Capítulo 10.

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-Bueno Josh no pasa nada, no tendremos ninguna clase de contacto- Le dije intentado que se tranquilazase mientras volviámos de camino al punto común de los alas blancas. Tras unos minutos de íncomodo silencio Josh me miró sonriente -Bueno ya basta de enfados por hoy, vamos a conocer a Kate- Yo asentí y seguí su ritmo de vuelo.

  Una vez que llegamos a la esa gran sala fuimos a una especie de despacho y la mujer que anteriormente nos había recibido a todos se levanto sonriente - Hola Josh. Esta estuvo el otro día cuando llegaron los nuevos. ¿ No es asi?- Dijo diriguiéndose a mi. - Sí, soy Alice- Dije con una tímida sonrisa que se vio amablemente correspondida. Kate era bastante guapa, tenía unos amables ojos verdes y un pelo rubio no más largo del hombro muy bonito, era alta y vestía bien aun que una bata blanca que llevaba desabrochada la tapaba y  a penas se apreciaba, yo ha su lado me sentí mediocre con mi coleta castaña despeinada y mi uniforme negro, que se supone  que me debería quedar ceñido pero gracias a mi falta de cuerpo no era así.

  Tras una larga conversación entre Josh y ella en la que yo participaba más bien poco por fin nos fuimos a comer, me moría de hambre.  De camino al comedor empecé a pensar en lo anteriormente ocurrido, Josh sonreía mucho al hablar con ella y me lanzé a preguntarle - Oye Josh, ¿te gusta Kate?- Josh me miró y soltó una sonora carcajada- Por supuesto que no Alice, es solo que hay que llevarse bien con ella, a parte de eso es bastante guapa, ¿no te parece?- Aquellas palabras me hicieron enfurecer de forma que adelanté el vuelo y me aljé de el mientras se reía.

 Una vez que llegué a la sala común no supe donde sentarme para que él no me viese o por lo menos no se sentase a mi lado, vi la mesa de Mauro a lo lejos y me senté con el.

-Hola Mauro- Dije con la sonrisa más gradable que pude poner.

-Alice, Alice...Vas a ser mi perdición, ¿qué te dijo mi hermano?- Dijo acercándose demasiado- Que te alejaras de mi- Se acercó tanto que su olor me aturdió y su voz me llegó tan dentró que se quedó grabada en cerebro.

- Yo... Yo quería.. Sa...Saber por que no debo acercarme a ti- Mauro sonrió maliciosamente y eso era algo que me encantaba.

- No debes acercarte a mi por el simple echo de que tus alas son blancas como la nieve y las mías negras como la noche-

-Pero eso no debería impedir a nadie que se acercase a nadie- Mauro rió ante mi cabezonería.

-Yo no pongo las reglas bonita- Dijo mientras se levantaba y se alejaba de mi.

 Pensé en ir tras él pero también pensé que había tenido suficiente por un día asi que volví a la sala común de los alas blancas a ver que podía hacer.

  Cuando llegué decidí investigar y así llegué a una enorme biblioteca, pasee por ella hasta encontrar una sección interesante.  Tras un rato vi un cartel que ponía "CONTRARIOS" asi que entré en esa sección y cogí un libro cualquiera y empecé a leer.

"Un contrario es aquel que posee las a alas de un color distinto a su igual, normalmente estos no se conocían antes de llegar uno de ellos al cielo, por lo general dos contrarios siempre se llevan mal y no quieren que su elegida o elegido se acerquen a su contrario"

 Esto me hizo pensar y decidí ir a buscar a Mauro.


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