-que cosa!? si estoy bien
-pero te reíste como loca, ¿como iba a saber que estabas bien?
Fue imposible no volver a reír
-pero si tu cara de preocupación fue máxima, eres tan linda... te amo -le dije despacito
-como no me iba a preocupar te pegaste en la cabeza y te reías como loca, cualquiera se preocupa y... también te amo- me decía despacio- pero si vuelve a pasar por favor responde a mis preguntas, me preocupe mucho
-ok, perdón, nunca más profesora
-mas le vale alumna, esta usted loca
-loca por ti
-shh guarda la compostura, en la casa hablaremos esos temas.
Nuestras sonrisas cómplices me hacían sentir extrañamente eufórica, sentadas juntas mirando el partido, sólo sentir el lado de su brazo derecho me ponía los pelos de punta.
Así pasaron los días y nuestra relación estaba cada vez mejor, a su lado todo tenía un aire distinto, no niego que también hubieron discusiones como en toda pareja, pero nada que no se pudiera resolver. Sólo eran mis celos infantiles.
En mayo de ese año cumplí 19 años vino mi madre a visitarme unos días en los cuales Fernanda tuvo que irse a la casa de una amiga, odiaba eso, me daban celos, no de desconfianza sino que de no pasar tiempo con ella, mi amor era ciego. Un caos total, tener que guardar todas sus cosas, esconder algunas fotos que teníamos juntas en los muebles, no dejar rastro de que vivía con alguien mas, porque claro, Fernanda nunca se fue a arrendar a otra parte.
Cuando se fue mi mamá, Fer volvió un poco complicada, lo note apenas entró.
-Hola Fer, que pasa - le preguntaba mientras le daba un beso.
-Estoy complicada por algunos temas
-¿te paso algo? ¿alguien te dijo algo?
-no, estoy bien, pero me da mucha pena ocultar lo nuestro
-tenemos que hacerlo si queremos seguir donde estamos, lamentablemente nuestra sociedad es así
-lo sé, pero cuando salgas de la u conseguiré trabajo en otra parte y podremos ser libres
-ósea que tu, tu quieres estar conmigo públicamente
-por supuesto, no quiero que pienses que estamos escondiendo esto porque es algo sucio o cosas por el estilo, para mi esto es lo correcto y no permitiré que nadie diga lo contrario, ambas somos adultas y conocemos y aceptamos nuestros sentimientos. Lamentablemente la sociedad nos segrega y necesitamos el trabajo. No sabes cuanto te amo, eres la mujer que me tranquiliza, con la que quiero pasar el resto de mi vida.
Llevábamos seis meses de relación y creía que lo que me estaba diciendo no era para nada descabellado, porque yo sentía lo mismo, uno sabe cuando encuentra a la persona adecuada, se siente algo que no sabes como explicar, pero sabes que es eso.
-yo también quiero estar contigo por siempre
-Feliz cumpleaños mi amor te traje un regalo, ahora si podemos celebrar juntas.
-oh que hermoso!- era un collar que tenia nuestras iniciales- eres genial.
-Tu mucho más
-no, tu mas!
-debemos dejar de hacer esto, es muy cursi... pero...no, tu!
y la callé con un beso, ella es mucho más genial que yo. La abracé y encamine a nuestra pieza. Ya era el momento me sentía segura y preparada. Necesitaba expresarle mi amor de una forma que nunca lo había hecho.
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Mi profesora, mi enamorada.
RomanceCuando intentas evitar lo inevitable las cosas se ponen feas. Esta es la historia de Emilia, todo iba bien en su primer año de universidad hasta que tiene un problema con Fernanda, una profesora renombrada. En el camino de buscar soluciones a este r...