Capítulo 2

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Apenas unas horas más tarde una cápsula cayó cerca de la casa, tuvieron que salir para tomar sus maletas. Algo así serían las cosas ahora, solo cambiaría si no hacían bien sus trabajos.

-Deberíamos comenzar a ordenar- afirma Eren.

-¿Quieren que comencemos a limpiar?- pregunta Yuuichiro, tomando parte de lo suyo.

-Buena idea- sonríe Ciel- ¿Los ayudo?

-Gracias- contesta Levi.

Así fue como los chicos se dividieron el trabajo, unos colocan sus cosas en las habitaciones limpias mientras los otros terminan los cuartos de la casa.

Al finalizar la organización, todos notan lo inevitable: Levi está más enamorado de la limpieza que de Mikaela.

-Ya van a ser las 6- se sorprende Mikaela.

-Estoy agotado- Yuuichiro se deja caer en el sofá de la sala.

-¿Quieres dormir, amor?- Eren se acerca para cargarlo, dejando sonrojado a Yuuichiro, luego dirigiéndose a los demás-, bajo en unos minutos.

Eren se va con su pareja en brazos, algo incómodo queda en el lugar ¿Qué será? Nadie lo sabe... Oh, y luego entra Alois Trancy.

-¿Ya terminaron?- neutral, no parece querer ser desagradable.

-Sí- responde Mikaela utilizando el mismo tono.

-¿Y qué cenaremos?

Ciel lo ve con un poco de sorpresa, ese chico nunca había hablado tanto sin parecer que hace burla.

-Aún no sabemos... Pero iré a preguntarle al señor Sebastian- responde, dándose prisa para salir de esa casita.

Para Ciel no es nada fácil acoplarse a ese ambiente, es muy distinto al que tenia en Fraskot, al menos ahí podía salir al lugar que quisiera a cualquier hora y no compartía habitación con nadie. Entre pensamientos sobre su antigua vida el chico llega a la casa al lado del río.

Sin pensarlo dos veces toca la puerta.

-¿Sí?- Sebastian sale, va vestido únicamente con una toalla a la cintura.

El rostro entero de Ciel se tiñe de rojo al notarlo.

-Yo... Nosotros- tartamudea, nunca había visto a alguien más así; semidesnudo.

Sebastian sonríe, mórbido, es un hombre atractivo y lo sabe, aunque no sea eso lo que cause el sonrojo del menor.

-¿Qué sucede, Ciel?- pregunta divertido.

El chico toma aliento, dirige su mirada a la de Sebastian e intenta hablar lo más claro que puede.

-¡Todos se pregunta que comeremos hoy!- suelta un medio grito, nervioso.

-Oh, disculpenme, me atrasé con el baño pero ya les llevo la comida- le da espacio para entrar-, pasa, ¿Puedes ayudarme?

Ciel entra con un poco de inseguridad, en ningún momento olvida que ese es el hombre capaz de dar la orden para que su vida termine. Es atemorizante quedarse a solas con él.

-Están en la cocina- dice, cerrando la puerta-. Esperame ahí, yo tengo que terminar de cambiarme.

Lo ve subir las escaleras antes de caminar a la única habitación del pasillo que tiene la luz encendida.

La cocina era un lugar cálido ¿Por qué esa casa le daba esa sensación?

Entre las divagaciones, Ciel se sienta en una de las dos sillas alrededor de la mesa. Es un lugar realmente pequeño ¿Por qué el supervisor no tenía más lujos?

Exᴘᴇʀɪᴍᴇɴᴛᴏ 104 •Yᴀᴏɪ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora