Capítulo 35. Creo que estoy embarazada.

156 9 0
                                    

Chloe.

– ¿Qué creías que hacías? –

– ¿Estabas espiando? –

– No has contestado mi pregunta – Se cruzó de brazos.

– Ni tú la mía – Hice lo mismo que él. Ed pasó una mano por su cara, lo suele hacer cuando se desespera.

– Niña, no estoy jugando –

– ¿Por qué eres así? – Subí un poco la voz.

– Sólo contéstame y te puedes ir –

– Bien, no estaba haciendo nada – Intenté pasar por un lado, pero me detuvo.

– ¿Nada? ¡Él idiota ese casi te besa! – Me gritó un poco, no muy fuerte, él no suele gritar.

– Me gritaste – Dije en tono de reproche y con los ojos cristalizados. Chantaje, le llaman.

– Ay no, por favor no llores – Pasó ambas manos por su cara.

– Tú me gritaste – Tapé mis ojos con mis manos y sollocé.

– Está bien, lo siento, ve a tu habitación, hablamos luego – Se rinde.

Pasé por su lado con los ojos aún tapados, los destapé cuando iba a subir las escaleras y sonreí victoriosa, sin que Ed me viera, claro.

Maldita perra chantajista.

Maldito subconsciente idiota.



N/A: La narración de Chloe, fue lo que sucedió hace una semana, cuando tuvo su cita. La narración de Gemma, es lo sucedido actualmente. Sólo para que no se quedaran con la duda.


Gemma.

Caminé de un lado a otro, como por décima vez. Me estoy desesperando mucho, no he podido dejar de llorar y no tengo el valor para voltear.

Necesito apoyo.

Voy a la habitación de Kenna, ella está con sus amigas. Pero no me importa, es mi hermana y lo más cercano que tengo a una amiga en estos momentos.

Tocó con desesperación la puerta, deseando que abra rápido. Escucho que mueven cosas y el sonido de cristales chocar.
Estas niñas creen que soy idiota, sé lo que hacían.

Un poco después Kenna por fin abre la puerta.

– ¿Qué pas... ¿Gem? – por la cara que puso al verme, debo deducir que me veo horrible.

– Necesito tu ayuda – Sollozo.

– ¿Qué tienes? ¿Qué te sucede? – Dice muy preocupada y su aliento a alcohol choca contra mi cara.

Me toma del brazo y me sienta en su cama, antes de que pueda decir alguna palabra. Se sienta en frente de mí y toma mi mano.
Sin importarme que sus amigas estén ahí, le contesto.

– Creo... Creo que estoy embarazada – Digo en un susurro. Si Harry me escucha, seguro estoy muerta.

– ¿QUE TÚ ¡QUÉ!? – Dijo espantada y con los ojos muy abiertos. Estoy pensando seriamente en si debí decirle o no. Pero igual se iba a enterar.

– Cállate, Harry puede oírte – Digo hablando bajo.

– ¿Que tú qué? – Dice susurrando. Sus amigas sólo miran, pero no dicen nada.

– Kenna, necesito tu ayuda –

– Ah no, ni creas que voy a ayudarte a abortar, ni lo pien...– Le puse una mano en la boca para que se callara.

– No digas estupideces – Ruedo los ojos.

– ¿Para qué necesitas mi ayuda? – Me mira confusa, creo que ya hasta la borrachera se le bajó.

– Necesito que mires la prueba de embarazo que me hice hace rato, yo no puedo – Vuelvo a sollozar.

– Seguro – Se encoge de hombros y nos levantamos de la cama.

Estamos a punto de salir de su cuarto, cuando escuchamos el agua del retrete descargarse.
Instantáneamente nos volteamos a ver.

– ¡Harry! – Gritamos al unísono. Estábamos a punto de salir corriendo las dos.

El problema es, que dejé la prueba en el lavamanos del baño de mi cuarto. Pero dejé las luces prendidas y la puerta abierta. Lo sé, no soy muy lista.

– No, tú espera aquí – Me detuvo.

Hice caso, mi aspecto no es el mejor, todo mi maquillaje está corrido y se ve que he llorado bastante.

Kenna salió en silencio y todo iba bien, hasta que se topó con Harry, apuntó de entrar en mi habitación.
Ella corrió y rápidamente se puso enfrente de él.

– ¡No! –

– Kenna, muévete. ¿Qué pasa? –

– Digo, que si no vas a ir a ver a Troi – Dijo dudosa. Me hizo una seña y pálidamente le hablé a Troian para que saliera.

Ella trató de arreglar su aspecto lo más que pudo y fue con Harry.

– ¿Ella está aquí? –

– Hola, Harry – Dijo detrás de él.

– Hola, amor – Puso cara de idiota.

– Podemos... Ya sabes... ¿Ir a tu cuarto? – Le dijo coqueta.

– Cla..claro – Se sonrojó.

Y se fueron al cuarto de Harry, gracias a Dios.
Maldita Troian, le debo un favor.
En cuanto se encerraron en su habitación, me apresuré a correr a la mía.

Kenna cerró con seguro, cuando estuvimos adentro las dos y luego corrió a mi baño. No me dejó entrar.

– ¿Y bien? – Grité por detrás de la puerta, para que me oyera.

Unos segundos después, que me parecieron siglos, ella abrió la puerta.

– Gemma... – Dijo con cautela. – Tú...–

Kiss Me  «Ed Sheeran»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora