Plumas negras

Capítulo 1

Me desperté en un sitio que jamás había visto, era un sitio agradable, no se describir exactamente lo que había a mi alrededor, todo era azul y blanco y había algunas ventanas en las paredes, yo estaba tumbada en una especie de cama. Me incorporé y sentí un extraño dolor en la espalda, a pesar de eso me sentía extrañamente viva. Decidí levantarme e intentar averiguar qué estaba ocurriendo, descubrí que estaba en una especie de sala, me asomé a una de las ventanas, observé el exterior, se parecía al cielo, había nubes blancas al rededor, baje la vista un poco mas y vi a personas, o eso parecían por el aspecto, unas grandes alas adornaban su espalda, unas eran blancas, otras grises y otras negras.
Todo parecía mentira, parecía sacado de una película. Me quedé pensando en todo aquello mientras miraba por la ventana hasta que unas voces captaron mi atención. Dos perdonas entraron en la sala, parecían un doctor y su aprendiz, el doctor tenía unas alas grisáceas y vestía una bata blanca, su pelo era escaso y llevaba una leve barba de dos días, tenía aspecto despreocupado. El aprendiz tenía dos alas perfectamente blancas, tenía una gran cantidad de pelo negro, vestía con una bata desabrochada, debajo llevaba una camiseta azul y unos vaqueros, el doctor se dirigió a mi.
-¿Como te encuentras?-
-Bi...Bien...¿Donde estoy?- Pregunté confusa, mientras el tomaba nota. El aprendiz se dirigió a mi con una leve sonrisa que dejaba entrever unos perfectos dientes blancos.
-Estas en el cielo -
"¿En el cielo?" Pensé, de verdad existía el cielo. No me lo creía y una leve carcajada de burla se me escapó, los dos me miraron y el doctor me pidió que me diese la vuelta y me levantase la camiseta, obedecí. Me tocaron la espalda con cuidado, me tocaron en el mismo sitio donde me dolía y un leve"¡ay!" se escapó de mi boca, vi como el aprendiz apuntaba.
-Bien, ya puedes levantarte, a continuación te explicaremos donde estas y como serán las cosas a partir de ahora, acompañanos-
-Doctor,¿que es ese dolor que siento en la espalda?- El doctor sonrió amablemente - Pronto lo averiguarás -
Salimos de esa sala y nos dirigimos a un pasillo hecho de cristal, aquel sitio era alucinante, de repente recordé mi muerte y sentí lo mismo que cuando sucedió una oleada de dolor sacudió mi cuerpo tirándome al suelo, el doctor y su aprendiz se agacharon de inmediato intentado aliviarme el dolor, de repente vi las mismas imágenes que vi antes de morir, esos grandes árboles...y escuche la voz de mi madre, una oleada de sentimientos me sacudido dejándome inconsciente.