Capítulo 1

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La fecha había llegado, era el momento del año en que se formaban las parejas para enviar a las murallas del aislamiento, donde se les robaba la libertad a los chicos "problemáticos" de 20 años. Las reglas decían, también, que si sobrevivían hasta cumplir los 60 años, eran libres de vivir de nuevo con el resto de la sociedad, formada por ancianos, niños y adolescentes.

-Esto es una mierda- murmura entre dientes Levi Ackerman cuando vio el sobre con su futuro escrito.

Un agente de la policía militar había tocado su puerta esa mañana, al abrir el hombre simplemente dejó en sus manos el sobre y se fue por donde vino sin decir una sola palabra.

-Hijo de puta con su peluca barata- seguía quejándose Levi.

Esto era suficiente. No quería saber el nombre de quién sería su pareja y estaría obligado a amar por el gen 3-LX que le inyectarían dentro de una hora.

Aún lanzando insultos al aire, se apresura a abrir el sobre. La hoja estaba llena de información sobre lo que sucedería en el experimento 104 y explicaba detalladamente lo que hacia en su cerebro el gen. No estaba para leer tanta mierda. Termina por saltarse todo hasta vislumbrar el nombre de se futura pareja.

Mikaela Shindo.

Y no, no era una mujer. Le conocía gracias a que estaban forzados a convivir más con quienes tienen su misma edad. Mikaela era alguien que no sonreía mucho, aunque Levi no podía hablar de eso, ya que él tampoco hacía ese tipo de cosas. Mikaela era alguien extraño, como él, por lo que dudaba que se llevaran como pareja si ese estúpido gen no estuviese de por medio.

Dejando el sobre guardado en un cajón del mueble más viejo de casa, se pone en marcha para ir a la OTP, organización donde se establece en que muralla vivirá.

Levi Ackerman realmente no sabía que quería más, si ser reclutado a el aislamiento o fusilado con los que no tenían cupo para vivir más. Luego recordó que, en cualquiera de las dos situaciones, a él le daba igual, su libertad sería tomada por la fuerza sin poder luchar si quiera.

No le tomó mucho tiempo caminar desde su casa hasta la organización que le encerraría hasta los 60, menos iba a tardarse en llegar a las oficinas de traslado, donde una señora mayor lo vio con lastima al entregarle otro sobre con su información personal, le dijo que debía apresurarse para llegar a la habitación 286, donde su pareja esperaba para ser inyectados.

No revisó ese sobre, tampoco lo vio más que cuando la señora se lo entregó, su sentencia aún no la conocía por completo, solo se dejó guiar hasta la sala de inyección.

No tocó la puerta, simplemente entró, encontrándose con Mikaela.

-Levi- saluda.

-Mika- murmura.

Fríos. La chica que los atendía les ve con pena, sabe que les costará adaptarse a lo que cambiará las ideas del amor que cada uno tiene.

-Solo será un momento- les promete, algo que los sorprende-. Perdón, yo realmente me siento mal cada vez que hago esto.

-Entonces ¿Por qué trabajas de esto?- pregunta directo el rubio.

-Lo sabrás algún día, por ahora basta con que me disculpe.

Al menos unos diez frascos están puestos de manera organizada frente a ellos dos. La chica los hace recostarse en las sillas y les conecta unos extraños aparatos en los brazos. No hay dolor, pero si una vibración que les recorre todo el cuerpo. Cuando creen que todo terminó, en ese momento, un pinchazo de dolor les recorre la espina dorsal, haciéndolos gritar por lo fuerte que es. En medio de todo el dolor provocado por esos aparatos, la chica se las arregló para inyectar el gen en cada uno, dejando dormidos a los dos chicos al terminar de hacerlo.

Exᴘᴇʀɪᴍᴇɴᴛᴏ 104 •Yᴀᴏɪ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora