Parte 35

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Decidí no ponerme nerviosa, después de todo era Fernanda, la conocía mucho más que cualquier persona, los temas se irían dando.

Preferí ir al departamento donde está viviendo para evitar recordar momentos en el mío. Tome aire, arreglé un poco mi cabello y toqué el timbre, esperé 6 segundos para ver su rostro cordial ante una visita que no debería ser visita.

-pasa -me dijo saludando con un beso en la mejilla

-permiso

-pasa con confianza, Jota no está, llegará tarde

-bien...

-hey relájate... yo igual estoy nerviosa, pero pienso que cualquier cosa que pase luego de aclarar este tema va a estar bien

-si estoy tranquila, pero igual es extraño

-si... ¿te sirvo jugo? hice natural - amo esos jugos - tengo cosas ricas para comer, espero no estés a dieta

-¡nunca! sírveme nomas

Luego de instalar la mesa y conversar temas como trabajo, estudios, vacaciones y tiempo libre llegó el momento de comenzar la verdadera conversación, motivo de esta reunión.

-no sé como empezar - me dijo de pronto

-yo puedo empezar, mi historia es corta

-bueno, puedes decirme lo que quieras

-ok, primero, no quiero que te sientas culpable de lo que me pasó, quizás si, tu fuiste la que desencadeno toda esa crisis, pero era un problema interno que tenía desde hace muchos años y que tarde o temprano, contigo o sin ti, tenía que pasar.

La miré y vi una señal de asentir ante mi primer dialogo.

-hm ya, por donde empiezo... - dije tomando aire- la ultima vez que nos vimos fue luego de esa borrachera y ese tobillo doblado, yo pensé que estaba bien, pero claramente no lo estaba. Ya no me da vergüenza decir que tenía una obsesión, que era cortarme

-no tienes por que sentir vergüenza

-la tenía... contigo nunca tuve la necesidad de sentir dolor, pero las adicciones pueden calmarse un tiempo, pero no desaparecen como la magia.

-puedo hacerte una pregunta desubicada

-adelante este es el momento de decir todo lo que tengamos que decir

-ok... ¿por qué nunca me contaste de eso?

-no sentí la necesidad, tenía plena confianza en ti, pero como nunca tuve alguna tentación de hacerlo no creí necesario decírtelo, pero si lo hubiese necesitado, hubieses sido la primera a la que le hubiese pedido ayuda

-desde cuando lo hacías

-desde la adolescencia

-por culpa de esa estúpida- dijo alterada- perdón... me da rabia

-tranquila, esa estúpida como la llamas, probablemente necesite ayuda

-lo sé, pero me da rabia que existan personas así, capaces de hacer tanto daño por culpa del daño que les han hecho, debería ser todo lo contrario, tratar de remediarlo

-pero no todas las personas son iguales... bueno, luego de eso, llame a una amiga y ella me llevo al hospital, llamó a mi mamá y esta ultima decidió dejarme internada. Me sedaron, conocí gente interesante adentro, sufrí mucho al principio, dije tu nombre sedada y no sedada tantas veces que todo el mundo sabía tu nombre, todos, a tal punto que me daba susto. Te envíe cartas, esperé fueras a verme, pero sabía y entendía que probablemente no te dejarían entrar, porque como dijo mi psicóloga, tu desencadenaste la crisis y en ese momento no era conveniente que estuvieras a mi lado. Pero a pesar de todo lo que me dijeron... te llamé, arriesgando la sociabilidad de mi compañera de habitación, arriesgando mi recuperación, pero tu me respondiste lo que no quería escuchar y luego de eso, decidí que debía superarlo. Ahora entiendo que te amenazaron, pero en ese momento todo se cayó ante mis ojos... Logré entender que estaba mal conmigo, no por tu culpa, sino que con mi vida y gracias al apoyo que me dieron dentro de la clínica solucione problemas que probablemente me hubiesen acompañado toda la vida. Cuando salí de ahí estaba confundida en qué hacer físicamente, pero mentalmente nunca había estado tan clara con como ver la vida, seguía sintiendo cosas por ti, pero ya había aprendido como llevar estas emociones. Y de pronto de un día para otro ya estaba reconstruyendo mi vida, teniendo nuevos amigos, nuevas actividades, volviendo a ser yo.

Mi profesora, mi enamorada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora