-¿Mañana irás al instituto?
-Supongo que sí, no me queda más remedio.
-Vale. Así no voy sola. -Elísabet sonríe y se sienta en el sofá del salón.
-Verás... Es que... Voy con alguien.
-¿Cómo? ¿Con quién? -El volúmen de la voz de Eli sube.
-Con unas amigas... -Miento. No quiero que mi hermana se entere.
-¿Qué amigas? ¿Me vas a dejar por unas que conoces desde hace cinco días? ¡No es justo!
-Ya, bueno, perdón. Ya iremos otro día juntas.
La conversación se da por finalizada, o eso parece. Elísabet me mira con odio y respira muy fuerte, tanto que me empieza a preocupar.
-¿Qué haces respirando así? -La miro algo enfadada.
-Déjame.
Mi mirada se centra en sus ojos y me acerco a ella. Mi mente se queda en blanco y empiezo a pensar; ¿será mejor decirle la verdad? Igual así lo comprende y no se enfada. Quien sabe, pero prefiero no ocultar nada. No soy una mentirosa. Lo peor sería que Eli se lo contara a mi madre, ¿qué pensaría? Pues que estoy loca, lo más seguro. Loca de fijarme en un chico de diecisiete años, que ahora se nota. Yo soy tan infantil e insegura... Él es un chico seguro de sí mismo, esa es la gran diferencia.
Me acaricio los labios. Hasta hace un rato los ha saboreado Marcos. Parecía imposible que yo también pudiera disfrutar los suyos, pero todo lo imposible se intenta. Y esta vez se ha conseguido.
Dejo mis pensamientos a un lado y miro a Elísabet.
-Si te cuento una cosa, ¿me prometes no decírsela a nadie?
-Claro...
-Bien. A nadie, ¿vale?
-A nadie.
-Bueno... A ver. ¿Recuerdas a aquel chico que había en la habitación?
-Sí, ¿ese que estaba tan bueno?
-Se llama Marcos.
-Ah, ¿y qué?
-Por donde empiezo... Ese chico tiene diecisiete años, es decir, me pasa tres. Le conocí en el instituto el primer día, nos chocamos y... Bueno, tuve una sensación extraña al tenerle cerca.
-¿A qué te refieres?
-Que me gustó. Su sonrisa, su piel, su mirada, sus ojos, su voz...
-¿Me estás diciendo que...?
-Calla, déjame hablar. -Le interrumpo. -Ese chico y yo nos hemos conocido mejor y... Hemos acabado siendo amigos (prefiero evitar decirle lo del beso ya que se podría poner muy pesada).
-¿Y vas a ir con él mañana?
-Sí. No te enfades, por favor. Solo quiero que lo entiendas. Que ese chico me gusta muchísimo, me encanta. Y no puedo dejarle pasar, me arrepentiría muchísimo.
-Vale, está bien, no pasa nada. Ya quedaré yo ahora con Sara... ¿Te parece bien?
-Bien.
Ambas nos miramos y sonreímos. Me siento algo satisfecha de haberle dicho la verdad ya que no me gusta ocultarle las cosas, aunque a veces no se pueda remediar. Al fin y al cabo somos hermanas, y aunque algunas veces discutamos, yo la quiero mucho.
Son las nueve de la noche y ya es hora de cenar.
La mesa ya está preparada y todos nos sentamos alrededor de ella. Dani está callado y Elísabet no hace más que sonreirme pícaramente. Mi madre está trabajando, así que estamos los tres solos. El silencio me pone nerviosa y decido romper el hielo, por lo menos esta vez.
-Parece que hoy a hecho buen día.
Menudo comentario más tonto acabo de decir...
Los dos se me quedan mirando y ríen bajito, pero no dicen nada. Yo resoplo, algo indignada y decudo romper el hielo una vez más.
-¿Vais a decir algo?
-¿Sobre qué, sobre el tiempo? No. -Dani me mira serio, algo burlón.
-Sobre el tiempo no, listo.
-¿Entonces sobre qué?
-Pues no se, pero a mi estar en silencio me pone nerviosa. Me siento incómoda. -Me levanto y meto el plato en el lavavajillas, seguidamente saco un vaso del armario y un bote de Cola Cao.
-No me apetece hablar. Hoy ha sido un día largo y estoy agotado.
-No solo para ti ha sido un día largo. -Elísabet se incluye en la conversación, con tono serio. -Estoy deseando que termine la semana cuanto antes.
-Que negativos estáis. Para mi hoy ha sido un buen día, dentro de lo que cabe. Hay que buscar el lado bueno a las cosas, no el malo. -Me preparo el Cola Cao y me vuelvo a sentar en la mesa.
-¿Te pones filosófica? -Eli me mira sonriente.
-No, solo que no entiendo por qué estáis así. ¿Por estar cansados? Todos lo estamos, hasta yo.
-Eres una enana. No lo entenderías, son cosas de la vida. -Dani me mira, algo más serio que antes y se levanta de la mesa para coger el postre.
-¡No soy una enana, soy hasta más madura que tú!
-Eso lo crees ahora. Verás cuando seas un poco más mayor.
Eli se levanta de la mesa y se despide con la mano. Sale de la cocina y sube a la habitación dando pasos fuertes, tanto que retumban las escaleras.
-Lo que tú digas. -Me termino el Cola Cao y me levanto de la mesa. Miro a mi hermano algo desafiante y suspiro.
Salgo de la cocina y subo por las escaleras. Hoy ha sido un día muy largo, y la verdad, me ha gustado, salvo este final. Desde esta mañana, he estado con el chico que ocupa todo el rato mis pensamientos, y eso me encanta. Me encanta tener su respiración agitada cerca de mis labios.
Entro en la habitación y enciendo el e-book que me regalaron el año pasado por mi cumple. Me apetece leer algo. ¿Una historia de amor? Me encantan esas, pero ya tengo una con Marcos. Una que no cambio por nada... Pero acaba de empezar y no se si podría llamar amor a lo que tengo con él. Cierto es que ambos sentimos algo y que nos queremos, que nos deseamos a cada segundo y que nos encanta vernos juntos, pero prefiero ir despacio. Lo que fácil llega, fácil se va. Y no quiero perderle, le conozco desde hace poco pero ya me ha dejado huella. Increíble, ¿verdad?
Me tumbo en la cama y empiezo a leer.
Las horas pasan, y mis ojos empiezan a cerrarse. Mañana me espera otro día...

ESTÁS LEYENDO
Bajo el mismo cielo
Fiksi RemajaY es justo en ese momento, cuando te das cuenta que ha aparecido esa persona en tu vida que llevabas tanto tiempo buscando. Esa persona que te hace cometer las mayores locuras que se pueden hacer. Esa persona que vive en tu mente y que su nombre est...