ah, "superalo", ya lo veras, tú supera esto- cogí el waffle subí las escalas hasta mi cuarto y me tragué el waffle ¿que si no me estaba ahogando con más de medio waffle en mi boca?, sí, pero era mejor ahogarme a que mi hermano se lo comiera.

—¿Qué hiciste? –dijo mi hermano.

—Comer –le dije con tranquilidad.

—¿No me dejaste nada?

—¡No, era mío! –dije mientras mi hermano se iba con la cabeza hacia abajo.

—Pues... ¡Pues me preparo uno mejor y listo! –gritó comenzando a irse de mi habitación, lo ignoré y me asomé a mi ventana, parece que tenemos visita...

Cupido... ¡En persona!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora