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La vuelta a casa fue de lo más silenciosa. No tenía nada que ver con el viaje de ida.

Para empezar, Olga se negó a sentarse con Raúl. Se sentó a mi lado y ni siquiera yo conseguí que hablase.

Este por su parte, seguía sin comprender porque Olga había esperado tanto tiempo. Él lo había intentado pero ella seguía negándose a dirigirle la palabra.

Y yo, desde la última vez que lo había intentado, probé suerte otras quince veces, pero Santi seguía sin atender el teléfono.

El resto de la pandilla ya no sabía que hacer para animarnos. No hace falta decir que no hubo éxito.

Nada más aterrizar, debíamos ir hasta el instituto para comunicarles a todos que lo habíamos conseguido. Habíamos ganado. Lástima que algunos de nosotros nos daba igual en aquel momento.

Me escabullí entre la multitud que nos felicitaba para buscar a Santi. No le veía por ninguna parte. Pregunté a Orlando cuando me lo encontré en el pasillo.

-Me ha parecido verle en las gradas. Al menos creo que era él.

-Gracias.

-De nada.- corrí hasta el lugar. Ojalá no lo hubiese hecho.

Efectivamente estaba en las gradas, salvo que no solo.

Miranda estaba a su lado. Desde donde yo estaba vi más que suficiente y Miranda no se detuvo al verme a mí, al contrario, se aseguró de que yo pudiese ver bien como besaba a mi chico.

No quería mirarles pero no conseguía cerrar los ojos.

De pronto empecé a sentir un fuerte dolor en el pecho. No podía respirar. Era como si estuviese encerrada en un lugar seco sin ventilación. Me ahogaba.

Todo oscureció a mí alrededor. No se cuanto tiempo estuve inconsciente, solo se que Santi estaba allí cuando abrí los ojos en la enfermería del instituto.

Mirarle me causaba más dolor porque recordaba lo que había visto y con quien…

De haber sido con cualquier otra chica no me hubiese importado. Me habría dolido de todos modos, pero conociendo a Miranda, sabiendo con certeza que solo lo había hecho por diversión, por ver sufrir a los demás. Así era ella.

Arrebataba a los novios de las demás para que rompieran y luego les dejaba de lado. Nunca pensé que eso terminaría ocurriéndome también a mí.

-Menudo susto me has dado. Cuando te vi en el suelo…

-¿Y no te preguntaste porque estaba ahí?

-Nos viste.

-Pensé que seguías molesto conmigo y que por eso no atendías mis llamadas. Ahora se que no fue ese el motivo.

-Quise llamarte. Estaba destrozado y Miranda ha sido tan comprensiva conmigo que me dejé llevar.

-Yo te estaba buscando para decirte que no quería que lo nuestro terminara. También te estuve llamando por lo mismo. Me di cuenta de que lo que sentía iba más allá de lo que me atrevía a admitir.

-¿Qué intentas decir?

-Que estoy enamorada de ti y que quería que lo nuestro fuese en serio.

-¿Por qué hablas en pasado?

-Porque ya no es lo que quiero. No quiero saber nada más de ti Santi. No quiero que vuelvas a hablarme o a acercarte a mí o alguno de mis amigos.

No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora