La historia se trata de Olivia, una chica de 15 años pero de una mentalidad como 13, es tímida y es una característica que no puede dejar desde hace años. Ella no es el problema, el problema es su celoso y protector padre. Si se le llegara a acerca...
No creí que Harry diría tal cosa, simplemente no caía en la realidad. ¿Él enamorado de mí? Ja, parece todo un chiste, porque eso es lo que él es para mí, solo un chiste. Yo no creo que me guste, pero el problema es, que no soporto verlo junto a otra chica que no sea yo, ¿tan difícil es de entender? ya advertí. Si llegase a hacer algo, no dudaré en jalar en gatillo en dirección a la frente de la mujer.
-Muchísimas gracias, hasta mañana.-Habló Harry desde el teléfono para luego poder colgar. ¿con quién rayos está hablando?
Me acerqué a él, quien estaba de espaldas. Al colocar mis brazos alrededor de su cuello, se sobresaltó, y rápidamente los quitó.
-¿Qué estás haciendo?-Preguntó indignado
-¿Con quién estabas hablando?
-Oh, solo estaba otorgándole el trabajo a una chica para reemplazar a Bonnie, quien por cierto está muerta.-Le sonreí abiertamente-Eres una cínica y una perra.
-Gracias, me lo has dicho miles de veces, tantas, que no podría contarlas con las dos manos.-Bufó-Además, se lo merecía, era una zorra que abre las piernas a cualquiera, tú no eres la excepción.
-Pues en eso te equivocas, Bonnie era virgen hasta que me conoció.-Apreté los dientes con furia, ¿acaso Harry la desvirgó?-No sabes las veces que gritaba de placer mi nombre, era realmente excitante.
-Me alegra que ahora mismo esté muerta, y la única persona que gritó fue su padre al ver su cuerpo tendido en la acera.-Reí sin diversión.-No me tientes para matar a tu otra secretaria, sabes que lo haré.-Al decir esto último, me dirigí a mi habitación para poder hacer mis deberes.
(...)
Sonó el timbre, el cual significaba el primer receso de unos 15 minutos. Busqué a Liam con la mirada, pero no lo logré encontrarlo entre la multitud de estudiantes. En el día de hoy, llegué tarde por primera vez en el año, gracias al puto tráfico ya que hubo un gran choque y murieron varias personas, por lo que escuché en la radio del auto. Apenas entré al salón, me ubiqué en mi respectivo asiento de todos los días, es por eso mismo que no tuve tiempo de observar el aula para buscar a mi querido novio. Rendida por no encontrarlo tras una larga observación, me dirigí hacia el baño de mujeres, pero sentía unos pasos detrás de mí, ya sabía quien era. Pero por el sonido, pude escuchar pasos de una sola persona. Toqué la pequeña arma punzante guardada en el bolsillo de mi pantalón. Sí, decidí volver a traer el equipo de gimnasia, pero solo porque no pude quitar una pequeña mancha de sangre de mi camisa, traté de borrarla con todos los productos de limpieza posibles, pero nada funcionó. Estaba armada, sí. Si la persona que pienso que está detrás de mí, es la que pienso que es, no dudaré en usarla. Al entrar al baño de mujeres, seguida por la persona desconocida, que es mujer, porque si no lo fuese, no hubiese entrado aquí. Me quedé parada en medio del baño, aparentemente, no había nadie además de la mujer y yo. Escuché el sonido de la cerradura, nos ha encerrado.
-¿Qué es lo que quieres, Brenda?-Pregunté sin emoción, sonando fría. Tanto, que no reconocía mi propia voz.
-Te lo advertí, Olivia. Te advertí que no te acercaras a él, pero me desobedeciste.-Ya no me asustaba, si pude lidiar con mi "padre", con mi madre, con el amante mi madre, y con el amante de mi padre, puedo lidiar con ésta estúpida.-Ahora pagarás las consecuencias.-Saqué el pequeño cuchillo de mi bolsillo.
-¿Yo?-Pregunté haciéndome la sorprendida-¿O tú?-Me di la vuelta, pero con la pequeña arma detrás de mí.
-¿Por qué ya no me tienes miedo?-Se sorprendió
-La única que debe tener miedo ahora eres tú.-Me arrojé hacia ella, y clavé el cuchillo en el primer lugar en el que chocó. Brenda ahogó un grito, mientras caía al suelo.-Cállate-Ella no hizo caso, en lugar de eso, sollozó y gimió de dolor-¡CIERRA LA PUTA BOCA!-Finalmente calló-Me viste la cara de idiota todos estos años, aprovechándote de mi maldita inocencia, haciéndome sentir miserable todos los putos días de mi vida, golpeándome sin yo poder defenderme. Se siente feo cambiar los roles, ¿verdad?-Sonreí cínicamente
-D-déjame p-por favor-Susurró con las pocas fuerzas que tenía, su mano estaba apretando la gran herida, que se encontraba un poco más abajo de su costilla derecha.-N-no le diré a n-nadie lo q-que pasó p-pero por f-favor d-déjame ir
-Mmm, déjame pensarlo-Vi una pizca de esperanza en sus ojos-No.-Dicho esto, mi cuchillo se clavó en todos los lugares posibles, tantas veces fueron, que su estómago quedó destruido. Mierda, ¿qué haré con ella ahora?
Arrastré su cuerpo hasta uno de los cubículos del baño, y cerré la puerta. Bueno, con el desastre que hay, dudo que no puedan encontrarla.
Me quité la campera de la escuela, que por cierto, estaba manchada de sangre. Y los pantalones, bueno, tenía unos shorts en mi casillero. Abrí la llave del agua y con el líquido limpié mi cuchillo, para luego, secarlo con la campera. Tenía suerte de que hoy hiciera calor, porque si no, todos habrían sospechado de mí. Limpié mis uñas y manos también. El lavado se llenó de agua color bordó.
El timbre del receso volvió a sonar, había terminado. Por eso esperé unos minutos a que todos se fueran a sus respectivos salones.
Salí del baño con precaución, y luego me dirigí hacia mi casillero. Allí agarré mi short y guardé mi campera junto a mi pequeño cuchillo. Volví hacia el baño, intercambié la parte de abajo. Y sin nada más que hacer, volví a mi salón.
-¿Por qué está llegando tarde?-Me atacó la profesora de matemática
-Tuve un pequeño inconveniente.
-Que no se repita Styles, vuelva a su asiento.-Asentí con la cabeza, y me senté.
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