Capitulo 44 - Mi Princesa

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Roberta se quedó paralizada ante su pregunta, empalideció mientras Diego la observaba esperando su respuesta.

Diego: ¿me puedes responder por favor?

Roberta: obvio no te voy a responder a eso.

Diego: ¿Por qué no? quiero saberlo por favor.

Roberta: ¡dije que no!

Roberta intentó levantarse pero un leve dolor en el vientre la hizo sentarse de nuevo.

Roberta: ahh.

Diego: ¿Qué paso? Roberta por favor, te dijo el doctor que no podías pararte, recuéstate.

Roberta: ya déjame.

Diego: no te dejo, recuéstate y me respondes por favor.

Roberta: te dije que no te voy a decir eso, ¿lo recordaste no? Entonces tú sabrás.

Diego se acerco poco a poco a ella que permanecía recostada sobre el sillón, poniéndose sobre ella pero sin dejarse caer. Hablándole al oído, mientras ella se resistía a contestarle.

Diego: (susurrándole) dime por favor.

Roberta: (nerviosa) te dije que no te voy a decir.

Diego: (dándole un beso en el cuello) por favor, déjame convencerte.

Roberta: inténtalo pero no me vas a convencer.

Diego capturó sus labios, besándola apasionadamente mientras con una de sus manos la agarró por el cuello profundizando el beso, ella le correspondía, se besaban apasionadamente hasta que se separaron por falta de aire mientras él depositaba besos en su cuello haciendo que su piel se erizara y que de su garganta salieran suspiros de placer al sentir su aliento sobre su piel.

Roberta: (agitada) s… sí.

Diego: (mirándola sorprendido) ¿sí que?

Roberta: que mi primera vez fue contigo.

Diego le dio un beso en los labios que ella correspondió sorprendida.

Roberta: ¿y esto? Ya te dije la verdad, ya no tienes que convencerme.

Diego: no te besé para convencerte, te besé porque me moría por hacerlo y porque te amo.

Diego se acercó de nuevo a ella para darle un beso pero ella lo apartó.

Diego: ¿Qué pasa? ¿Te molesta que te bese? ¿Acaso no eres mi novia?

Roberta: sí, si soy tu novia o al menos lo era hasta el día del accidente y no me molesta que me beses pero…

Diego: ¿pero qué? Para mí sigues siendo mi novia y también la madre de mi hija, porque te amo y aunque no recuerde la mayoría de las cosas quiero estar contigo, ayúdame a recordar ¿sí?

Roberta: yo también te amo pero vamos despacio ¿ok? Estamos juntos pero despacito.

Diego: está bien, como mande mi niñita berrinchuda ¿te puedo besar o tampoco?

Roberta: ¿ah soy una niñita berrinchuda?

Diego: ajá.

Roberta: ok, entonces te quedas sin besos.

Diego: (haciéndole cosquillas) sí eres mi niñita berrinchuda pero te amo y si no me das mis besos te los robo como en el colegio ¿te acuerdas?

Roberta: claro que sí, pero ya, ahí ya, jajaja para por favor.

Capturo de nuevo sus labios en un beso apasionado, mientras se regalaban tiernas caricias, recuperando todos y cada uno de los días que habían estado separados. Cenaron mientras veían una película, Roberta se quedó dormida en el sofá y Diego la cargó hasta el cuarto, durmieron abrazados entre besos y caricias.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora