Sol y Cielo

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Disclaimer: Ni Yugioh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen

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—Que la exhibición principal sea del antiguo Egipto no significa que no sea un museo versátil —lo regañó su hermano.

Marik levantó las manos en señal de paz.

Malik lo miró con una pequeña sonrisa — ¿podemos ir cuando esté listo? —le preguntó a su hermana —a ver la exhibición no a trabajar como la vez pasada —añadió con un puchero.

Ishizu y Odion compartieron unas risas cuando Marik apoyó el comentario del Kitsune.

-o-

Una hora después de que los dos pares de hermanos estuvieron conversando respecto al museo, el cielo empezó a tornarse de un gris frío y la brisa que soplaba eran señales claras de que una fuerte lluvia estaba por caer.

—Nee-san, será mejor que nos vayamos pronto —susurró Malik, olfateando sutilmente el aire.

—Tienes razón —admitió de igual forma.

— ¿Qué ocurre? ¿Ya te quieres ir? —se quejó Marik en voz baja, volviendo a sentarse al lado del kitsune en el sofá, con un vaso de agua, del cual tomó un sorbo antes de ofrecérselo al menor.

—No, pero está a punto de llover y no quiero llegar empapado a casa —le respondió con una risilla, antes de tomar lo ofrecido.

Ishizu miró a su hermano reprobatoriamente, Malik debía saber que no estaba bien afirmar cosas como esa frente a los humanos, quienes no tenían la habilidad de comprender los cambios en la naturaleza como ellos.

—Tiene razón —el hilo de pensamientos de la kitsune fue interrumpido por Odion —las noticias anunciaron esta mañana alta probabilidad de lluvia en la noche y ese cielo solo lo confirma.

Malik le dirigió a su hermana una pequeña sonrisa inocente. La aludida enarcó una ceja hacia él.

—Gracias Marik, hoy me... divertí mucho contigo —le dirigió una significativa mirada coqueta mientras se ponía en pie.

El mayor se sonrojó un poco, pero se levantó a su par —yo también, Malik —quería abrazarlo, quería besarlo y tomarlo de las caderas como sabía que le hacía sonreír, pero mientras no le contaran nada a sus hermanos mayores sabía que debía contenerse —puedes volver cuando quieras —le acarició el cabello —sabes que me gusta pasar tiempo contigo —le guiñó un ojo.

El kitsune se ruborizó ligeramente —tal vez... la próxima pueda ser en mi casa —miró a su hermana, como pidiendo permiso.

—Por supuesto —asintió la mujer, también levantándose —eres, quiero decir, ambos son bienvenidos en nuestra casa —le dirigió una sonrisa a Odion, coqueta, así como la de su hermano.

— ¿Ne-necesitas que les llame un taxi? —ofreció el aludido.

—No se preocupen por eso —le sonrió Malik, tomando su campera del perchero para ponérsela antes de recoger su mochila —está cubierto —le sonrió a Marik —nos vemos el lunes en clases, Marik.

—Escríbeme cuando llegues ¿de acuerdo?

—Sí, señor —bromeó, haciendo un saludo militar para luego sacarle la lengua en un lindo gesto infantil —vamos, nee-san.

La Persona Que Es Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora