Día de Diversión

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— ¿Marik?

— ¿sí?

—Que tengas dulces sueños —deseó, sabiéndose al borde del sueño, acurrucándose más en su lugar, sintiendo aun las caricias en sus orejas.

—Que descanses Malik... —respondió el mayor, acomodando su cabeza contra la del hanyou, quedando ambos muy juntos.

Marik se quedó allí, acariciando el sedoso cabello hasta que el mismo se quedó dormido.

-x-

Malik se despertó con la sensación de algo cálido bajo su cuello y en su pelo. Se revolvió un poco ante de dar un bostezo, aun sin abrir los ojos, y cuando respiró profundo, el seductor aroma de Marik inundó sus pulmones, activando una alerta en su cabeza que le advertía que si no ponía distancia en ese momento iba a tener una tienda de campaña matutina en sus pantalones.

Abrió los ojos de golpe al tiempo que se sentaba en la cama, descubriendo que, aquello tibio que había sentido, no era otra cosa que el brazo de Marik bajo su cuello, y su mano aun en su cabello, cerca de sus orejas, donde recordaba haberla sentido justo antes de dormirse.

Había sido una noche de excelente descanso.

Y no era para menos. Al ver la postura del mayor pudo deducir que en algún punto de la noche ambos se habían acercado, eliminando la barrera tacita que habían creado al acostarse la noche pasada... tampoco que hubiera sido de mucha distancia, recordó.

El kitsune se mordió el labio inferior cuando respiró profundo de forma involuntaria y sintió su cuerpo calentarse más de lo que podía permitirse. Cuando se dio cuenta de lo que hacía, se había acurrucado de nuevo al lado del mayor y olfateaba tenuemente cerca de su cuello; se relamió los labios, consiente de sus propios deseos, pero se detuvo a tiempo de cometer cualquier tontería y se levantó de la cama definitivamente, agitando la cabeza mientras se dirigía al baño.

Necesitaba algo de agua fría.

-x-

Joey se levantó temprano, cosa muy rara en él, pero estaba emocionado por el día que les aguardaba, cosa que su cola reflejaba claramente, la muy desgraciada no dejaba de agitarte... realmente le estaba provocando mordérsela.

Suspiró para apartar ese impulso y se sentó lentamente en la cama, estirando los brazos con un ahogado bostezo. Miró luego a su lado en la cama, Seto reposaba tranquilamente, bocabajo y con la cabeza ladeada hacía él, estaba prácticamente abrazando una almohada y tenía el pecho descubierto, igual que él mismo.

De acuerdo, era cierto que, tras regresar de dejar a Mai y a Tea la noche pasado, con Seto se habían puesto 'algo cariñosos' no habían llegado a demasiado, ambos mantenían sus prendas inferiores donde 'debían' estar.

El rubio miró con amor a su pareja, le encantaban esas muy escasas ocasiones en que podía despertar antes que el castaño y verlo dormir. Eran momentos muy raros e igual de encantadores; Seto durmiendo se veía tan tranquilo y sereno, no parecía el mismo chico serio y frio que era ante el resto del colegio, no era uno de los herederos de la importante Kaiba Corp., era simplemente Seto Kaiba, su pareja.

Joey tomó la camisa azul blanca que había usado el castaño la noche pasada y se la encimo, dejando que medio cubriera su pecho y luego se inclinó lo suficiente para dejar una cariñosa lamida en la mejilla del muchacho durmiente antes de levantarse para ir al baño. Trató de agudizar su oído para ver si alguien más ya estaba despierto, pero no escuchó nada en la sala y, recordó que las habitaciones estaban insonorizadas.

La Persona Que Es Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora