Celo

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— ¿Te sientes bien?

—Tranquilo, estaré bien Yug —Ryou acarició el cabello de Yugi, ambos en la entrada de la casa —ve con cuidado, primo.

—Tú también, con suerte tu tormento durara solo dos días.

Ryou rodó los ojos —reza por mí.

Yugi rio y salió de la casa en dirección a la escuela, Ryou cerró la puerta y terminó de lavar los platos del desayuno para luego tomar su propia mochila y dirigirse al patio trasero, se aseguró de que todo estuviera bien cerrado antes de transformar su apariencia, era lo suficientemente temprano como para que los vecinos no estuvieran fuera así que subió a la copa del roble de un salto para luego brincar por los tejados cercanos, las cuatro manzanas que lo separaban de su casa.

Aterrizó en el abedul de su patio trasero y rebuscó sus llaves para entrar a su casa, el interior estaba tan solitario y vacío como de costumbre. Se dirigió a la cocina para guardar algunas cosas que había comprado más temprano, después de todo su alacena y nevera casi siempre permanecían medio vacías gracias a que vivía más con Yugi que allí, por lo que sólo tenía alimentos enlatados y cosas no perecederas.

Cuando desocupó su mochila la aventó a cualquier lado y tomó el teléfono para pedir unas cosas más a la tienda más cercana, mientras subió a su habitación, encendió el aire acondicionado a lo más frio que pudo y rebuscó en su armario un conjunto más cómodo.

—Por Ra, que calor —se quejó para sí luego de recibir el domicilio, entre el cual resaltaba un par de botes de helado, unas bolsas de hielo y botellones de refresco.

-x-

—Mira nada más, creo que me encontré a un gatito solitario —la voz de Yami sobresaltó a Yugi —Buenos días Yugi.

Yugi le sonrió cuando Yami llegó a su lado —buen día Yami.

— ¿Hoy vienes solo? ¿Qué ha pasado con tus amigos? —retomaron juntos su camino a clases.

—Sí, es que Ryou se siente mal y prefirió quedarse en su casa —excusó —Malik no debe tardar.

Yami se encogió de hombros —bueno, me tienes a mí.

Yugi rio —y eres una excelente compañía, gracias —le guiñó un ojo.

—Oh ¿en serio? Me siento alagado —le siguió el juego —en ese caso ¿qué te pareces si vamos después de clases por unas hamburguesas?

— ¿Hamburguesas? —a Yugi le brillaron los ojos — ¡Yo encantado!

Yami por los ánimos de Yugi —hecho minino —Yami se atrevió a acariciarle el cabello a Yugi, este luchó por no ronronear.

Yami tomó sus auriculares y se colocó uno, ofreciéndole a Yugi el otro, entonces colocó la música en su celular y siguieron su camino hasta llegar a la escuela.

En la entrada, Yami recibió un ligero puño sorpresivo, Bakura los había alcanzado. Los tricolores le saludaron mientras subían al salón; Yami guardó sus auriculares.

—Oye Yugi ¿Ryou no vino contigo? —le preguntó el albino mayor.

Entraron en el salón dónde apenas estaban Tristán, Duke y Joey.

—No, se siente mal y se ido a su casa —los dos hanyou voltearon a verle con caras extrañadas. Bakura ocupó su puesto habitual y Yami se sentó junto con Yugi.

— ¿Pero qué es lo que tiene? —preguntó Bakura, preocupado.

—Emm, pues le dio fiebre.

— ¿Fiebre? —repitió el albino.

La Persona Que Es Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora