-Oh, mamma mia..-dije en un leve susurro mientras me llevaba la mano en la boca. El maestro tenía a una alumna contra la pared mientras la tocaba de manera inapropiada, la chica lloraba, sus ojos estaban opacos y llenos de lágrimas, el maestro notó mi presencia en el salón y se detuvo de inmediato.- llamaré a la dirección.-avise firme y abrí la puerta.

-Hey, hey. ¿A donde crees que vas?- dijo el maestro cerrando la puerta frente mío y la piel se me erizo por completo.- Es bueno que haya llegado a la fiesta, señorita Valencia. Acá mi alumna es muy mal portada, y apuesto que usted le va a enseñar a comportarse de buena manera.

-¡Está usted loco!- lo enfrente alzando la mirada.- Es una adolescente y usted es un viejo, ¿en que mundo vivimos?

-En uno lleno de mierda.-contesto el maestro con una sonrisa. Bufe frustrada y abrí la puerta.- NO ABRAS LA PUERTA.

-¡YA LO HICE!-Grite furiosa por todo lo que había visto y escuchado y salí del salón dispuesta a buscar a la directora de la Universidad. Una mano tomo mi muñeca de manera violenta y me gire para forzar su agarre.- Suelteme, usted no va a salirse con la suya..

-Callate y vuelve acá.-espeto el profesor mientras la otra chica miraba a la nada, estaba perdida.

-¡Que no! Aaaahh.-Grite frustrada, cuando pude soltarme, me agarré a correr porque sabía que el maestro me seguía.

Mi corazón latia o mil por hora, mis piernas amenazaban con traicionarme mientras corría a la oficina de la directora, no pensaba dejarme pisotear, el mundo merece justicia, merece que haya menos personas como el, merece que vean lo hermoso que aún es. Mi boca se abrió levemente por el cansancio y no tenía idea de donde estaba la oficina, el tiempo se agotaba, las clases habían empezado y no había rastro de personas en los pasillos. Mire al techo rogandole a Dios otro empujón para mi misión, seguí corriendo apresuradamente mientras escuchaba al profesor gritar cada vez más cerca de mi.

"Un lobo viene.."

-¡Venga acá, señorita Valencia! No sabe en lo que se está metiendo.- amenazó el profesor y seguí corriendo sin hacer mucho caso. El miedo se apoderaba de mi y por un momento quería llorar. Choque contra algo blando, una persona. No perdí el tiempo y me puse detrás de quien se había atravesado en forma de escudo.

-Ehhh, ¿pasa algo? -dijo una voz dura y gruesa. Asomé un poco la mirada y pude ver como el maestro estaba frente a mi.

-Nada, vuelve a clase.-ordenó el maestro.

-No. Me enviaron a la oficina de la directora. -contesto algo curioso y mi mundo se iluminó. Gracias Dios.- ¿Porque estabas corriendo?- preguntó sabiendo que yo estaba detrás de el.

-Porque la iba a castigar. -dijo el Maestro amenazante, sabía a lo que se refería.

-Si la iba a castigar entonces es algo ilógico, porque si no quiere batallar, sólo llevela a la oficina de la directora y listo, no necesita más. A menos de que este tratando de hacerle daño, claro.-dijo con seguridad y el maestro asintió nervioso.

-Sólo deje que hable con ella.-hablo el maestro entrecortadamente.

-Iba a abusar de una alumna, y me persigue porque yo lo vi.-hable por primera vez después de un tiempo.

-¿Que alumna? A ver vamos.-dijo el chico, que aún no había visto su rostro, comenzó a caminar mientras yo le decía por donde.

Llegamos al salón de Sociales, el salón donde yo los vi, porque era mi primera clase. El chico levemente abrió la puerta y vio a la chica castaña llorando en un rincón.

- Ve por ella.- me ordenó de manera seca y corrí por delante para abrazarla con mucha fuerza. La chica lloriqueaba e hipaba mientras abrazaba sus rodillas.- ayudala a levantarse y vamos a la dirección.

Photograph and Wolves. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora