Julio seguía en su celda sin poder conciliar el sueño tras la visita de ese abogado. No había dejado de darle vueltas.
Reese Watson le había explicado claramente las intenciones de Miranda. Ella iba a sacarlo de allí.
Repasó la conversación con ese abogado en su cabeza una vez más.
-La señorita Kelso me ha contado el motivo por el que está aquí, aunque debo decir que yo también he estado investigando. Debo decirle que no está en una situación fácil y que posiblemente lograr que le dejen en libertad nos llevará tiempo. La señorita Kelso ha ofrecido una gran suma de dinero así que haré todo lo que esté en mi mano para liberarle.
Una vez que el guardia cerró la puerta tras él para dejarles hablando, Reese Watson inclinó su cuerpo hacia delante y le miró con una sonrisa burlona en el rostro.
-¿Usted no es abogado, verdad?
-Muy inteligente señor Montesdeoca.
-¿Que quiere?
-Ya sé lo he dicho. La señorita Kelso ha pagado mis servicios para sacarte de aquí, solo que a mi modo de ver, tendremos que ser drásticos y sacarte a la fuerza.
-¿Como?
-He oído por ahí que esta semana que viene pensaban trasladarte.- Cierto, pensó Julio. Iban a trasladarlo a una cárcel de máxima seguridad a las afueras.- Eso me deja algunas alternativas.
-¿No vas a contarme cual es el plan?
-No. Tendrás que esperar hasta entonces.
Julio odiaba aquello. Él siempre tenía un plan. Siempre. Claro que habían terminado por pillarle pero solo por ella. Estaba en la cárcel por ella.
Todavía seguía enamorado de ella. No podía arrancársela de la cabeza por mucho que lo intentara. Cada vez que ella le visitaba y después se marchaba, le dejaba destrozado.
Se miró las manos. Tenía los nudillos destrozados.
Tras su última visita, cuando ella le había dado tanto placer después de su conversación, Julio volvió a su celda y golpeó furioso la pared. Miranda siempre sería su chica. No importaba que ella quisiera a otro. Si lograba salir de allí, no solo me mataría, sino que también haría lo mismo con la obsesión de Miranda. Javier.
-En fin, ahora voy a prepararlo todo.
Julio asintió pero se quedó allí sentado.
-Por cierto- dijo aquel tipo antes de abrir la puerta para irse.- Miranda no solo me paga con dinero. Soy un hombre exigente y ella es muy pero que muy buena dándome placer.
<<Te mataré Reese Watson. Tal y como tenga oportunidad, juro que te mataré.>>
Aun con su burlona sonrisa en los labios, Reese desapareció tras la puerta.-Nico espera...-dijo entre gemidos.-Deberíamos salir de aquí. No quiero hacerlo en un frío aparcamiento.
Nico asintió intentando regular su respiración.
-Voy a tener que coger otra habitación. Justo cuando acababa de dejarla.-suspiró.
-Podemos pagarla a medias si quieres.
-El dinero no es problema en mi familia Nico. Solo me preguntaba, ¿cuanto crees que podríamos tardar en salir de una cómoda cama?
-No lo sé, pero te aseguro que estoy dispuesto a averiguarlo.
Chloe consiguió reírse mientras él volvía a besarla antes de llevársela de allí.
Tras la mirada irónica de la recepcionista al pedirle una habitación para duración indeterminada, una vez en ella no perdieron el tiempo.
-Nico espera...
-¿Y ahora que?
-Me parece que me he dejado el coche abierto.
Un gruñido escapó de la garganta de él.
-¿Quieres que vaya a ver?
-No. Solo quería comentar la posibilidad. El coche y lo que hay dentro no me importan nada ahora mismo- se acercó a él para morderle el labio y susurrar junto a su oreja.- aunque lo cierto es que esta tarde me dejé una pequeña fortuna en ropa interior monísima que no quisiera perder.
Nico la alejó de su cuerpo y le tendió la mano.
Al ver que ella le miraba sin comprender, habló.
-Las llaves.
Ella se las pasó con una sonrisa. Estaba segura de que antes de nada, Nico comprobaría lo que había en las maletas antes de volver con ella.
Y lo hizo. Se pasó la mano por la boca desesperado. Prácticamente había una maleta llena de ropa interior. Los pantalones realmente empezaban a molestarle.
Cogió ambas maletas, se aseguró de cerrar el coche y regresó a la habitación.
En el ascensor se detuvo a mirarse un momento en el espejo.
<<Jamás pensé que sentiría tanta lujuria por nadie. Estoy perdido.>>
Se encogió de hombros. Le daba igual.
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No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04)
RomantizmLa vida de Mónica se vuelve del revés cuando sufre su primer desamor. Con algo de tiempo y la amistad sincera de sus amigos de toda la vida, poco a poco, empieza a levantar cabeza. Con la promesa de no volver a pasar por lo mismo y convencida de que...