¡Bryan!

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—¡Bryan! –grité con emoción invadiendo mi pecho. Hacía mucho tiempo no lo veía. Quién diría que este mismo día había estado pensado en él.

Abracé a Bryan y él no tardó en corresponderlo.

—¡Sigues igual de bajita que siempre! –me dijo con una sonrisa y un brillo en sus ojos.

—¡Oye! Yo también te extrañé, solo digo.

—E igual de molesta que siempre, veo que no cambias.

—Sabes que no cambio –le dije con media sonrisa en la cara– ¡Estoy tan feliz de volver a verte –dije esta vez volviéndolo a abrazar!

—Yo también, pequeña.

—¡Ey, te aseguro que me vuelves a decir así y te quedas sin hijos!

—Okey, calma tigre.

—Oye, pero tengo una duda, bueno, una no, ¡miles de dudas!

—Bueno, ¿te parece si comenzamos desde el inicio?

—No, bobo, iniciemos desde el final –dije con un tono algo sarcástico.

—Ya, ¿qué quieres preguntar?

—¿Porque estás aquí?, ¿ahora vives solo?...

—Estoy aquí porque mi padre tuvo que mudar su trabajo, ahora tiene una empresa propia, y no, no vivo sólo, vivo con mi padre, pero no está todo el tiempo en casa.

—Ah, pues, ¿qué te parece si pedimos algo de tomar y seguimos hablando? –le dije con un tono algo formal.

—¿Desde cuándo tan educada la niña?

—Desde que mis padres me obligan a ir a sus cenas formales, donde hacen sus negocios y todas esas cosas las cuales no me importan.

—Sí, sabía que no cambiarías

Aproximadamente a la 1 de la mañana acompañe a Bryan en el carro de él a la casa donde estaba viviendo él, esa noche la pase en casa de Bryan.

No, no se me hacía raro, ya lo había hecho en varias ocasiones, por lo que no estaba mal.

Al día siguiente Bryan me llevó a mi casa, y me acompañó hasta la puerta. Nos despedimos.

Una vez dentro de la casa vi que los amigos (7 para ser precisa) estaban en la sala conversando, como los conocía bien desde hace tiempo los saludé.

—¡Hola Michael, Esteban, Will, Carlos, Andrés, Camilo y Marco!

—¡Polo! –grito Marcos, pero de cariño le decía Marco.

Me reí, en ocasiones me entretenía bastante con los amigos de mi hermano—Voy a estar en mi cuarto, hermanito, por si me necesitas estaré en mi habitación.

—Emily, no me digas "hermananito" si mide si mides un metro menos que yo

—¡Me vuelves a decir bajita y te parto la ma...-no me dejo terminar.

—Eso no se dice.

—Ahora se supone que eres educado, ¿quién eres y que hiciste con mi hermano?

El denominado hermano mayo se rió sarcásticamente —No soy educado, pero tú deberías ser educada.

—Bueno, como sea Erick, voy a estar en mi cuarto si me necesitas.

Subí a mi cuarto y una vez adentro comenzó a sonar mi celular, era un número de alguien a quien no tenía guardado.

—¿Hola?

Cupido... ¡En persona!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora